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Israel arrastra a los gazatíes a la hambruna: ¿cómo se mide el hambre? ¿Cuándo se puede declarar una hambruna?

  • Para ser declarada oficialmente, deben cumplirse ciertos criterios específicos
  • La inseguridad alimentaria aguda afecta a 295,3 millones de personas en 53 países y territorios
Israel deja a Gaza al borde de la inanición: ¿Cómo se mide el hambre?
SARA MOSLEH / RAQUEL GUTIÉRREZ / JAVIER GARRIDO (VÍDEO DIGITAL)

El hambre no es solo una estadística. Es un niño que no crece, una madre sin leche, una fila que espera por una ración que no llega. En algunos lugares, el hambre también se utiliza como arma de guerra.

Gaza es el ejemplo perfecto de ello. En este enclave palestino, las víctimas no solo mueren por los bombardeos del Ejército israelí. Desde hace meses, también perecen por la falta de alimentos que quedan atrapados en miles de camiones bloqueados al otro lado de la frontera.

Según la Organización Mundial de la Salud, en los últimos dos meses 57 niños han fallecido en la Franja por los efectos de la desnutrición, unos 500.000 gazatíes se enfrentan a un riesgo inminente de hambruna y la totalidad de la población sufre inseguridad alimentaria aguda.

La hambruna, el nivel más grave

El hambre es un fenómeno complejo y la hambruna no llega de repente. La Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF), un mecanismo internacional que mide los niveles de hambre según su gravedad, establece cinco niveles.

A partir del nivel 3 de este índice ya se habla de crisis alimentaria. En este punto, las familias enfrentan desnutrición aguda, apenas pueden hacer una comida al día y sin los nutrientes necesarios. El siguiente nivel más grave es el de emergencia e implica pasar tres días sin comer, mientras que el quinto y último es el hambre catastrófica, es decir, la hambruna como tal, el tipo más extremo de crisis de hambre.

Para que oficialmente se considere que la hambruna está castigando a una población, hay tres indicadores que deben confirmarse simultáneamente: que, como mínimo, dos de cada diez hogares de una zona se enfrentan a una escasez extrema de alimentos, que más del 30% de la población esté gravemente desnutrida y que, al menos dos de cada 10.000 mueran diariamente de hambre o por enfermedades ligadas a ella.

En Gaza ya se cumplen los dos primeros. El tercero, en cambio, es más difícil de confirmar, pero la ONU advierte de que hasta 14.000 bebés podrían morir de inanición si no reciben alimentos.

El hambre extrema, en máximos históricos

Lejos de remitir, el hambre es un problema cada vez más alarmante en el mundo.

En los últimos años, el número de personas que sufren inseguridad alimentaria aguda o peor —niveles 3, 4 y 5 del CIF— no ha dejado de aumentar, alcanzando los 295,3 millones de afectados en 53 países en 2024, según el último Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias.

De todos ellos, 1,9 millones están al borde de la hambruna, la cifra más alta registrada desde 2016. El 95% de estas personas se encuentran en Gaza y en Sudán, pero otros países como Haití, Malí, Yemen o Sudán del Sur también enfrentan una situación de hambre catastrófica.

Guerras, clima y pobreza: las raíces del hambre

Detrás de la inseguridad alimentaria hay múltiples factores. El principal son los conflictos y la violencia, pero al hambre también contribuyen los fenómenos meteorológicos extremos (olas de calor, sequías, huracanes, inundaciones) y la pobreza estructural.

A esto se suman los recortes en ayuda humanitaria y en proyectos de cooperación. Con el regreso de Donald Trump, Estados Unidos, principal donante de alimentos en el Sur Global, ha reducido su financiación, dejando a millones de personas en todo el mundo desprotegidas.

Somalia y Sudán del Sur, los precedentes recientes

En lo que va del siglo XXI, Naciones Unidas solo ha declarado oficialmente la hambruna en dos ocasiones. En 2011, en Somalia, donde perecieron unas 250.000 en las regiones del sur y del centro del país. Seis años más tarde, la ONU también declaró el nivel 5 de hambre en Sudán del Sur.

Aunque las más recientes han sido estas dos crisis, a lo largo de la historia ha habido muchas más hambrunas con consecuencias devastadoras. Por ejemplo, en Corea del Norte entre 1995 y 1999 alrededor de tres millones de personas murieron por la falta de alimentos; en la década de los 80 hasta un millón de etíopes perecieron por el mismo motivo y a finales de los años 1950, la gran hambruna china fue una de las más mortales: mató a entre 10 y 45 millones de personas.

En cuanto a la situación en Gaza, los peores temores de una hambruna inminente se cumplen. Sin embargo, aunque se declarara oficialmente, esto no obligaría legalmente a los países a intervenir, pero sí aumentaría la presión política y moral sobre la comunidad internacional.