Los incidentes y cortes de estos días en la Vuelta por las protestas propalestinas preocupan a las autoridades madrileñas por las dos últimas etapas. Interior prepara un dispositivo especial de seguridad especialmente para el final el domingo en la Castellana.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha asegurado que aquellos que quieran "protestar de forma violenta y reventar" han de tener "una respuesta contundente". Además, ha exigido todos los medios posibles. Está previsto el despliegue de 1100 agentes de Policía Nacional y 400 de Guardia Civil para garantizar la seguridad.
Por su parte, el Gobierno pide límites al que proteste. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha reclamado que "no ponga en riesgo ni la integridad de los ciclistas ni de aquellos que acuden a un evento tan importante". No obstante, consideran desde el PSOE que la queja es necesaria y creen que la organización debería entenderla.
Mai Al Bayoumi nació en un campo de refugiados donde vivían más de 10.000 personas y llegó a España hace 15 años. "Nosotros le llamamos diáspora porque estamos fuera sin ningún derecho, nacimos refugiadas y sigo refugiada". En 'Mediodía en RNE' nos cuenta su historia y apunta que son más de 7.000 personas como ella que están viviendo fuera del territorio palestino. Bayoumi asegura que estamos ante "un plan sionista" que se está cumpliendo poco a poco, pero que empezó en 1948. "Todo lo que estamos viviendo hoy es el inicio de lo que se llama el Gran Israel". Aún así, insiste en que si ahora pudiera volver a Palestina lo haría: "Yo estoy aquí pero no porque quiera. Vine hace 15 años y me quedé atrapada, porque la Franja de Gaza está cerrada desde 2005".
Israel ha lanzado un ataque en Doha contra líderes de Hamás y ha matado a cinco miembros. Haizam Amirah Fernández, director ejecutivo del Centro de Estudios Árabes Contemporáneos (CEAR), ha explicado en el informativo 24 horas de RNE que "Netanyahu necesita mostrar a los israelíes alguna victoria y no tiene, por eso tiene que hacer algo sonado". Además, ha señalado que el primer ministro de Israel "necesita alargar el genocidio para permanecer en el puesto de primer ministro y no perder la inmunidad porque si no va a la cárcel y lo sabe."
El Ejército de Israel ha dirigido un ataque contra altos dirigentes de Hamás, entre los que se encuentran Khalil al Hayya y Jaled Meshal. De momento no hay ninguna confirmación de que les hayan matado. Khalil al Hayya es hijo del negociador jefe de Hamás, considerado número uno de la delegación negociadora de Hamás en Catar y es uno de los cinco integrantes del consejo que encabeza esta organización. Jaled Meshal, exjefe de la oficina política del grupo, ya sobrevivió a un intento de envenenamiento orquestado por Israel en Jordania en 1997, cuando entonces ejercía el liderazgo del grupo en el extranjero. Informa Santiago Echevarría, enviado especial de RNE a Jerusalén.
Las organizaciones humanitarias alertan de que el ataque final a la capital gazatí tendrá consecuencias catastróficas. Puede ser en cualquier momento.
En estos momentos, Israel controla ya el 86% de la Franja, cuyo tamaño es comparable a la isla de La Gomera. En su capital, bombardeada incesantemente y asediada por el ejército israelí, malviven casi un millón de gazatíes, la mitad de toda la población. De allí, solo se han ido entre 50 y 80 mil personas.
Israel les exige que vayan a Al Mawasi, un espacio minúsculo de apenas nueve kilómetros cuadrados. Por su parte, las ONG aseguran que no es un lugar seguro, que está abarrotado y no tiene servicios básicos para atender a nadie más.
El Consejo de Ministros ha aprobado el paquete de medidas del Gobierno contra Israel anunciado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para frenar el "genocidio" en Gaza. "España no puede ser impasible ante tanto muertos inocentes en Gaza", ha justificado el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel Albares, en la rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Ministros.
FOTO: Imagen de la rueda de prensa de este martes tras el Consejo de Ministros. EFE/ JJ Guillén
Las relaciones entre España e Israel vuelven a tensarse en un nuevo choque diplomático que se ha saldado con sanciones y la llamada a consultas de la embajadora española en Tel Aviv, Ana Salomón. El presidente, Pedro Sánchez, ha dado este lunes un paso más para posicionarse contra la situación en Gaza y ha anunciado un paquete de medidas con el que busca aumentar la presión y apuntalar el embargo de armas a Israel, que también ha redoblado la apuesta con el veto a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego.
El embajador de Palestina en España, Husni Abdel Wahed, ha agradecido en el informativo 24 horas de RNE a Sánchez las medidas que ha tomado el Gobierno de España contra el "genocidio en Gaza" y ha pedido que la Unión Europea siga sus pasos, ya que considera que Bruselas llega "tarde y mal", y que no tarde tanto en tomar estas mismas medidas. Se ha preguntado a qué está esperando la comunidad internacional porque, ha asegurado, "Israel hace lo que hace porque puede y puede simplemente porque se le permite."
En una declaración institucional, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado nueve acciones "para detener el genocidio en Gaza". Estas medidas se aplicarán de manera inmediata. Sánchez ha dicho que el Gobierno toma estas medias porque espera que "sirvan para añadir presión sobre Netanyahu y su gobierno" y para que "los españoles sepan que España estuvo en el lado correcto de la historia".
Entre ellas se encuentra la aprobación de un real decreto ley que consolide el embargo de armas a Israel, la prohibición legal y permanente de comprar y vender armamento, munición y equipamiento militar a Israel. También se bloqueará el acceso a puertos españoles de todos los barcos que transporten combustible destinado a las fuerzas armadas israelíes y no se permitirá la entrada en el espacio aéreo a los aviones que lleven material de defensa destinado a Israel.
Sánchez ha declarado que tampoco se permitiría la entrada a territorio español a "todas aquellas personas que participen de forma directa en el genocidio, violación de DDHH y crímenes de guerra en la franja de Gaza". Además, no se permitirá la importación de productos provenientes de los asentamientos ilegales en Gaza o Cisjordania. Los ciudadanos españoles residentes en los asentamientos ilegales israelíes verán "limitados" los servicios consulares "a la mínima asistencia legalmente obligatoria".
Por último, el presidente del Gobierno ha reiterado el "refuerzo del apoyo a la Autoridad Palestina", mediante un aumento de efectivos en la misión de asistencia fronteriza que la UE tiene en Rafah y a través de "nuevos proyectos de colaboración" con la ANP en materia de agricultura, seguridad alimentaria o asistencia médica. Además, la contribución española a la UNRWA aumentará en 10 millones de euros adicionales. El aumento de la partida de ayuda humanitaria y cooperación para Gaza alcanzará, ha dicho Sánchez, los 150 millones de euros en 2026.
El Ejército israelí ha atacado un tercer edificio de gran altura en la Ciudad de Gaza, poco después de haber ordenado a la población dejar la zona y desplazarse a la zona humanitaria de Al Mawasi, situada en Jan Yunis, al sur. Israel ha asegurado que ha designado una nueva "zona humanitaria" en Jan Yunis con hospitales de campaña y alimentos, pero algunos gazatíes desconfían ya que en esas zonas se encuentran saturadas y también han recibido ataques en otras ocasiones. Según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), desde el 14 de agosto casi 41.000 personas han abandonado el norte del enclave para ir hacia el sur.
El Ejército israelí prosigue su ofensiva en la Ciudad de Gaza, donde ha ordenado a la población trasladarse a una zona humanitaria en Jan Yunis, al sur. Muchos gazatíes, sin embargo, desconfían de estas evacuaciones forzosas, ya que los campamentos de estas zonas, ya saturados con miles de personas de toda la Franja, también han sido bombardeadas en otras ocasiones. "¿No nos matarán también en el sur? La muerte está por todas partes", expresa ante la camara un hombre, mientars que otro lamenta que no "hay ningún lugar sitio seguro" en el enclave palestino. Foto: Abed Rahim Khatib/dpa
