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Bruselas aprueba recapitalizar la entidad portuguesa Caixa Geral de Depósitos con 4.600 millones

  • CGD se compromete a reunir un total de 1.000 millones en deuda subordinada
  • El Estado luso hará una inyección de capital de hasta 2.700 millones
  • Convertirá en acciones 900 millones de bonos convertibles contingentes

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Banderas de la UE frente a la sede de la Comisión Europea en Bruselas
Banderas de la UE frente a la sede de la Comisión Europea en Bruselas.

La Comisión Europea (CE) ha llegado a un principio de acuerdo con el Gobierno de Portugal para recapitalizar al mayor banco del país, Caixa Geral de Depósitos (CGD), con unos 4.600 millones de euros.

"La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, llegó anoche a un principio de acuerdo con las autoridades portuguesas sobre el camino a seguir para permitir la recapitalización de CGD bajo condiciones del mercado", ha informado a Efe un portavoz de la CE.

El acuerdo incluye el compromiso de CGD de reunir un total de 1.000 millones en deuda subordinada. El Estado luso, por su parte, hará una inyección de capital de hasta 2.700 millones y transferirá sus acciones en ParCaixa a Caixa Geral de Depósitos. Además, convertirá 900 millones de valores convertibles o bonos convertibles contingentes, denominados CoCos, en acciones.

El acuerdo incluye un plan industrial "de alcance" para CGD, con "una racionalización en profundidad" encaminada a recuperar una elevada rentabilidad a largo plazo a través de "importantes recortes de los costes, el aumento de la eficiencia y medidas de disminución de los riesgos", ha explicado el portavoz. El plan de reestructuración también establece nuevas reglas de gobernanza corporativa y un equipo de gestión muy experimentado.

La Comisión considera que, si se tienen en cuenta todos los compromisos de la entidad que asumirá la nueva dirección y las circunstancias específicas del banco, la recapitalización se efectúa bajo términos del mercado, de manera que no implica ayuda de Estado. Explica que ello es así porque los rendimientos esperados para el Estado luso son lo suficientemente elevados como para que también un inversor privado los hubiera aceptado.

Los servicios del Ejecutivo comunitario tomarán ahora los pasos necesarios para formalizar el principio de acuerdo en una decisión formal que será remitida al colegio de comisarios, que volverá a reunirse a finales de mes.

CGD tiene sobre la mesa un plan de reestructuración que prevé el despido de 2.500 empleados, sobre una plantilla total de 16.058, mediante bajas voluntarias y prejubilaciones. Esta reducción de personal supondrá el cierre de oficinas, especialmente en el extranjero, por lo que afectará al negocio que tiene en España, donde cuenta con algo más de un centenar de sucursales y 537 empleados.