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Grecia y sus acreedores logran un acuerdo para negociar un tercer rescate al país

  • Para empezar a debatirlo, Grecia debe aprobar varias leyes en 72 horas
  • Tsipras ha aceptado gran parte de las propuestas de los acreedores
  • Se crea un fondo para realizar privatizaciones por valor de 50.000 millones
  • Alemania pone encima de la mesa la salida temporal de Grecia del euro

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Alemania dice que lo mejor es que hay acuerdo y Francia celebra que Grecia siga en el euro

Los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona han logrado este lunes un acuerdo "por unanimidad" sobre el futuro de Grecia, que abre la vía a un tercer rescate para la economía del país a cambio de una estricta condicionalidad -que incluye, entre otras medidas, la imposición de que Grecia apruebe antes del miércoles 15 de julio una reforma del IVA y del sistema de pensiones-, cuyo cumplimiento es imprescindible para que los acreedores se planteen tomar la decisión de autorizar a las instituciones a abrir de manera formal las negociaciones sobre el tercer rescate.

Para lograr el acuerdo (ver. PDF en inglés), alcanzado cinco minutos antes de la apertura de los mercados, han hecho falta más de 17 horas de reunión en la que, por primera vez, se ha llegado a poner negro sobre blanco -y a propuesta de Alemania- la amenaza de una salida temporal del euro de Grecia, punto que fue rechazado de plano por el primer ministro del país, Alexis Tsipras, y el presidente francés, François Hollande, el mayor -y casi único- aliado de Atenas durante las complejas negociaciones, marcadas por la presión de Berlín.

"Como ha funcionado el plan A, no ha hecho falta el plan B (el Grexit temporal)", ha asegurado la canciller alemana, Angela Merkel, en rueda de prensa, donde ha defendido que Berlín no trató de imponer este escenario a Atenas, sino que se trataba de una propuesta que los griegos no quisieron aceptar.

El pacto final -que se basa en el borrador elaborado por el Eurogrupo entre el sábado y el domingo, destaca por las concesiones de Tsipras, que se ha comprometido a endurecer sus propuestas en materia de pensiones, impuestos y mercado laboral, entre otros temas, y que incluso deberá revisar todas las leyes que ha aprobado en los últimos seis meses, salvo las destinadas a paliar la crisis humanitaria.

Fuentes helenas aseguraban a Europa Press durante el desarrollo de la cumbre que Tsipras aceptaba las duras condiciones porque sentía que tenía "una pistola en la cabeza", debido al corralito bancario y a la asfixia financiera.

Se crea un fondo de privatizaciones con activos valorados en 50.000 millones

Uno de los puntos más difíciles de la negociación ha sido la creación de un fondo de privatizaciones -otra petición expresa de Alemania-, que se dotará de activos griegos valorados en hasta 50.000 millones de euros. La venta de estos activos se dedicará a reducir deuda (50%), recapitalizar la banca (25%) y realizar inversiones productivas (el 25% restante). La cantidad ha sido calificada de excesivamente optimista tanto por el FMI como por Grecia.

A su salida, el primer ministro griego ha defendido la "dura batalla" que su Ejecutivo ha dado durante seis meses para alcanzar "un acuerdo que permitirá al país recuperarse", aunque ya ha recibido críticas desde su propio Gobierno y su formación, Syriza.

"Afrontamos dilemas difíciles y tuvimos que hacer concesiones difíciles para evitar la aplicación de los planes de algunos círculos ultraconservadores europeos", ha reconocido Tsipras, que no ha podido evitar -por ejemplo- la participación del FMI en el nuevo programa de rescate (punto éste que aún está por definir, no obstante).

A cambio, los líderes han aceptado una reestructuración de la deuda, en línea con lo aprobado en noviembre de 2012: la posibilidad de alargar los vencimientos y los periodos de carencia de la deuda. Pero han cerrado de plano una quita. Y habrá financiación extra: se calcula que el importe del tercer rescate puede llegar a los 86.000 millones de euros.

Dijsselbloem: se ha "reconstruido" la confianza entre todos

"Hemos acordado en principio que estamos preparados para empezar la negociaciones para llevar un programa al Mecanismo europeo de Estabilidad (MEDE), lo que en otras palabras significa continuar el apoyo a Grecia", aseguraba el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que el domingo anuló la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho para que los líderes del euro no salieran de la reunión sin un acuerdo, en un sentido o en otro.

En la misma rueda de prensa, el presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, ha destacado que el acuerdo "ha sido laborioso y ha llevado tiempo". "La Comisión Europea dijo desde el principio que no aceptaría un Grexit, y no lo habrá, así que en cuanto al fondo y a la forma estamos contentos del resultado", ha señalado Juncker.

En este compromiso no hay vencedores ni vencidos, dice Juncker

"En este compromiso no hay vencedores ni vencidos", ha llegado a señalar Juncker, que en los últimos meses jugó el papel de mediador propio de la Comisión Europea, pero que ha estado ausente en todas las bilaterales que han tenido lugar durante la cumbre y en las que estaba Merkel y Tsipras, con Hollande -en el papel de mediador- y Tusk -que ha actuado como notario-.

Asimismo, Juncker se ha congratulado de que "los líderes hayan retenido la idea de un plan de 35.000 millones de euros a la economía griega que la CE había propuesto". ha apuntado apunta a la consolidación presupuestaria y a la necesidad que Grecia tiene de generar crecimiento económico y empleo, por lo que

Por su parte, el presidente del Eurogrupo y titular holandés de Finanzas, Jeroen Dijsselbloem, ha subrayado que se ha logrado un pacto con "un esfuerzo extra de las dos partes para que Grecia vuelva al camino" del crecimiento, tras haber "reconstruido la confianza entre todos".

Menos optimista ha sido en este sentido la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, que ha señalado el acuerdo como "un buen paso" para restaurar la confianza, pero que ve necesario dar "muchos otros pasos" para alcanzarlo con la implementación de las medidas acordadas.

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, mientras, ha negado que en la reunión de líderes de la Eurozona haya habido una "venganza" contra Grecia por la celebración de un referéndum y ha confiado en que todos los países de la zona euro certifiquen el acuerdo para un tercer rescate.

Falta la aprobación de los parlamentos y la financiación urgente para Grecia

Lo que da por delante no es fácil. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, tiene ahora un plazo de tres días, hasta el miércoles 15, para someter al parlamento del país el contenido de este acuerdo, incluidas las reformas y ajustes que le exigen que legisle de forma inmediata.

Pero para que este pacto vea la luz también debe ser aprobado por los Parlamentos de varios países, entre los que están Países Bajos, Austria, Finlandia, Estonia y Alemania. Angela Merkel ya ha anunciado que convocará una sesión extraordinaria del Bundestag "después de que el Parlamento griego vote" las reformas pactadas.

Otro de los puntos que no se han aclarado es cómo se afrontarán las urgentes necesidades de financiación de Grecia. Según los acreedores, el país necesita 7.000 millones de euros -antes del 20 de julio- y otros 5.000 millones de euros, antes de mediados de agosto.

El presidente francés, François Hollande, ha asegurado que Grecia recibirá "financiación inmediata", asunto que se ha abordado en el Eurogrupo ordinario que ha tenido lugar en la tarde de este lunes. Pero los ministros de Finanzas del euro han constatado la dificultad de aprobar una financiación puente para el país y han señalado tras su reunión que durante toda la semana se buscará la manera de lograrlo, "aunque no va a ser fácil".

Mientras, los bancos griegos se axfisian y necesitan del BCE. Para Tsipras era clave que la reunión acabara con algún tipo de consenso que permitiera mandar una señal al Banco Central Europeo, que ha decidido este lunes mantener la línea de urgencia (ELA), pero no aumentarla.