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El trasplante de cara realizado en Barcelona es el primero "total" que se lleva a cabo en el mundo

  • El paciente es un hombre joven con una deformidad severa por traumatismo
  • El hombre ya se ha visto y está satisfecho con el resultado de la operación

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Ha sido un éxito total el primer trasplante que se hace en el mundo del rostro completo

El trasplante de cara realizado en el Hospital Vall d'Hebron de  Barcelona hace cerca de un mes es el primero  "total" que se lleva a cabo en el mundo, ya que los nueve anteriores  fueron parciales, como los realizados en el Hospital de La Fe de  Valencia y Virgen del Rocío de Sevilla.

La operación de Barcelona requirió de una intervención quirúrgica de 22 horas y  la participación de una treintena de especialistas, y supuso el  trasplante de toda a piel y músculos de la cara, la nariz, los  labios, el maxilar superior, todos los dientes, el paladar, los  huesos de los pómulos y la mandíbula, con la consiguiente cirugía  plástica y microcirugía reparadora de los vasos sanguíneos.

El jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del  hospital, Joan Pere Barret, ha explicado en rueda de prensa que el  paciente llevaba cinco años con una deformidad severa en el rostro,  fruto de un traumatismo que le impedía desarrollar con normalidad  funciones vitales como hablar, tragar y respirar.

El receptor de la cara, un hombre joven del que no se han  facilitado más datos para preservar su intimidad, fue sometido  previamente a nueve intervenciones quirúrgicas en otros centros  hospitalarios, hasta llegar al Vall d'Hebron, donde las pruebas  previas para garantizar la idoneidad de la operación se iniciaron  hace dos años.

El paciente, satisfecho con la operación

Barret ha explicado que el paciente se vio y se mostró satisfecho con  la operación una semana después de pasar por quirófano, por lo que  reaccionó "muy bien"

Desde entonces el equipo hospitalario ha  proseguido con los cuidados intensivos que permiten prever que en dos  semanas el hombre será capaz de deglutir por sí mismo e incluso  empezar a hablar. 

En cualquier caso, el cirujano ha descartado que el paciente llegue a  parecerse físicamente con el donante "en absoluto", ya que el tejido  blando se adapta a la cara del receptor y, aunque en este caso  también se trasplantaron todos los huesos faciales por debajo de los  globos oculares, también los huesos deben amoldarse. "Nunca habrá  nadie con la cara de otro por la calle", aseguró Barret.

La consellera de Salud de la Generalitat, Marina Geli, ha indicado, acompañada de parte del equipo que hizo posible la intervención y  que incluye diversas disciplinas, que la operación "abre la puerta a  la ciencia" a posibilidades futuras en el campo de los trasplantes.

Geli hizo hincapié en la importancia de preservar la identidad de  donante y receptor, además del "altruismo de la sociedad", como una  de las claves del éxito de un programa de trasplantes que en el caso  catalán tiene 26 años de historia. 

Precisamente, el Vall d'Hebron  realizó esta semana el trasplante de pulmón número 500, el primer  centro español que llega a esta cifra.

Operación pionera

Los expertos del Hospital recordaron que desde 2005 se han hecho  diez trasplantes de cara en todo el mundo, una técnica que todavía se  considera "experimental" y para la que se requiere un informe previo  de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) para cada paciente.  

La Fe de Valencia trasplantó en su día la parte inferior de la cara y  el Virgen del Rocío cerca del 70% del rostro, por lo que el caso del  Vall d'Hebron es el primero a nivel español y mundial que supone el  trasplante total.

Barret ha defendido el uso de esta técnica para "gente desesperada"  con funciones vitales afectadas, y no por criterios estéticos.  Asimismo, ha señalaado las dificultades de una operación "a vida o muerte",  en la que fue necesario identificar todos los componentes de la cara,  incluyendo la musculatura y los nervios sensitivos.

El trasplante incluyó también una "gran cantidad de hueso" y parte  de tuétano --fabrica de la sangre y sus componentes--, por lo que la  tolerancia final del paciente y los estudios sobre ello marcarán el  futuro de este tipo de intervenciones.

"El sueño de un cirujano al  trasplantar un órgano es que el receptor lo acepte como propio", ha afirmado Barret sobre las complicaciones intrínsecas a la  operación.

Barret quiso agradecer también el trabajo de todos los  profesionales médicos, así como la generosidad de los donantes que  permiten "dar vida" con su gesto a personas que así lo requieren.