Enlaces accesibilidad

Islandia votará si paga la deuda financiera a Holanda y Reino Unido el 6 de marzo

  • El acuerdo supone devolver unos 3.800 millones de euros, un tercio de su PIB
  • Si no se aprueba, corre riesgo el ingreso en la UE y la financiación internacional

Por

El Gobierno islandés ha anunciado que el referéndum sobre la ley que recoge la devolución de los fondos a los clientes británicos y holandeses del banco Icesave, nacionalizado tras su quiebra, se celebrará el próximo 6 de marzo.

La ley, impulsada por el nuevo Gobierno de centro-izquierda islandés aupado al poder tras la quiebra del sistema bancario del país en plena crisis financiera internacional, contempla el reembolso de 3.800 millones de euros que los Gobiernos británico y holandés para indemnizar a más de 320.000 de sus ciudadanos afectados por el hundimiento de Icesave.

La cantidad supone un tercio del PIB islandés y aproximadamente unos 12.000 euros por habitante, por lo que la norma ha generado un gran rechazo popular que llevó al presidente del país, Olafur Ragnar Grimsson -que apenas tiene poderes ejecutivos-, a vetar su aprobación obligando a celebrar el referéndum.

El acuerdo no se renegociará

El Parlamento había aprobado el 8 de enero que el referéndum se celebrara como muy tarde el 6 de marzo, aunque la fecha exacta no se ha desvelado hasta este martes, coincidiendo con el límite del plazo fijado.

Pese a que el Gobierno se ha mostrado dispuesto a renegociar el acuerdo alcanzado con los acreedores británico y holandés, este mismo martes Holanda ha recalcado que no volverá a negociar sobre la devolución de los fondos. En una carta al Parlamento holandés, el ministro de Finanzas, Wouter Bos, ha explicado que comprenden la situación de Islandia, pero su país no volverá a negociar la deuda.

Así, los islandeses deberán elegir entre devolver con dinero de los contribuyentes el agujero creado por el banco, inicialmente privado y después nacionalizado, o negarse a pagar y poner en riesgo no sólo su candidatura de ingreso a la Unión Europea, sino su acceso a financiación internacional, esencial para la recuperación del país, en bancarrota tras la crisis financiera que estalló en 2008.