Enlaces accesibilidad
Selección española | Georgia 0 - 1 España

Soldado da el triunfo a España en el asedio a Georgia

  • Un remate de Soldado en el minuto 86 derriba la muralla defensiva georgiana
  • La selección sufre lo suyo para lograr en Tiflis sus tres primeros puntos
  • Así ha sido el partido Georgia 0-1 España

Por
Roberto Soldado, en un momento del partido de la selección española ante Georgia.
Roberto Soldado, en un momento del partido de la selección española ante Georgia.

FICHA TÉCNICA

GEORGIA (0): Loria (Kvaskhvadze, min.73), Lobjanidze, Kvirkvelia, Kashia, Amisulashvili, Khizanishvili, Kankava, Daushvili, Targamadze (Dzalamidze, min.64), Okriashvili y Mchedlidze (Sirbiladze, min.79).

ESPAÑA (1): Casillas, Arbeloa (Cesc Fbregas, min.80), Piqué, Ramos, Jordi Alba, Busquets (Pedro, min.57), Xabi Alonso, Xavi, Iniesta, Silva (Cazorla, min.64) y Soldado.

GOLES: 0-1, min.86, Soldado.

ÁRBITRO

: Svein Oddvar Moen (NOR). Sin amonestaciones.

ESTADIO: Boris Paichadze National Stadium.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la segunda jornada del Grupo I de la eliminatoria europea para el Mundial de Brasil 2014, disputado en el Estadio Nacional Borís Pachaidze ante 55.000 espectadores, lleno total.

Ante la guerrera selección de Georgia, tuvo que ser un Soldado el que lograra que el asedio español tuviera éxito. Final feliz para un partido áspero, complicado y a ratos frustrante para el equipo de Del Bosque, a punto de dejarse dos puntos por el camino en el primer encuentro de la fase de clasificación para el Mundial 2014 [Así ha sido el partido Georgia 0-1 España.

El tanto, aunque fuera en el minuto 86, hace buena la apuesta habitual de la selección española, que no puede perder ritmo en un camino a Brasil predestinado a ser un mano a mano con Francia.

El fútbol no se deja guiar por previsiones facilonas. Con los números sobre la mesa, y pese a las cautelas habituales del equipo español, el Georgia - España debía haber sido un partido de botín más fácil, la selección número 86 en el ránking FIFA frente a la número uno, campeona mundial y europea, admirada y temida por todos.

Pero ni la posesión ni el toque dan un gol de ventaja, eso hay que ganárselo, más aún a comienzos de curso, y ante la selección de Georgia casi se vuelve misión imposible.

Un primer episodio de guión conocido, del genéro del monólogo, con la selección española como dueña absoluta del balón y Casillas como un poste más de su portería, sumando partidos como internacional (140) y minutos de imbatibilidad, en pos de batir su propio récord ante Bielorrusia en Minsk.

Con Xavi, Iniesta y Silva marcando el ritmo circulatorio de la selección, un centro del campo que derrocha fútbol y paciencia para ojear el hueco necesario, la defensa organizada por Temur Ketsbaia se empleaba a fondo en una doble muralla defensiva y se dedicaba a cerrar puertas y provocar fueras de juego, sin que contaran para el equipo local los cincuenta metros desde la divisoria hasta la portería española.

Una doble trinchera imposible de superar

Así que el problema para la pizarra de Del Bosque quedaba reducido desde el inicio a despejar una única incógnita, la de encontrar el camino a la portería, porque la noticia en Georgia era que se enlazaran tres pases seguidos.

¿Cómo jugar -y ganar- ante un equipo que no quiere jugar? Se supone -y así ocurrió- que las ocasiones caerían inevitables con el paso de los minutos, tantos como la defensa rival sea capaz de mantener la guardia alta. La presencia de un delantero centro como Soldado, que ofrece una referencia para el pase en vertical y da un poco más de aire para que conecten entre las rendijas disponibles los artistas del grupo, Iniesta y Silva, era un toque interesante a la receta puesta en práctica por Del Bosque en los últimos partidos oficiales.

Pero ninguno de esos ingredientes sirvió para cuajar una jugada de gol. La maraña defensiva de Georgia, con hasta seis defensores en línea dentro del área y los otros tres acechando por delante devolvieron el problema a España, el que alimenta a sus críticos: que a la par que engorda el porcentaje de posesión hasta el escándalo (un ochenta por ciento), el tráfico continuo de balón acaba en vía muerta, sin tiros a puerta.

Al menos, hasta que se destapa la chistera y un jugador, en este caso Silva, busca un atajo: un latigazo lejano en el minuto 27 contra el poste izquierdo de Loria. Primer aviso serio.

Y casi el último, hasta que llegaron dos ocasiones cerca del descanso, cuando Xavi enganchó desde la corona del área un tiro que tuvo que despejar con una gran estirada a mano cambiada el portero caucásico. Y unos segundos más tarde, de nuevo Loria fue el héroe de su equipo al interponer el cuerpo en el uno a uno con Soldado. El descanso dejaba la incómoda sensación de pocas oportunidad disfrutadas y todas perdidas, de una parte desperdiciada en un asedio baldío.

Georgia también mete miedo

Y esa sensación se convirtió en susto en el comienzo de la segunda parte. En el minuto 48, con un centro cerrado de Tarmagadze que despejó Arbeloa a córner, y cierto desorden efensivo que a punto estuvo de costar un gol en el minuto 54, en una jugada bien elaborada por Georgia, casi la única, que resolvió el central Amisulasvili con un tiro que rebotó en el poste derecho de Casillas. Hubiera sido catastrófico y digno de aquel partido ante Suiza de desgraciado recuerdo en el debut del Mundial de 2010.

Para volver a ganar protagonismo ofensivo, Del Bosque dio entrada acto seguido a Pedro por Busquets para buscar lo que el juego de España parecía reclamar: juego en diagonal, entrada en velocidad y desborde por los costados. Y para añadir un poco más de energía, Silva fue relevado en el 63 por Cazorla.

La baja del portero Loria, el héroe local, que se lesionó la rodilla en un choque con un compañero en una ocasión de Jordi Alba, hizo que pasaran más minutos sin noticias de gol. Los minutos para amasar una ocasión ya eran una cuenta atrás y Del Bosque sacó su última bala, la del amuleto Fábregas, en lugar de Arbeloa, a diez para el final.

Y en esa calidad de jugador talismán, el barcelonista, antaño 'nueve mentiroso', dejó, tras jugada de Pedro, el balón en los pies de Soldado que, en su calidad de nueve verdadero, remató de primeras y convirtió ante Kvaskhadze el gol que hacía falta.

Cerca del último tictac, el delantero valenciano se resarció de la ocasión marrada y, pese a un balonazo largo de Georgia en el minuto 93 que llevó de nuevo el miedo al cuerpo de Casillas, España pudo suspirar aliviada y dar un primer paso al frente en el largo camino al Mundial de Brasil. Próxima estación, Minsk, el día de la fiesta nacional española, 12 de octubre.