La llegada de la colada de lava al mar ha formado una fajana en la costa occidental de La Palma, lo que está transformando el paisaje de la isla. Según los últimos datos, el delta mide 540 metros de ancho, desde la línea de costa. Ya ocupa una superficie de más de 27 hectáreas y tiene una profundidad de 35 metros.
Francisco José Pérez Torrado es Licenciado con Grado en Ciencias Geológicas en 1985 por la Universidad de Salamanca. Premio Extraordinario de Licenciatura en enero de 1986.Es Doctor en Ciencias del Mar en 1992 por la ULPGC. Premio Extraordinario de Doctorado en enero de 1996. Ganó en 1993 el Premio de Investigación "Viera y Clavijo" otorgado por la Casa de Colón (Cabildo Insular de Gran Canaria) en la modalidad de Ciencias Naturales.
Imparte clases como Profesor de diferentes asignaturas de Geología en esa Licenciatura y en el Programas de Doctorado en la Facultad de Ciencias del Mar en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria desde 1991 hasta la actualidad.
Ha participado en más de 20 proyectos de investigación en temas relacionados con la Geología de las Islas Canarias, especialmente en la línea de la Vulcanología de la que es especialista. Es autor o co-autor en más de 20 libros y en más de 50 artículos nacionales e internacionales.
Ha participado en numerosos congresos de Geología y Vulcanología, tanto de carácter nacional como internacional, donde ha presentado más de 120 comunicaciones.
Ha dirigido durante 25 años el Museo Geominero en Madrid, pero su verdadera pasión son los trilobites, unos fósiles de hace millones de años. Objetivo Igualdad entrevista a Isabel Rábano, sobrina de una pionera de la ciencia y descendiente de Concepción Arenal: sigue la saga
La lava sigue cayendo al océano por la costa de Tazacorte, que va ganando terreno al agua y expandiendo lo que los expertos llaman una isla baja, una plataforma costera que modifica la orografía de La Palma. Ha creado un delta de entre 5 y 10 hectáreas y 50 metros de altura.
La colada de lava que emerge de la erupción volcánica de La Palma ha llegado al mar, pocos minutos después de las 23:00 (hora canaria) del martes, en una zona de acantilados dentro del término municipal de Tazacorte. Lo ha hecho menos de 10 días después de haber comenzado la erupción, que se produjo el domingo 19 de septiembre.
En concreto, la colada ha entrado por primera vez en contacto con el océano en el entorno de Playa Nueva y Los Guirres. La lava ha comenzado a formar un delta en la costa,
El volcán de la isla de La Palma lleva ya diez días de erupción. En la última jornada, según los expertos, está emitiendo lava a un ritmo desconocido, más rápido y menos explosivo, y desde un origen mucho más profundo, una actividad de tipo hawaiano. La colada de lava ha alcanzado un invernadero en la zona de exclusión y la quema de plásticos y fertilizantes ha provocado una nube tóxica que se ha diluido rápidamente y no ha dejado daños personales. Es un riesgo nuevo ante el avance más rápido de la lava.
El cráter del volcán de La Palma continúa con su actividad estromboliana y un salidero al norte escupe una lava más fluida en lo que ya es una erupción hawaiana. La colada está a menos de un kilómetro de la costa y en algunos puntos alcanza los 15 metros de altura y cada vez se acerca más a Tazacorte. Lo que preocupa es la dirección del viento, con una ceniza que alcanza los 7 kilómetros de altura, lo que ha llevado a algunas aerolíneas a cancelar de nuevo sus vuelos. Las autoridades recomiendan el uso de la mascarilla y en las calles de Santa Cruz, la capital, un manto negro cubre las aceras. El volcán se ha llevado por delante casi 600 casas y 21 kilómetros de carreteras están completamente destruidos.
La posibilidad de que la colada de lava llegue al mar, generando una nube de gases tóxicos, ha llevado a las autoridades a imponer el confinamiento en los barrios de San Borondón, Marina Alta, Marina Baja y la Condesa, los más cercanos del punto donde se espera que se produzca el choque térmico.
En la madrugada del domingo al lunes, pasadas las 4:00 de la mañana, los expertos registraron un primer parón en la erupción de 20 minutos. Después volvía la actividad y la sucesión de pausas se repitió desde entonces por la ausencia de gas, algo llamativo a plena luz del día, aunque "dentro de la actividad volcánica fisural es un proceso normal", aseguran los expertos. La lava ha sepultado ya 513 edificios y 19 kilómetros de carretera.
David Calvo, uno de los vulcanólogos del Instituto de Volcanología de Canarias (Involcan) que sigue al minuto la erupción del volcán de La Palma, ha explicado en el Telediario de TVE que "el volcán necesita de una recarga probablemente por la falta de aporte de gases del interior del sistema o la escasez de material magmático de forma puntual, pero esto no significa que el proceso haya terminado".
Los científicos, sobre el terreno y en el laboratorio, trabajan infatigables paramonitorizar minuto a minuto el comportamiento del volcán en erupción en La Palma.