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MasterChef 13 | Clara cuelga el delantal y dice adiós entre lágrimas: "Gracias por la oportunidad"

  • A la valenciana le costó integrarse, pero se marcha dejando mucha huella
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Clara abandona las cocinas de MasterChef 13
RTVE.es

Llegó en el tercer programa y poco a poco se fue ganando el corazón de sus compañeros. Ahora, cinco semanas después, Clara cuelga el delantal negro y dice adiós a las cocinas de MasterChef 13 dejando una huella imborrable. Pero el octavo programa nos dejó muchas más cosas: el Emilio más sincero, el mejor postre de la edición, una bronca entre Chema y Elena a cuenta de unas albóndigas o la gran capitanía de Ana. Lo que sí dejan claro los jueces es que, pasado el ecuador de la edición, el nivel sube y la exigencia también.

La noche arrancó con la versión más atrevida de los jueces, que aseguraron que sabrían identificar los platos de cada aspirante sin necesidad de verlos cocinar y eso intentaron demostrar en una cata a ciegas. Miki Nadal y Juanma Castaño, ganadores ex aequo de MasterChef Celebrity 6, ejercieron de jueces por un día durante el cocinado. Pepe, Samantha y Jordi fallaron en su intento y no lograron identificar a quién correspondía cada plato. Eso sí, lo que sí hicieron fue comprobar de primera mano el gran plato de Elena. Su tarta pavlova de fresa fue catalogada como "el mejor postre de la edición" y además del reconocimiento de los jueces, ganó una invitación para dos personas en el restaurante Don Giovanni, del chef Andrea Tumbarello.

Junto al dulce de Elena, el plato de alcachofas con huevo a baja temperatura de Yago hizo las delicias de los comensales. Además, tuvimos la oportunidad de descubrir al Emilio más sincero y transparente, que detalló la relación que mantiene con su padre: "A mi padre no le considero padre. Yo a mi padre sólo le considero progenitor, ha sido el que me ha engendrado con mi madre y ya está. No me quiere, básicamente. Cuando ve que yo doy dinero es cuando se interesa. Solamente con decirte que se empezó a interesar por mí cuando me dijeron lo de MasterChef, ya te lo digo todo".

Tras el triunfo de Elena en el primer reto, los aspirantes viajaron a Ávila para visitar las Cuevas del Águila. Allí, trabajaron en un menú diseñado por Carlos Casillas, chef del restaurante Barro, con una estrella Michelin, galardón que recibió con 24 años, desbancando a Jordi Cruz como chef español más joven en recibir su primera estrella. Los jueces decidieron que Ana y Bea fueran las capitanas, ya que eran las únicas aspirantes que no habían liderado aún las cocinas. El equipo azul quedó formado por Bea como capitana y Emilio, Elena y Clara como integrantes, mientras que el rojo fue comandado por Ana, contando con Yago, Gabriela e Ismael de compañeros. Faltaba Chema, que tuvo en su mano la decisión de inclinarse hacia un lado o hacia otro. Y eligió a Bea, "por compasión".

Y si en la formación por equipos Chema fue protagonista, también lo fue durante el cocinado. El gaditano comentó en alto que el tamaño de las albóndigas debía ser uniforme, todas iguales. Y en esa línea se expresó Bea, capitana del equipo: "No puede ser que haya una albóndiga de 20 gramos y otra de medio kilo". A Elena no le sentó bien y centró en Chema sus quejas: "Ocúpate de tu salmón, que bastante tienes. Tú no tienes que meterte en mis albóndigas". Pepe buscó respuestas a esta disputa, y Bea se puso del lado de Elena al considerar que Chema "hizo los comentarios para picar". Con cara de sorpresa, Chema se dirigió a su capitana: "Después del paso de irme a trabajar a tu equipo, en este caso te pongas de lado de Elena me parece muy fuerte".

Ana, la gran capitana

En las cocinas rojas todo fue diferente. Aunque con una intensidad abrumadora, Ana consiguió canalizar su energía en liderar con éxito a su equipo, y así se lo hicieron ver los jueces: "Has sido una gran capitana, metódica, con las ideas claras". Visiblemente emocionada y justo después de ser nombrada la mejor aspirante de la prueba a la par que su equipo se salvaba de la eliminación, Ana quiso dedicar su trabajo a su abuelo Pep: "Estoy orgullosa de mí y de mi equipo. Esta capitanía va por ti. Espero que desde donde estés lo puedas ver". Con todo ello, el siguiente expulsado de MasterChef 13 estaría entre Bea, Clara, Emilio, Elena y Chema.

Para el reto final de la noche, los delantales negros se enfrentaron a una de las tendencias de la alta gastronomía, raw food, que consiste en alimentarse a base de ingredientes crudos, que no han sido modificados por ningún proceso de cocción o a muy baja temperatura. Con La Terremoto de Alcorcón como invitada, cada aspirante tuvo que preparar tres recetas diferentes pero con el condicionante antes mencionado. Además de Emilio y Elena, que entendieron la prueba a la perfección, Bea fue la triunfadora, con tres platos que brillaron por encima del resto: un gazpacho de fresas con toque andaluz; carpaccio de calabacín con queso azul, dátiles, frutos secos y vinagreta de tomate; y un sashimi de ventresca de atún con sésamo negro y blanco, edamame y espuma de piña.

Jordi no pudo ser más conciso en su valoración: "Son los tres mejores platos que has hecho aquí". Bea se agarró a estas palabras para olvidar su capitanía anterior donde sufrió. Por todo ello, Clara y Chema quedaron en la cuerda floja, siendo la valenciana la expulsada de la noche. Antes de despedirse, dejó un sincero agradecimiento a sus compañeros y los jueces por la experiencia vivida en MasterChef 13 y señaló a Chema como su favorito para ganar. Chema valoró muy positivamente las palabras de su compañera, pero recibió una advertencia de Pepe: "Has estado con un pie fuera". Fueron pequeñísimos detalles de los platos de ambos los que hicieron que Clara dijera adiós. Chema y el resto de sus compañeros ya saben que un mal plato te puede dejar fuera del programa en cualquier momento.