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MasterChef 13 | Víctor dice adiós tras olvidarse el producto principal y Elena vuelve repescada

Víctor expulsado de las cocinas de MasterChef 13
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MasterChef 13 sigue acumulando emociones. En el séptimo programa, Gabriela ganó en pin de la inmunidad, Víctor dijo adiós a las cocinas tras olvidarse el producto principal y Elena recuperó el delantal blanco convirtiéndose en la repescada de la edición. Además, MasterChef vivió una especial prueba de exteriores en el centro canino Miraflores para concienciar sobre la importancia de adoptar animales de compañía. Y por si fuera poco, viejos amigos del programa como María Lo, Aleix, Mario Vaquerizo, Terelu, Eduardo Navarrete, María Zurita y Francis Lorenzo volvieron a nuestras cocinas. Te contamos todos los detalles.

La noche arrancó con unas apasionantes carreras. En grupos de tres los aspirantes lucharon por llegar al cocinado final que daría al ganador uno de los privilegios más importantes del programa: el pin de la inmunidad. Clara, Gabriela y Chema fueron los vencedores de los tres grupos y se enfrentaron a María Lo -ganadora de MasterChef 10- en la lucha por el pin. Con las setas como protagonistas, los cuatro prepararon su propia versión del risotto de setas y trufas. María Lo obtuvo 40 puntos, mientras que Clara y Chema no pasaron de los 27. Sin embargo, Gabriela se llevó las mejores críticas y con 43 puntos se coronó como ganadora del pin de la inmunidad. "Empiezo a sentirme distinta. Estoy feliz", reconoció exultante la aspirante. Eso sí, Pepe le advirtió que el pin es capaz de cambiar a cualquiera.

Para el siguiente reto, MasterChef organizó un viaje al centro canino de Miraflores para concienciar sobre la importancia de adoptar animales de compañía. Tal y como explicó Jordi Cruz "cada año casi 300.000 perros y gatos son abandonados y recogidos por las protectoras, pero solo la mitad terminarán encontrando un nuevo hogar y ahora queremos poner nuestro granito de arena para darle la vuelta a estas cifras". Los aspirantes trabajaron en un menú del chef Nino Redruello (Fismuler y La Ancha) al que incorporaron 20 tapas para los perros de los comensales. Junto a esta sorpresa, ambos equipos recibieron una noticias muy esperada: llegó el turno de la repesca. Los ex aspirantes entraron corriendo a abrazarse con sus compañeros. Con un postre cada, todos ellos lucharían por ser el mejor y recuperar el delantal blanco. La tarta de limón fue el mejor de los dulces y los jueces no lo dudaron: "La repescada es...¡Elena!".

Por su parte, Gabriela como mejor de la prueba inicial tuvo el privilegio de escoger capitanes. No se escondió y ella misma lideró el equipo rojo. Para capitanear el azul escogió a Ismael. Ambos hicieron un buen trabajo, pero Gabriela sobresalió por encima de todos los aspirantes y así se lo hizo ver Pepe Rodríguez: "Tu rendimiento en esta prueba me ha sorprendido. Se te nota ese carácter de líder que tienes. Supervisas, te mueves y no paras de trabajar en ningún momento. Cualquiera diría que estás embarazada de cinco meses. Tu actitud es inmejorable". Con todo ello, Ana, Bea, Ismael, Víctor y Clara se enfrentarían a la prueba de eliminación.

En el último desafío de la noche, los delantales negros comenzaron atrapando billetes en una cabina de viento. Cada billete tenía escrito el nombre de un ingrediente con el que debían trabajar obligatoriamente. Junto a esos productos, los aspirantes tuvieron que integrar un alimento que odiaban los invitados a la prueba: Mario Vaquerizo, Terelu Campos, Eduardo Navarrete, María Zurita y Francis Lorenzo. Ana mostró su lado más estratega cogiendo solo tres billetes para elaborar un plato sencillo pero rico. Y le funcionó. Jordi Cruz le reconoció lo inteligente de su decisión: "Creo que es una buena muestra de cómo se hace una prueba de eliminación. Plato sencillo, bien resuelto, con técnica y haciéndolo fácil".

Junto a Ana, Bea también recibió una supervaloración con su carpaccio de langostinos y crujiente de oreja de cerdo. Eduardo Navarrete confesó que la presencia de la oreja en ese plato no le incomodaba. Por su parte, Pepe dejó una frase llena de motivación para Bea: "El conjunto es muy elegante y muy fino. Es de alguien que tiene mano". Ismael, por su parte, recibió una valoración no tan buena. Según el propio aspirante lleva dos semanas en las que no le han ido las cosas como esperaba y "eso se plasma en los platos". El GEO confesó que no poder ver ni hablar con su mujer y su hija es algo que no lleva bien.

El drama llegó de la mano de Víctor, que se dejó en el supermercado el producto que eligió Terelu como alimento a integrar: el bacalao. Sin el pescado, Víctor intentó no venirse abajo y terminó sacando adelante un plato que los jueces consideraron incompleto: "Sin bacalao no hay prueba". El fisioterapeuta reconoció que ese olvido no es el primero que sufre: "Da mucha rabia dejar el programa así. Los errores están ahí y hay que superarlos". Por todo ello, Víctor colgó el delantal negro y se despidió con un agradecimiento a los jueces y al programa: "Sois abrazables. Gracias a MasterChef ahora sé mucho más de cocina".