Putin avisa a Europa de que Rusia "está lista" para una guerra y Zelenski afirma que "nadie puede luchar contra todos"
- "Nadie puede luchar contra todos los demás, ni siquiera Putin", ha subrayado el ucraniano
- DIRECTO: Putin critica los cambios de Europa al plan de paz de Trump
Al jarro de agua que enviaba Putin poco antes de su reunión de este martes con el enviado de Trump, Steve Witkoff, afirmando que si bien su país no desea una guerra con Europa, está "preparado" si los europeos "la desean y la inician", su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, de visita oficial en Irlanda, respondía con un mensaje mucho más conciliador, llamando a la comunidad internacional a apoyar los esfuerzos de las partes para conseguir una paz "duradera". "Nuestro objetivo común es poner fin a la guerra, no solo lograr una pausa en los combates (...) Se necesita una paz digna", ha afirmado el presidente ucraniano.
“Zelenski: "Nadie puede acabar con una guerra solo, ni siquiera Rusia puede hacerlo"“
Han sido casi cinco horas de una negociación que, según el Kremlin, ha resultado "útil, constructiva y significativa". Rusia se ha mostrado dispuesta a seguir dialogando y ha manifestado que no están cerca de alcanzar una solución para Ucrania: "queda mucho trabajo por hacer". También ha señalado que se ha abordado la cuestión del territorio, pero que las partes han acordado no revelar contenido sustancial.
Desde Washington, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha explicado en una entrevista en Fox News que "ha habido algunos progresos en determinar lo que podrá convenir a los ucranianos y darles garantías de seguridad para el futuro".
Moscú ha hecho esta valoración horas después de que Putin, amenazante, advirtiera a Europa de que su país está listo para luchar y de que la derrota de las potencias europeas sería "tan absoluta" en caso de confrontación, que no quedaría "nadie para siquiera negociar un acuerdo de paz".
Además, el jefe del Kremlin, ha acusado a los europeos de "excluirse de las conversaciones de paz" sobre Ucrania porque "han cortado los contactos con Rusia". "Están del lado de la guerra", ha dicho el ruso. Asimismo, las ha culpado de obstaculizar los intentos del presidente estadounidense, Donald Trump, de poner fin a la guerra en Ucrania al presentar propuestas que sabían que serían "absolutamente inaceptables" para Moscú, mientras luego acusaban a Rusia de no querer la paz.
Desde Dublín, donde Volodímir Zelenski ha viajado este martes para afianzar el respaldo de Irlanda a la causa ucraniana, el presidente ha apuntado a la necesidad de que la comunidad internacional contribuya al éxito del proceso negociador porque "hay una auténtica oportunidad ante nosotros". "En Ucrania, necesitamos la paz. Un país solo puede empezar una guerra y un país fuerte puede parar una guerra, pero para defender lo que es correcto se necesita una comunidad de países, que compartan sentimientos, aspiraciones y un deseo de justicia común", ha dicho el ucraniano durante su comparecencia.
"Es la comunidad de naciones la que pueda hacer que la paz no solo exista, sino que perdure, países más grandes o pequeños con mayor o menor relevancia política, cuando todas estas voces se juntan solo hay un resultado posible: la paz y la justicia. Si una comunidad de naciones te apoya, no te pueden aplastar. Nadie puede acabar con una guerra solo, ni siquiera Rusia puede hacerlo. Nadie puede luchar contra todos los demás, ni siquiera Putin", ha remarcado el presidente de Ucrania.
La delegación que ha enviado el ucraniano para negociar con los estadounidenses, que el pasado fin de semana se reunía en Florida con el Secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, podría reunirse este miércoles con el mismo Witkoff y con el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, en Bruselas, según ha indicado un alto funcionario de Kiev a la agencia AFP. "Estados Unidos quiere informarnos directamente después de su reunión" con Putin, ha mencionado Zelenski desde Dublín.
Se espera que los delegados le presenten también al líder ruso una nueva versión del plan estadounidense para acabar con las hostilidades, elaborado después de una versión anterior —conocida como el "plan de los 28 puntos de Trump"— que Kiev y sus aliados europeos estimaron que contemplaba muchas concesiones a Moscú. Los esfuerzos de Estados Unidos "eventualmente restaurarán la paz en Europa", ha dicho al respecto el jefe de la OTAN, Mark Rutte, quien ha señalado estar "seguro" de los esfuerzos de la administración estadounidense.
En esta última semana, los equipos estadounidenses han trabajado para "refinar" esa hoja de ruta y acercarla a un formato más equilibrado. En ese sentido, las últimas gestiones diplomáticas dejaron a Washington "muy optimista" sobre las posibilidades de poner fin al conflicto más sangriento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Pero la duda persiste: ¿cuánto margen hay para redactar un plan que satisfaga simultáneamente los intereses geopolíticos de Washington, las exigencias de seguridad europeas y la necesidad existencial de Kiev de no validar ninguna pérdida territorial? Las versiones encontradas sobre lo ocurrido en la mesa con Putin —y el hermetismo ruso sobre los contenidos de la conversación— no ayudan a calmar el clima.
"No veo nada en este momento que obligue a Putin a recalcular sus objetivos o abandonar sus demandas fundamentales", ha escritoTatiana Stanovaya, investigadora principal del Centro Carnegie Rusia Eurasia, en una publicación reciente en X. Putin está "más confiado que nunca" y convencido de que Rusia puede posponer las negociaciones hasta que Ucrania "finalmente acepte que no puede ganar y debe negociar en los términos bien conocidos de Rusia". "Si los estadounidenses pueden ayudar a avanzar en esa dirección, estupendo. Si no, él sabe cómo proceder de todos modos", ha añadido la experta.
Momento decisivo para Ucrania
La reunión entre Estados Unidos y Rusia llega en un momento crítico para Ucrania. Kiev se ha visto sacudida por escándalos de corrupción que terminaron con la dimisión del jefe de gabinete de Zelenski, Andri Yermak, mano derecha de Zelenski desde que el ucraniano llegase al poder en 2019.
Por su parte, Moscú también ha intensificado en las últimas semanas los ataques con drones y misiles contra Ucrania. En el terreno, las fuerzas rusas han logrado en noviembre su mayor avance en el frente ucraniano en un año, según el análisis de la AFP de datos del Instituto Estadounidense para el Estudio de la Guerra (ISW), que trabaja con el Critical Threats Project (CTP). "Llegar a un alto el fuego es sencillo (...) pero va a ser difícil que satisfaga la voluntad de Putin de tener un Estado títere en Ucrania, y de Zelenski de conservar su territorio", dijo el investigador del Real Instituto Elcano, Félix Arteaga, recientemente en RTVE.es
En un mes, Rusia ha arrebatado 701 km2 a los ucranianos, el segundo avance más importante después del de noviembre de 2024 (725 km2), excluyendo los primeros meses de la guerra en la primavera de 2022.
Además, esta semana Rusia reivindicaba la toma de la ciudad de Pokrovsk, en el este del país, un centro logístico clave para Kiev, así como la de Vovchansk, en el noreste. Sin embargo, Ucrania afirmó el martes que los combates en Pokrovsk continúan. También en noviembre, Rusia lanzó más misiles y drones en sus ataques nocturnos contra Ucrania que el mes anterior, con un total de 5.660 misiles y drones de largo alcance (+2%).
Para el Kremlin, la diplomacia no es un espacio neutral: es una herramienta para consolidar posiciones obtenidas sobre el terreno. Putin llega a esta reunión con Witkoff mostrando músculo político, entre apariciones públicas con mandos militares y reuniones en las que insiste en la "inevitabilidad" de los avances rusos. En este tablero, cualquier proceso de paz que congelara la situación actual sería leído internamente como una victoria estratégica. Moscú aspira a eso: que la guerra deje de ser un drenaje económico y se convierta en un acuerdo que blinde, de facto, las ganancias logradas desde 2022.
El riesgo es evidente para Ucrania. Una paz que congele el status quo significaría aceptar la amputación territorial y limitar radicalmente su margen de maniobra militar. Para Europa significaría, además, un precedente peligroso: un actor que invade, resiste el tiempo suficiente y consigue que sus ocupaciones sean reconocidas en una mesa de negociación.
Europa mira con recelo, Ucrania con ansiedad
Los temores de Europa se hacían realidad cuando Trump presentó su plan de 28 puntos para Ucrania: que Washington y Moscú pacten un acuerdo sin implicarla, cuando tiene más juego que nadie, o fuercen a Ucrania a hacer concesiones injustas frente a Moscú. La reunión entre Putin y Witkoff llega en un contexto de tensión acumulada. Para Bruselas, cualquier arreglo negociado que no pase por sus manos y que deje a Ucrania en una posición subordinada amenaza con fracturar el principio básico del orden europeo: que las fronteras no se cambian por la fuerza y París y Berlín han sido especialmente explícitos en las últimas 72 horas, insistiendo en que cualquier proceso de paz debe contar con la participación efectiva de los europeos y con el respeto total a la soberanía ucraniana.
Kiev, mientras tanto, actúa desde un equilibrio casi imposible. Zelenski y su equipo insisten en que no aceptarán una paz que legitime las ocupaciones rusas. Pero lo hacen en un momento de desgaste político interno, con tensiones dentro del Ejecutivo y presión creciente sobre el frente este. La caída —o posible caída— de localidades como Pokrovsk, que Moscú da por capturada y Ucrania afirma seguir defendiendo, se ha convertido en el símbolo de esa contradicción: se negocia en despachos mientras la línea de combate se mueve hora a hora.
Desde que Putin ordenase el asalto militar a gran escala contra Ucrania en febrero de 2022, calificándolo de "operación militar especial", decenas de miles de civiles y militares han muerto en los cuatro años que ya dura la guerra. Además, millones de ucranianos se han visto obligados a abandonar sus hogares. "Sabemos que llegara el día en que todos nuestros amigos podrán venir a Ucrania", dijo Zelenski en el arranque de su comparecencia de este martes en Dublín. "Ese día también le daremos la bienvenida a todo nuestro pueblo, que puedan volver a su casa. Estamos luchando para que así sea".