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La ayuda humanitaria entra a cuentagotas en Gaza pese a la tregua: "La hambruna sigue avanzando"

  • El alto el fuego no ha impedido los ataques sobre una población hambrienta que ve entrar a cuentagotas los suministros
  • Hay 15.000 pacientes en la Franja esperando la luz verde para poder recibir atención médica especializada fuera
Una mujer desplazada se acerca para recibir raciones de comida de un comedor social en el campo de refugiados de Nuseirat.
Una mujer desplazada se acerca para recibir raciones de comida de un comedor social en el campo de refugiados de Nuseirat. Eyad Baba / AFP

La frágil tregua en Gaza está siendo un respiro cargado de incertidumbre. Asma duerme algo mejor, pero a sus 26 años aún no sabe dónde instalarse ni cómo reiniciar su vida. "La guerra puede volver en cualquier momento", dice desconfiada 17 días después de la entrada en vigor del alto el fuego auspiciado por Donald Trump. El estruendo de las bombas se escucha con menos frecuencia, pero no ha desaparecido del todo. "Esta semana pasada hubo dos sustos, en dos ocasiones creí que la pesadilla iba a volver", explica. Las dos partes implicadas, Israel y Hamás, se acusan mutuamente de violar el acuerdo.

La milicia palestina aún no ha entregado la totalidad de los cuerpos de los rehenes, faltan 12 por localizar, Egipto y la Cruz Roja ayudarán en la búsqueda entre los escombros. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha reanudado los ataques: solo durante las primeras dos semanas 97 personas han sido asesinadas y otras 230 han resultado heridas, según el Gobierno gazatí. "Aquí no nos fiamos de nadie", dice Asma, que aún busca acceder a una tienda para instalarse sobre los escombros de lo que queda de su casa. Más de un millón de personas se han quedado sin hogar y malviven a la intemperie en tiendas de campaña improvisadas con plásticos o en edificios derruidos.

"No son bombardeos diarios, pero sigue habiendo demoliciones y ataques selectivos", explica desde la Franja el coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras, Aitor Zabalgogeaskoa. En una videollamada con RTVE Noticias, asegura que donde les consta que no hay tregua es cruzando la denominada "línea amarilla", la demarcación imaginaria hasta donde se retiraron las tropas israelíes cuando se puso pausa a las hostilidades. Las autoridades locales denuncian que la mayoría de víctimas han sido atacadas mientras intentaban volver a sus hogares. En la parte en la que ya no está el Ejército se ven otras caras, asegura Zabalgogeaskoa. "Estos días son el respiro que necesitaban. Nadie se fía y todo el mundo tiene la sensación de que esto es demasiado frágil, de que los pasos que siguientes van a estar plagados de problemas".

Actualmente, solo los pasos de Kerem Shalom y Kissufim, ubicados en el sur, permanecen abiertos. La ONU ha pedido que se reabran los pasos de Ráfah, Zikim y Erez, cuyo cierre impide el acceso directo al norte de Gaza, donde la población enfrenta niveles críticos de inseguridad alimentaria y un sistema sanitario devastado tras dos años de conflicto. Lo que no ha cambiado es la situación humanitaria. La entrada de ayuda sigue siendo mínima. El pacto impulsado por el actual inquilino de la Casablanca incluye el paso de 600 camiones diarios con suministros básicos. Es cierto que Israel ha reabierto algunos pasos para la entrada de ayuda, pero mantiene cerrado el cruce de Ráfah que conecta con Egipto, "hasta nuevo aviso", impidiendo también el movimiento de personas. El cierre total de los cruces es parte de una represalia por lo que el Ejército israelí describió como una violación del alto el fuego por parte de Hamás. "Todos los días están entrando menos de la mitad de los camiones, unos 300 como mucho, hay días que solo 100 y esto, evidentemente, no nos da para restituir la situación", denuncia la directora ejecutiva del Comité español de la Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina (UNRWA), Raquel Martí.

Una mujer palestina lleva una caja de comida del Programa Mundial de Alimentos tras recogerla en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, el lunes 20 de octubre de 2025.

Una mujer palestina lleva una caja de comida del Programa Mundial de Alimentos tras recogerla en Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, el lunes 20 de octubre de 2025. AP Photo/Jehad Alshrafi

La organización reitera que, aunque entrasen los 600 camiones diarios, tal y como aparece en el plan, no serán suficientes para revertir la grave situación humanitaria que vive el enclave palestino. "La hambruna sigue avanzando, los hospitales siguen sin tener los medicamentos, ni los recursos humanos, ni el equipamiento necesario para atender a todos los heridos que hay. Además, hay más de 40.000 personas que han quedado con secuelas graves y "que van a necesitar tratamiento y rehabilitación de por vida", añade Martí. En Gaza se necesita de todo: comida, mantas, tiendas de campaña, colchones, ropa de invierno... "Necesitaríamos miles de camiones diarios para paliar la crisis y que Israel abra todos los cruces fronterizos para que pudiera entrar ayuda durante 24 horas los siete días de la semana", reclama la UNRWA, que ha trabajado en Gaza desde su creación en 1949 para brindar servicios básicos a los refugiados palestinos. Su labor incluye la provisión de asistencia humanitaria, educación, sanidad y servicios sociales, y ha sido fundamental para el funcionamiento de la ayuda en la Franja durante décadas.

Frutas y verduras por primera vez en meses

Al menos 41 organizaciones que operan sobre el terreno en Gaza han instado al Gobierno de Netanyahu a cumplir sus compromisos en virtud del acuerdo de alto el fuego y del derecho internacional, y a permitir que la ayuda humanitaria "fluya libremente". Denuncian los restrictivos controles por parte del Ejército israelí, incluso una vez alcanzada la tregua. "Las autoridades israelíes han seguido rechazando de manera arbitraria los envíos de asistencia vital hacia Gaza", recogen en un comunicado contra las nuevas restricciones contra las ONG que retrasan aún más el trabajo humanitario urgente. "Si se priorizan los convoyes comerciales, los humanitarios tardan más en llegar y en hacer el trabajo de distribución de las ayudas o llegar a las panaderías para la gente que no tiene dinero", alega el coordinador de emergencias de MSF.

La organización Oxfám Intermón denuncia que unos 50 millones de dólares en bienes esenciales provenientes de ONG internacionales operativas —alimentos, suministros médicos, artículos de higiene y materiales para refugio— permanecen almacenados en cruces fronterizos y depósitos, sin poder llegar a quienes los necesitan. Entre el 10 y el 21 de octubre de 2025, a 17 organizaciones se les ha negado la entrada a Gaza de envíos urgentes de ayuda, incluidos agua, alimentos, tiendas de campaña y suministros médicos. El 94% de todos los rechazos por parte de las autoridades israelíes se dirigieron a ONG internacionales.

Tres cuartas partes de estas denegaciones se basaron en el argumento de que las organizaciones "no están autorizadas" para entregar ayuda humanitaria en el enclave. "Estas organizaciones no son actores nuevos ni inexpertos. Son agencias de confianza que han estado operando en Gaza durante décadas. Tales exclusiones selectivas son una clara señal de que las autoridades israelíes continúan restringiendo y politizando la ayuda, en violación tanto de los términos como del espíritu del acuerdo de alto el fuego", señalaron en rueda de prensa el jueves.

Una mujer acompañada de un niño compra frutas y verduras frescas en un mercado de Deir el-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, el 18 de octubre de 2025.

Una mujer acompañada de un niño compra frutas y verduras frescas en un mercado de Deir el-Balah, en el centro de la Franja de Gaza, el 18 de octubre de 2025. AFP / Bashar Taleb

"En el mercado he visto fruta y verdura, pero no tenemos dinero para comprar nada, los precios siguen siendo muy altos", cuenta Asma tras acudir a algunos comercios. Las organizaciones humanitarias creen que son imprescindibles para que se reanude la golpeada economía en el enclave, pero la escasez de tiendas sigue impulsando los precios, inalcanzables para la mayoría de ciudadanos. Los primeros días de esta débil paz sí permitieron la entrada de combustible y gas. Este último ha estado vetado desde hace meses, hasta el punto de que la gente ha llegado a quemarlo todo, plástico o incluso muebles de sus casas, para calentar la comida. "Había ayuda humanitaria dentro de Gaza, pero no podía ser cocinada, puesto que no había nada con que calentar la comida", argumenta la directora de UNRWA en España. No obstante, la cantidad de gas que ha entrado sigue siendo una cantidad ínfima e insuficiente.

En los últimos días están llegando imágenes de familias cocinando pollo por primera vez desde el comienzo de la ofensiva israelí el 7 de octubre de 2023. "Han conseguido algo de carne después de mucho tiempo", dice Martí. Para mejorar la situación humanitaria en una tierra convertida en escombros es imprescindible que haya productos en el mercado. Pero la UNRWA insiste en que se necesitan más. "Cuando hablamos de 500 camiones diarios antes de la ofensiva, no incluían a los que trasportaban agua, combustible, gas y productos para el mercado", explica su directora en España. Ahora mismo el escenario es apocalíptico por las dimensiones de los escombros: no quedan granjas con animales vivos, no se puede pescar ante la destrucción de la flota pesquera y tampoco quedan tierras agrícolas. "Ahora el Ejército ocupa el 58% de la Franja y justo es la zona de mayor tierras fértiles", denuncia la agencia de la ONU.

15.000 pacientes esperan para ser evacuados

Las cocinas comunitarias impulsadas por las organizaciones están repartiendo al menos un millón de comidas diarias y se calcula que el otro millón de habitantes aún no accede ni a una comida al día. Más de 54 000 niños en Gaza necesitan atención médica urgente por desnutrición severa, según un estudio publicado en agosto por la revista The Lancet. El informe alerta de que miles de niños y niñas gazatíes sufren desnutrición aguda y podrían morir en cualquier momento. Por otro lado, la UNRWA estima que hay 58.000 mujeres embarazadas o lactantes con desnutrición aguda y con riesgo de perder la vida si no reciben atención inmediata.

MSF tiene a 1.700 mujeres en un programa de nutrición y atiende a 170 personas con secuelas del hambre en hospital Nasser. Los efectos en la salud va a ser desastrosas en el medio plazo. "Los niños han estado comiendo poco y mal durante dos años y esto amenaza su futuro", explica Zabalgogeaskoa. Su organización también pone el foco sobre la evacuación de heridos. La OMS ha pedido la apertura de todos los pasos y el aumento de evacuaciones médicas: estiman que hay 15.000 pacientes en la Franja esperando la luz verde para poder recibir cuidado médico especializado fuera de la Franja.

En lo que va de tregua, las evacuaciones se están produciendo a cuentagotas. Este lunes llegron a España 19 niños gazatíes gravemente enfermos que recibirán tratamiento en varias comunidades. Los menores son pacientes de traumatología con lesiones causadas por los ataques israelíes, de oncología y hematología, con cardiopatías congénitas, dolencias neurológicas, oftalmológicas o nefrológicas.