Lecornu supera las dos mociones de censura contra su Gobierno con el apoyo de los socialistas
- El Partido Socialista ha votado en contra después de que Lecornu suspendiera la reforma de las pensiones
- El primer ministro ha dicho satisfecho de que ahora "los debates puedan comenzar"
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, ha superado las dos primeras mociones de censura de su segundo Gobierno, que arrancó el domingo, propuestas por la izquierda radical de La Francia Insumisa (LFI) y la extrema derecha de Marine Le Pen. El jefe del Ejecutivo accedió el martes a suspender la polémica reforma de las pensiones, lo que le aseguraba el apoyo en ambas del Partido Socialista (PS), que había exigido la derogación de la medida como condición para no ejercer la censura.
Tras el debate conjunto de las propuestas, la moción impulsada por la diputada de LFI Mathilde Panot y 86 legisladores más, y la que tenía más posibilidades de ser respaldada, ha sido la primera en ser rechazada por los diputados, con 271 votos. A continuación, ha sido el turno de la presentada por la líder de Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, Eric Ciotti, del Partido Conservador de Francia y 56 diputados más, que solo ha recibido 144 apoyos. Cada moción necesitaba al menos 289 votos para derribar al Gobierno.
RN y LFI insisten en romper con el macronismo
Durante el debate, la diputada de LFI Aurélie Trouvé ha defendido que la suspensión de la reforma de las pensiones "es sólo un señuelo" y aún trataba de convencer antes de la votación a la bancada socialista. "Solo hay dos opciones: continuar con el macronismo o romper con él. Censurar y volver a las urnas, esa es la única esperanza de una nueva vida", ha defendido. Cada moción necesitaba al menos 289 votos para derribar al Gobierno.
"El primer ministro Lecornu, al igual que el presidente Emmanuel Macron, tiene los días contados, y más pronto que tarde, el presidente de la República tendrá que irse", ha defendido en la Asamblea la diputada de los insumisos Mathilde Panot. La formación izquierdista ha presentado este jueves una nueva moción, en este caso de destitución contra el presidente Macron, un mecanismo que nunca ha triunfado en Francia.
Le Pen ha denunciado la creación de "una coalición lamentable" para salvar a Macron, y evitar la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones anticipadas. Su partido, ha adelantado, "votará la censura sin dudar" porque el presupuesto que propone Lecornu —aprobarlo será el primer paso para asegurar su continuidad al frente del Gobierno— "no es un presupuesto".
Tras la votación, el presidente de RN, Jordan Bardella, ha lamentado el resultado y ha dicho en un mensaje en X que "todos aquellos que hoy se han negado a la censura serán responsables del sufrimiento futuro del país". Los sondeos sitúan a RN como la fuerza más votada en caso de volver a las urnas.
Lecornu convence al PS al suspender la reforma de las pensiones
El miércoles, la dirección del PS pidió votar en contra de la moción de censura, ya que el primer ministro había accedido a su reivindicación de suspender la reforma de las pensiones hasta las elecciones presidenciales de 2027. Lecornu llamó a celebrar una conferencia para abordar el asunto y buscar alternativas, en la que participen tanto las distintas fuerzas políticas como los sindicatos en las próximas semanas. Ahora bien, pese a que aseguró que se sometería a debate parlamentario, también adelantó que no aceptaría "cualquier cosa".
Sin el apoyo de los socialistas, ninguna de las dos mociones tenía posibilidades de salir adelante. Sin embargo, el diputado socialista Laurent Baumel ha pedido a Lecornu "nuevas concesiones" durante los debates parlamentarios sobre el presupuesto, y ha adelantado que la "no censura" de este jueves "no era en ningún caso un pacto de no censura" para el resto de la legislatura. La continuidad del Gobierno, ha dicho, depende de la eficacia de la anunciada suspensión y de que no haya "trampas ni artimañas procedimentales".
La controvertida reforma aprobada en 2023 desató una crisis en Francia que recordaba a la de 'los chalecos amarillos', con protestas multitudinarias que pedían su derogación. Ahora, con una Asamblea dividida en tres grupos, las fuerzas de izquierda —que ganaron las elecciones legislativas agrupadas en una coalición progresista— y, en especial, los socialistas, habían puesto esta medida en el centro de sus demandas para apoyar a cualquier primer ministro propuesto por Macron, que en los últimos dos años ha nombrado a cinco distintos.
El martes, Lecornu se mostró abierto a buscar consenso entre el resto de fuerzas que componen el Parlamento y a someter a debate su propuesta de presupuestos para el 2026. Además, se comprometió a no utilizar el artículo 49.3 de la Constitución, un mecanismo que sí utilizó su predecesor, François Bayrou, y que permite adoptar proyectos por decreto, sorteando su votación en la Cámara. Esta era otra de las principales demandas de los socialistas para un eventual apoyo a su Ejecutivo.
Aún así, en la bancada socialista siete diputados sí han apoyado la moción de la izquierda radical, la mayoría de ellos legisladores de los territorios de ultramar, que el miércoles reprocharon al nuevo Gobierno su "desamor" hacia estas zonas.
Lecornu, "manos a la obra"
Una vez concluidas las votaciones, el primer ministro ha dicho estar dispuesto a ponerse "manos a la obra". "Ya ven la gravedad de la situación en la que nos encontramos. Ya ven que es difícil. Era necesario que los debates pudieran comenzar. Y van a comenzar", ha dicho en declaraciones a BFMTV mientras abandonaba la Asamblea Nacional tras el fracaso de las mociones.
En su intervención ante la Cámara, Lecornu ha asegurado que la Asamblea se enfrentaba a un "momento de la verdad" en el que debía elegir entre el "orden republicano" y el "desorden". "O entramos en debate, o entramos en una crisis política, y deben aceptarlo", ha dicho después. "Mi Gobierno no teme la censura", ha afirmado antes de las votaciones el jefe del Ejecutivo, que la semana pasada presentó su dimisión al considerar que no se daban "las condiciones" para desarrollar su labor.
Fue entonces cuando Macron le pidió 48 horas más para reunirse de nuevo con las fuerzas políticas en un último intento para evitar la crisis política. Dos días después del fin de las consultas con el resto de partidos, el presidente apostó de nuevo por el ex ministro de Defensa, que el domingo nombró a su nuevo gabinete. Ahora, superadas las mociones, el siguiente paso es el comienzo del debate sobre el presupuesto de 2026, cuyo texto se presentó el martes en el Consejo de Ministros.
La propuesta del Ejecutivo, que prevé un esfuerzo de unos 30.000 millones de euros, tiene previsto llegar al hemiciclo el próximo viernes. El líder del PS, Olivier Faure, ha asegurado que la izquierda se unirá para "corregir" un presupuesto que considera "injusto" y "recesivo", así como para conseguir nuevas concesiones del Gobierno. Sin embargo, desde La Francia Insumisa han llamado a los militantes y votantes socialistas a "romper filas" con las directrices marcadas por la dirección del partido.
El martes, Lecornu expuso la "urgencia" de aprobar las cuentas del año que viene y de "cumplir con el calendario" e insistió en que había que "confiar en el Parlamento". Hacer frente a la elevada deuda francesa es uno de los grandes retos del Gobierno francés —como lo fue para los Gobiernos fallidos de los predecesores de Lecornu— y el primer ministro garantizó que, tras "la discusión parlamentaria" del presupuesto, el déficit público francés cerrará "por debajo del 5% del PIB en 2026.