Macron da dos días a su primer ministro Lecornu para negociar con otros partidos tras presentar su dimisión
- Lecornu acepta la petición de abrir conversaciones con todos los partidos para garantizar la "estabilidad del país"
- El Ejecutivo no contaba con el respaldo parlamentario necesario para superar una hipotética moción de censura
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha encargado este lunes a su primer ministro, Sébastien Lecornu, que ha dimitido esta misma mañana, que mantenga conversaciones de última hora con otros partidos políticos para intentar encontrar una salida a la crisis.
Lecornu ha aceptado la petición de "mantener conversaciones definitivas con las fuerzas políticas para garantizar la estabilidad del país". Asimismo, ha confirmado que el miércoles por la noche comunicará "al jefe del Estado si esto es posible o no, para que pueda sacar las conclusiones pertinentes". Por su parte, la líder de Agrupación Nacional, Marine Le Pen, ha asegurado que Macron solo "tiene dos opciones posibles: dimitir o disolver el Parlamento".
El primer ministro había presentado este lunes su dimisión pocas horas después de desvelar su propuesta de Gobierno. Antes de su renuncia, Lecornu había anunciado el domingo y de forma parcial la composición del nuevo Ejecutivo, muchos de ellos ministros de centro-derecha ya presentes en el gabinete de su predecesor, François Bayrou. Con tan solo 27 días en el cargo, es el cuarto primer ministro que pierde el macronismo en menos de dos años.
Desde la oposición, las primeras reacciones no se hicieron esperar. Tanto el partido de extrema izquierda La Francia Insumisa como la formación de ultraderecha Agrupación Nacional (AP) coincidieron en criticar el continuismo de Lecornu y anticiparon su caída, dado que sin pactos con otras formaciones no contaba con el respaldo parlamentario necesario para superar una moción de censura. El líder del Partido Socialista francés, Olivier Fauré, también admitió que no podía concebir la posibilidad de que su formación se alinease con el Ejecutivo.
En una breve intervención, Lecornu ha criticado que las formaciones se han comportado "como si tuvieran su propia mayoría en el Parlamento". "Estaba dispuesto a llegar a un acuerdo, pero cada partido político quería que el otro adoptara su programa completo", ha subrayado.
Pero las presiones también se sintieron entre sus socios de coalición. El líder del partido conservador Los Republicanos, Bruno Retailleau, señaló el fin de semana su descontento por la composición del gabinete, en el que aspiraban a tener mayor presencia, lo que lo llevó a anunciar una reunión para decidir si abandonaban el Gobierno. A este respecto, Lecornu ha recordado a Los Republicanos que "hay que pensar siempre en las francesas y los franceses".
La última apuesta fallida de Macron
El ahora ex primer ministro había sido la última apuesta del presidente francés, Enmanuel Macron, para superar el ciclo de parálisis política que enfrenta Francia desde las elecciones en julio de 2024. El líder galo recurrió a uno de sus fieles y a una figura que, además, encarnaba algo de estabilidad al haber sido el ministro que más tiempo había permanecido en su Gobierno. Este a su vez se presentaba como un contendiente capaz de llegar a acuerdos con cada uno de los partidos, en especial con el secretario general de AP, Jordan Bardella.
De hecho, Bardella ya adelantó a mediados de septiembre que Lecornu podría enfrentar el mismo destino que su predecesor si persistía en seguir las directrices políticas de Macron. En su momento, Bayrou se vio obligado a dimitir como primer ministro tras no superar una moción de confianza que respaldase sus presupuestos generales para 2026.
"Sin duda, el efímero primer ministro no tuvo margen de maniobra, y fue el propio Emmanuel Macron quien formó su gobierno (...) no puede haber estabilidad sin el regreso a las urnas y la disolución de la Asamblea Nacional", ha declarado Bardella a la cadena francesa BFM TV. Sus palabras también han sido respaldadas por la líder de extrema derecha, Marine Le Pen.
Su renuncia abre las puertas a diferentes escenarios, incluida la convocatoria de elecciones anticipadas, una situación que el presidente francés ha tratado de evitar de forma reiterada. Por su parte, el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Melenchon, quien ha solicitado una reunión esta tarde con otros líderes de la izquierda, ha instado a la "consideración inmediata de la moción presentada por 104 diputados para el proceso de destitución de Emmanuel Macron", así como a la celebración de nuevos comicios.
El líder de Los Republicano ha admitido que, si persiste la situación de bloqueo, se verán "obligados a volver a las cabinas de votación".
"La Asamblea Nacional no tiene mayoría y en realidad está configurada en tres bloques que funcionan de dos a dos entre los partidos de Macron, la izquierda y la extrema derecha de Agrupación Nacional; no hay solución parlamentaria", ha recalcado en una entrevista al canal 24 horas el historiador y politólogo francés, Benoît Pellistrandi. "La única opción sería adelantar elecciones y anunciar la disolución de la Asamblea Nacional, pero el gran riesgo sería una mayoría absoluta de la extrema derecha", ha admitido.
La economía francesa, principal punto de disputa política
La gestión de la economía en Francia se ha convertido en el principal caballo de batalla de los distintos partidos políticos que conforman la Asamblea Nacional. Cuando Bayrou asumió el cargo de primer ministro, ya alertó del "estado catastrófico" de las finanzas francesas, sobreendeudadas, sin suficiente producción y con un nivel de trabajo por debajo de sus competidores, lo que a su juicio obligaba a un plan de choque que incluía profundos recortes en gasto social.
En su momento, Bayrou presentó un ajuste fiscal de 44.000 millones de euros que incluía una reducción de gasto en sectores como las pensiones y sin contemplar medidas solicitadas por la izquierda francesa, como el aumento de impuestos a las rentas altas. El Gobierno preliminar presentado por Lecornu auguraba continuar con las propuestas de su antecesor.
Los planes de austeridad del Ejecutivo no solo han causado rechazo en el Parlamento francés. Las calles del país se llenaron en septiembre y a principios de octubre de cientos de miles de ciudadanos que protestaron en su contra, lo que incluyó cortes de carreteras y altercados puntuales en las grandes ciudades. En menos de un mes se han contabilizado hasta tres huelgas contra las medidas de austeridad del Ejecutivo francés.
"La causa de la crisis en la cual estamos es del presidente de la República y la crisis financiera es también responsabilidad de los 7 años del Gobierno de Macron", ha señalado Pellistrandi. "Pero nada ni nadie puede obligarle a presentar su dimisión", ha destacado.
La renuncia de Lecornu ya se ha dejado notar en la bolsa de París, que ha caído en un 2%. Del mismo modo, las acciones bancarias han sufrido fuertes bajadas, dejando a BNP Paribas, Société Générale y Crédit Agricole con pérdidas de entre el 5,7% y el 7,3%.