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Análisis

¿Es viable una coalición de partidos soberanistas con Podemos para concurrir a las generales, como pide Rufián?

  • El portavoz de ERC en el Congreso llama a título personal a confluir para ocupar el espacio "huérfano" que ha dejado Sumar
  • Los expertos ven posible captar "ilusión" con la iniciativa pero un gran reto a la hora de plantear un proyecto nacional
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.
El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. EFE/Borja Sanchez-Trillo
ROCÍO GIL GRANDE

Una suma de partidos soberanistas y de izquierdas presentándose a unas elecciones generales en todo el territorio nacional es algo que no se ha visto jamás en España, pero es lo que plantea el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. Por ahora, su llamamiento es a título personal (Esquerra no lo comparte) y los expertos ven en él un "globo sonda", pero también coinciden en que existe una ventana de oportunidad para volver a "ilusionar" ante el riesgo de desmovilización por los casos de corrupción que afectan al PSOE y el hundimiento del proyecto que inició Yolanda Díaz, Sumar. No todos coinciden en si un movimiento así está encaminado al éxito electoral, pero sí en que supone múltiples retos.

El propio Rufián insistía este miércoles en la red social X en su llamamiento a formaciones como EH Bildu, el BNG o Compromís, pero también a Podemos, pese a no ser una formación independentista, pidiéndoles tener "menos pureza" y "más cabeza". "El independentismo y el soberanismo de izquierdas ha reclamado históricamente una izquierda plurinacional que le entienda y ayude (...) Basta ya de esperar, hagámosla nosotros. O nos la volverán a hacer y será mentira". Además, ha advertido contra los "cálculos e intereses particulares" de las formaciones y les ha preguntado "de qué sirve sacar dos o tres diputados más" si enfrente van a tener al líder de Vox, Santiago Abascal, "de vicepresidente", o al secretario general del PP, Miguel Tellado, como "ministro del Interior".

Su idea es la de repetir la fórmula de las pasadas elecciones europeas. Entonces, Esquerra concurrió junto a EH Bildu, el BNG y Ara Mès bajo la denominación de Ahora Repúblicas y obtuvo tres escaños, los mismos que Sumar pero con un porcentaje de voto mayor (un 4,9% frente al 4,7% de los de Yolanda Díaz). Ahora Repúblicas fue la cuarta fuerza política más votada en España, por detrás del PP, PSOE y Vox. Díaz, por su parte, dejó la dirección de Movimiento Sumar tras el fracaso en aquellos comicios y ahora el partido está en manos de cuatro coordinadores, cuyo liderazgo aún es desconocido entre la población.

Su intención ahora es configurar una lista conjunta con los nacionalistas y con Podemos pero no con Sumar, con quien ha sido muy crítico en reiteradas ocasiones. De hecho, ha pedido una izquierda plurinacional "que sume de verdad", en una referencia velada a los de Díaz. La propia vicepresidenta segunda del Gobierno defendía este miércoles en Antena 3 las alianzas en la izquierda desde un "programa de mínimos y de emergencia democrática", pero advertía de que esto "no va de una suma de siglas" porque se ha contastado, ha dicho, que esta fórmula "no funciona".

Pero pocas horas después de lanzar su propuesta, la portavoz de ERC, Esther Capella, dejaba claro: "No estamos en ese escenario". Si bien admitía que su partido tiene intención de hablar con todos los partidos nacionalistas y ve lógico establecer objetivos "comunes", daba portazo a la propuesta: "Esto no está sobre la mesa".

También la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, aclaraba este miércoles que Esquerra no les ha realizado ninguna propuesta formal y cree que se trata de una iniciativa "personal" de Rufián. Este jueves, la eurodiputada 'morada' Irene Montero, ha dicho en RNE que "las alianzas electorales van a caer por su propio peso" pero ha matizado que "hay alianzas muy poderosas como la que ERC, Bildu y Podemos que no pasan por alianza electoral pero han sido las más eficaces para avanzar en derechos".

Reactivar la ilusión con figuras "catalizadoras" como Rufián

"Es una iniciativa curiosa", declara a RTVE.es el politólogo de la Universidad Carlos III de Madrid Pablo Simón, que cree que la razón principal es "intentar generar ilusión en torno a esta candidatura para provocar una especie de bola de nieve" que haga que "todo el mundo hable" de ella. Pero advierte de que, como no se de ese efecto, el resultado electoral para estas formaciones no va a ser muy diferente a lo que sucedería si fueran por separado. Y es que, ERC seguiría presentándose solo en Cataluña, Compromís solo en la Comunidad Valenciana y BNG en Galicia, por poner varios ejemplos, más allá de que lo hagan bajo un paraguas común de la coalición electoral.

Para la politóloga Ana Salazar, "no es descabellado pensar en una ventana de oportunidad para reactivar al electorado a la izquierda del PSOE", ya que en la última década ese espacio "ha pasado por un ciclo de entusiasmo, desencanto y cierta sensación de desamparo político". Primero, con Podemos, luego con Unidas Podemos y "más recientemente" con Sumar, lo que hace que parte del electorado "se sienta huérfano de una propuesta coherente, creíble y combativa", expone. Además, en un contexto en el que los casos de corrupción que afectan al PSOE tampoco ayudan.

Subraya también que figuras políticas "fuertes" como la de Rufián "logran conectar emocionalmente con el electorado más allá del eje territorial": "Es percibido por sectores de la izquierda no independentista como una voz que dice lo que muchos piensan, con contundencia y sin complejos. Su figura podría actuar como catalizador si viene acompañada de un proyecto político bien articulado", añade.

Coincide el politólogo de la Universidad de Barcelona Jesús Palomar, que cree que liderazgos de partidos como ERC o EH Bildu "caen simpáticos a determinados sectores del votante español". "Yo estoy seguro de que alguien de izquierdas de Madrid o Burgos diría ‘yo le votaría’. Pues ahora les pueden votar, no directamente pero sí a una coalición en la que ese líder está". Cree que esto puede ser un hecho diferencial: "Imagínate un mitin en Madrid con estos partidos pidiendo el voto y saliendo de sus circunscripción iniciales, erigiéndose como la alternativa".

Palomar cree que el proyecto puede sacar más escaños que si fueran los partidos por separado al evitar que haya "voto perdido o no representado" de formaciones que no logran habitualmente escaños en determinadas circunscripciones, algo que suele pasarle factura a Podemos y tradicionalmente a IU por cómo está planteada la ley electoral. Además, compara la iniciativa con el Nuevo Frente Popular francés, el bloque de izquierda que se presentó y ganó las elecciones en Francia "con el objetivo común de evitar que la extrema derecha gobernase el país".

El reto: plantear un proyecto para toda España siendo separatistas

Pero no todo son ventajas. "Hay una dificultad enorme, y que le ha pasado factura a Sumar, que es la de redactar un proyecto que una a todo el mundo", recalca Giselle García Hípola, politóloga de la Universidad de Granada. Y más aún teniendo en cuenta que se trataría de partidos independentistas y no independentistas: "Hace falta un relato que sea muy claro en todo el territorio".

"Rufián es un líder de un partido nacionalista. ¿Se va a quitar la parte nacionalista para concurrir a unas elecciones? Podría ser, pero no nos olvidemos que ha gobernado en Cataluña con Junts, que es un partido nacionalista y conservador", prosigue, y recalca que muchos votantes de izquierda susceptibles de apoyar a esta hipotética coalición quieren un Estado "más federalista o unitario". Por eso, cree que la estrategia para poder funcionar en todo el territorio sería centrarse en el eje de izquierda y no tanto en el eje nacionalista que representan partidos como Esquerra, pero aun así cree que los partidos a la izquierda del PSOE tienen "una definición poco clara de su modelo de Estado" que puede pasarles factura.

Salazar considera que "en comunidades como Andalucía, donde la cuestión rupturista no tiene peso, incluir a fuerzas claramente independentistas puede generar rechazo": "La clave estará en construir una narrativa federalista o plurinacional, centrada en los derechos sociales, el refuerzo del autogobierno y la justicia territorial, más que en el marco de ruptura o autodeterminación".

Por otro lado, considera Palomar, los partidos nacionalistas tienen que explicar a su propio electorado que se vayan a presentar "con un partido del Estado" como puede ser Podemos, porque de lo contrario les puede pasar factura. Aunque cree que no sería complicado, ya que Podemos no gobierna actualmente con el PSOE y "siempre se ha mostrado a favor del derecho a decidir, pese a no ser independentista".

Salazar pone también sobre la mesa que "la cuestión de liderazgo" es clave en un proyecto así y advierte: "Todas las formaciones implicadas cuentan con liderazgos fuertes, con trayectorias marcadas y con tensiones previas. La historia está llena de ejemplos en los que el exceso de personalismos han debilitado las alianzas".

Uno de esos ejemplos en los que los personalismos pueden restar se vio precisamente en 2023, cuando el veto de Sumar a Irene Montero (Podemos) centró buena parte del discurso y generó una imagen de división que no benefició a la coalición de cara a las elecciones del 23J. Una división que se consumó poco después con la ruptura del Grupo Parlamentario.

Podemos puede marcar la diferencia

Precisamente, la politóloga ve clave que Podemos esté en la hipotética coalición para que tenga éxito: "Podemos es, a día de hoy, la única fuerza con una implantación estatal que podría dar a esta coalición un carácter verdaderamente nacional. Su presencia aporta un marco federalista que amplía el espectro político más allá del soberanismo periférico. Sin Podemos, el proyecto tendría una capacidad limitada para articular un discurso común para todo el país".

Pero Simón no tiene claro que a la formación de Ione Belarra le interese aliarse con otros partidos y considera que se arriesga a quedar desdibujada, sobre todo en circunscripciones grandes como Madrid, Valencia, Barcelona o Sevilla, que son sus puntos fuertes en las generales, ante el peso de partidos como Más Madrid, Compromís, los ‘comunes’ o Adelante Andalucía.

Por ahora, todo se queda en hipótesis, ya que no hay negociaciones reales para confluir ni hay todavía elecciones generales a la vista. Los expertos consultados creen que las palabras de Rufián van dirigidas a estudiar la reacción que puedan tener las formaciones a las que apela para ver si es viable o no su propuesta.

García Hípola cree que, "si realmente todos los partidos a la izquierda del PSOE se uniesen, pero de verdad y no en términos tácticos sino estratégicos y de futuro, esto funcionaría". Ello pasaría por "explicar bien" al electorado "qué van a votar cuando estén en el Congreso, si van a apoyar o no unos presupuestos, si van a dar apoyo a Sánchez o no". Pero cree que "no es el marco en el que están", sino en el "tacticismo". "Esto les tiene paralizados. Están mirando más hacia adentro que hacia afuera y el votante cada vez está más apático y más desmotivado ante los casos de corrupción", concluye.