Díaz asegura que Sumar se planteará su posición en el Gobierno si la presunta corrupción "se extiende al PSOE"
- La vicepresidenta del Gobierno ha pedido "recoser" la confianza en la ciudadanía
- Exige "garantías" de una "limpieza absoluta radical" dentro del PSOE
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha asegurado que Sumar se replanteará su posición en el Gobierno si los casos de presunta corrupción que salpican a Ferraz "se extienden al PSOE": "Esto supondría que existe un mecanismo de financiación irregular y esto es de una gravedad manifiesta".
Así se ha pronunciado la líder del socio minoritario en el Gobierno en una entrevista concedida al Canal 24 horas cuando ha sido preguntada sobre un posible cambio de escenario si la investigación revela más implicados en los casos de corrupción que afectan al PSOE.
Por ello, ha solicitado a los socialistas "garantías" de que hay una "limpieza absoluta radical" en el seno de la formación para atajar una herida que según dice es "dolorosísima".
Pide "recoser" la confianza en la ciudadanía
Díaz, que pidió la semana pasada un "reseteo" de la legislatura a raíz de los audios desvelados por la UCO, ha exigido este miércoles a su socio mayoritario un "mecanismo de legitimación democrática". Una fórmula que no ha concretado, aunque sí ha sido firme sobre el hecho de que, a su juicio, hay que "recoser la confianza en la ciudadanía".
La vicepresidenta del Gobierno ha repetido en múltiples ocasiones esta idea, aunque también otra que ya argumentó el martes cuando compareció tras reunirse con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en Moncloa para exigirle "medidas de regeneración democrática": "La corrupción no es inevitable, no somos todos iguales".
En segundo lugar, la ministra de Trabajo ha solicitado "compromiso" para poder "relanzar" y cumplir el proyecto político que comparte con el PSOE. Asimismo, Díaz ha indicado que es necesario "abundar" en la "cultura de la prevención y la erradicación" de la corrupción en España. En este sentido, ha pedido "poner fin a los cinismos" y ha hecho un alegato a favor de lo que considera "la buena política".
Poner fin a los aforamientos
Sobre los detalles de las exigencias planteadas al PSOE, Díaz ha profundizado en la cuestión de los aforamientos, cuya eliminación puso como condición para seguir adelante con la legislatura.
"¿Creen que es normal que los políticos estemos aforados en conductas de corrupción? No tiene sentido", ha criticado al tiempo que recordaba las recomendaciones que ha elaborado el Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO) sobre este asunto.
En este sentido, ha recordado que hay cinco comunidades autónomas que ya han modificado sus respectivos estatutos para modificar esta cuestión, por lo que no sería necesario alterar la Constitución para abordar el asunto.
Además, ha reiterado que la comparecencia que el jefe del Ejecutivo ofreció el lunes para dar explicaciones sobre todo lo ocurrido en su entorno fue "insuficiente" porque "hay aspectos que la ciudadanía necesita saber" y que a su juicio todavía no se han puesto sobre la mesa.
"Lo primero, qué ha pasado, qué controles han fallado y qué medidas se van a adoptar para regenerar nuestro país y evitar sucesos como los que estamos conociendo", ha señalado.
Contundencia con los corruptores
Con los corruptores, la vicepresidenta segunda del Gobierno ha vuelto a pedir "contundencia". Sobre ello, y en respuesta a las palabras del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, quien alegó que para que las empresas caigan en prácticas de este tipo necesitan a un actor en el "poder", Díaz ha recordado que también requieren de un corruptor.
"Lo que esperaría de Garamendi es que saliese a defender la honorabilidad de las empresas que van a tomar medidas en relación a los presuntos corruptores (...) La corrupción no es una broma", ha aseverado la ministra.
Preguntada por su relación con el ex secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, Díaz ha asegurado que "no ha hablado con él" jamás y que "más que sorprenderse" cuando explotó el caso, se llevó un "disgusto". En esta línea, la ministra de Trabajo ha criticado lo "repugnante" del caso en tanto que, mientras su equipo se "dejaba la piel" durante la pandemia para impulsar medidas como los ERE, "había unos golfos robando". "Me estalla la cabeza", ha expresado con tono airado.