Pablo Escobar: realidad y ficción de uno de los criminales más sanguinarios de Colombia
- Colombia no vivía un episodio de atentados contra presidenciables como el de Miguel Turbay desde Escobar
- Informe Semanal repasa la figura del líder del cártel de Medellín que marcó la historia criminal de Colombia
El intento de magnicidio contra el precandidato presidencial conservador, Miguel Uribe Turbay, ha reabierto viejas heridas en un país tocado profundamente por la violencia.
El atentado contra el senador uribista de Centro Democrático, que recibió varios disparos durante un mitin en la ciudad de Bogotá, ha puesto en jaque la seguridad, no solo de aspirantes a la presidencia de la República, también de una población que ha sufrido históricamente el impacto de la violencia.
El clima de tensión recuerda al que atravesaba el territorio hace 30 años en medio de la guerra con las extintas FARC y la pugna por el poder que se disputaban los carteles de la droga. Eran tiempos de Pablo Escobar. El criminal más temido de Colombia, que tenía nexos con altas esferas de poder, dejó una huella imborrable con un reguero de atentados con el que bañó de sangre el país. Bajo sus órdenes fueron asesinados, secuestrados y amenazados líderes políticos y de opinión que se atrevieron a alzar la voz contra el narcoterrorismo liderado por el jefe del cartel de Medellín.
"Los que vivimos los años 80 y 90 en este país nos acaban de despertar tantas cosas. Yo estaba chiquita, pero hace treinta y pico años que no había un atentado contra un candidato como el que ha habido contra el precandidato presidencial", cuenta Juliana, una caleña residente en Bogotá que se acerca a nosotros en la calle al ver el micrófono de TVE. La preocupación que nos traslada por el ataque contra Miguel Uribe Turbay la comparte gran parte de la sociedad.
El último estallido de violencia ha llevado a los colombianos a recordar, de forma inevitable, dramáticos episodios de crímenes contra presidenciables. El país tiene hoy más presente que nunca el asesinato de Luis Carlos Galán. En 1989, el líder del partido Liberal era uno de los favoritos para dirigir la República. Su sueño se truncó en agosto de ese mismo año. Durante un mitin multitudinario, al sur de la capital, recibía varios impactos de metralla. Horas más tarde fallecía como consecuencia de los disparos. Su hijo Carlos Fernando Galán, hoy alcalde de Bogotá, confiesa que tenía la esperanza de que nunca se volviera a repetir un atentado similar.
Impacto en la sociedad
"Todos estamos impactados por lo que pasó porque todos hemos tenido a alguien cercano al que le ha pasado algo así. Este es un país que ha sufrido mucho por la violencia, mucho, que tiene unas heridas muy profundas (…) La violencia política ha tocado a muchos en Colombia. No es un caso solamente como el mío. Y tal vez que eso juega un rol muy importante en que queramos superar esto, todos. Y que, cuando vemos situaciones como esta, digamos que no podemos abrir la puerta a situaciones que deriven en una cadena nueva de violencia", afirma el alcalde Bogotá e hijo de Luis Carlos Galán, el candidato asesinado en 1989.
En Colombia hay varios factores que contribuyen a los estallidos de violencia. En regiones vulnerables donde no hay presencia de las instituciones del Estado se han fortalecido grupos armados que luchan por el control de economías ilegales y por las rutas del narcotráfico.
Además, en un país tremendamente polarizado, Gobierno y oposición se han enrolado en un enfrentamiento dialéctico violento que tampoco contribuye a rebajar la tensión política a un año de las elecciones.
Pero si por algo se caracteriza la sociedad de Colombia es por su enorme capacidad de resiliencia y de dar ejemplo en medio de la adversidad. A pesar de la división, nadie está dispuesto a revivir un doloroso capítulo de la historia que creían borrado con la muerte, hace ya 31 años, del temido Pablo Escobar.