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El Museo Nacional de Arte de Cataluña cree que trasladar las pinturas de Sijena es "activar una bomba de relojería"

  • Podrían darse "una serie de reacciones químicas" en las obras, según la jefa del Área de Restauración del MNAC
  • El presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha calificado la decisión del Supremo de "histórica"
Detalle de las pinturas murales del monasterio de Sijena, conservadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Detalle de las pinturas murales del monasterio de Sijena, conservadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Kike Rincón / Europa Press
RTVE.es / AGENCIAS

Después que el Supremo dictaminara que las pinturas murales del Monasterio de Sijena (Huesca) deben volver a esa localidad oscense, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, donde están en la actualidad, ha defendido que la preservación del patrimonio y asegurado que su traslado sería como "activar una bomba de relojería".

El Tribunal Supremo confirmó este miércoles la sentencia de la Audiencia de Huesca que ratifica la propiedad aragonesa de las valiosas obras. Además, han afirmado que deben de volver a su lugar de origen, es decir, moverlas desde Cataluña a Aragón. Actualmente, las pinturas se encuentran en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), no obstante, el Supremo indica que deben regresar al Real Monasterio de Santa María de Sijena, ubicado en Huesca.

La jefa del Área de Restauración y Conservación Preventiva del MNAC, Carme Ramells, ha explicado este jueves que estas pinturas son como un "artefacto" por los cambios que han sufrido a lo largo de los años, porque tienen latentes en su interior "una serie de reacciones químicas en potencia" que se pueden activar cuando hay cambios de "humedad relativa" o "cuando hay vibraciones", lo que ocurriría en caso de transporte. Todo ello, puede comportar una "modificación tensional", pero también la "caída de pintura".

Pintura mural en tonos terrosos en techos abovedados de una sala de museo. Vitrina central con objetos expuestos y visitantes observando.

Las pinturales murales ubicadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Kike Rincón / Europa Press.

Las pinturas sufrieron un incendio

A su juicio, Ramells confiesa que hay que hablar de pinturas muy frágiles y, en el caso de Sijena, todavía más, porque antes de ser arrancadas y trasladadas a Barcelona en 1936, sufrieron un incendio, "una calcinación, con unas temperaturas altísimas, que cambiaron su estructura química" que llegó casi a los mil grados, ha recordado. Las obras fueron rescatadas mediante la técnica del strappo, "entre un 35% y un 38% son reintegraciones con yeso", ha dicho. A través de este proceso, ha explicado, se han añadido otros materiales, como un adhesivo de caseinato cálcico y han sido dotadas de otro soporte, y que usan la expresión "pinturas murales arrancadas y traspasadas a tela".

Ramells ha hecho hincapié en la sensibilidad de las pinturas a los cambios ambientales y ha señalado que los estudios que se han realizado a nivel físico constatan que estas pinturas y las reintegraciones "no soportan la vibración". Ha indicado que la fragilidad de las pinturas de Sijena ha sido comprobada científicamente, a lo que se debe añadir que estas obras sufrieron un incendio y estuvieron expuestas a temperaturas elevadas que llegaron casi a mil grados, lo que alteró los colores de las obras.

Pintura renacentista de la Presentación de Jesús en el Templo, expuesta en un atril. La Virgen entrega al niño a un hombre con túnica roja; otros personajes observan.  Carteles informativos acompañan la obra.

Tabla de presentación de Jesús en el templo expuesta en el Real Monasterio de Santa María de Sijena. Javier Broto

"Entendemos que un traslado, un cambio de emplazamiento, podría suponer dañar las pinturas y es un riesgo elevadísimo".

La conservadora ha querido recordar que existe un control de la calidad del aire en la sala donde se expone las obras, no solo de humedad y temperatura, y la sala tiene aire filtrado para mantener la estabilidad de las pinturas.

Ha advertido de que son químicamente muy reactivas, "un pequeño cóctel explosivo", por los componentes de los productos que se usaron en el entelado de las pinturas, y que si aparecen modificaciones que alteren las condiciones físicas y químicas estables se pueden desencadenar reacciones químicas, como la generación de sal.

El Tribunal Supremo confirma el regreso de las pinturas murales de Sijena desde Cataluña a Aragón

El Gobierno de Aragón celebra la decisión del Supremo

El presidente del Gobierno aragonés, Jorge Azcón, ha calificado de “histórica y justa” la sentencia del Tribunal Supremo que condena al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) a devolver las valiosas pinturas del Monasterio de Sijena, y ha asegurado que no contempla otro escenario que la colaboración de la Generalitat en el proceso.

Azcón ha asegurado que su Gobierno dispone de un plan elaborado por expertos para llevar a cabo el desmontaje, traslado y almacenamiento de las pinturas murales románicas de la sala capitular de Sijena.

Ha recordado que el MNAC y la Generalitat, instituciones condenadas en un litigio que comenzó hace casi 9 años, deben encargarse de este proceso de devolución y su cumplimiento en el plazo de veinte días dado, desde que la resolución del Supremo llegue al Juzgado de Primera Instancia número 2 de Huesca, que enjuició el caso en 2016, y se lleve a cabo la ejecución de su sentencia original.

Más allá del gobierno aragonés, algunos integrantes de otros partidos han comentado la noticia: el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, ha asegurado que respeta la sentencia que obliga al museo a restituir las pinturas murales en el monasterio y ha afirmado que su partido no entrará en "guerras fratricidas por el arte".

"Nosotros vamos a respetar siempre las decisiones judiciales y nunca haremos guerras fratricidas por el arte y la cultura, que es lo que le interesa al separatismo, siempre que puede utilizarlo, y a la izquierda", ha manifestado Garriga tras la inauguración de la nueva sede de Vox en Tarragona.

El Supremo descarta que las pinturas fueran usurpadas

La sentencia de la Sala de lo Civil obliga al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) a restituir a la sala capitular del Monasterio de Villanueva de Sijena (Huesca) las pinturas murales, arrancadas al inicio de la Guerra Civil por el funcionario de la Generalitat catalana José Gudiol en condiciones precarias.

Según el Alto Tribunal, no consta en ningún documento que la priora de Valdoreix en nombre del Instituto Religioso de las Hermanitas de Belén ostentara la representación jurídica de la comunidad de Sijena, por lo que no consideran válida la transmisión patrimonial que suscribió para facilitar la permanencia de los bienes del monasterio en Cataluña.

También se descarta la existencia de pruebas de la cesión de las pinturas en favor de la Generalitat por parte de la congregación de Sijena, y se hace referencia a un decreto pontificio que deja en manos de la entonces priora del Monasterio de Sijena, Virginia Calatayud, la posibilidad de ejercer acciones para recuperar las pinturas, derecho que ejerció posteriormente, añade el tribunal, a través del Gobierno aragonés.

El Supremo ha rechazado, asimismo, la propiedad catalana de las pinturas por usurpación, o derecho sobre una propiedad por uso continuado en el tiempo, ya que, a juicio de los magistrados, el MNAC "nunca llegó a poseer las pinturas murales como dueños".

Predela de un retablo religioso en vitrina, con paneles que muestran escenas religiosas y decoración dorada.  Sobre ella, otra pieza con decoración dorada y un escudo.

Predela del Retablo de la Piedad, expuesta en el Monasterio de Santa María de Sijen ubicado en Sijena (Huesca, Aragón). Europa Press

Contexto histórico

El conflicto por los bienes del Monasterio de Sijena es una disputa histórica entre Aragón y Cataluña por la recuperación de piezas de gran valor artístico y patrimonial atesoradas en el cenobio. Durante la Guerra Civil española, el monasterio fue incendiado y numerosas obras se retiraron y trasladaron, incluyendo pinturas murales y objetos litúrgicos para salvaguardarlas.

Hacia 1960 se comenzó la reconstrucción del monasterio, pero en 1970 las monjas de la Orden de Malta, custodias del conjunto, se trasladaron a un convento en Valldoreix, cerca de Barcelona. Se llevaron numerosas obras de arte, que depositaron para su conservación en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y en el Museo Diocesano de Lérida, dado que Sijena, entonces, pertenecía a la diócesis de Lleida.

En las décadas de 1980 y 1990, las hermanas vendieron bienes artísticos, concretamente hasta un total de 97 obras del monasterio, a la Generalitat de Cataluña por 450.795 euros (75 millones de pesetas, aproximadamente). La compraventa objeto de más polémica fue la referente a las 44 piezas que se vendieron al museo de Lérida en 1983. Este lote incluía tres sepulcros de tres prioras, cuatro tablas policromadas del siglo XVIII, pinturas sobre tela del siglo XVIII y altorrelieves de alabastro de mediados del XVI.