El europeísta Nicusor Dan asume la Presidencia de Rumanía y pone fin a seis meses turbulentos
- Dan se impuso al candidato euroescéptico con un 53,6% de los votos en segunda vuelta
- El nuevo presidente espera montar un Ejecutivo europeísta comprometido con Ucrania
La dirección de esta página ha sido copiada en su portapapeles
El europeísta Nicusor Dan ha asumido este lunes la Presidencia de Rumanía. Ha prestado juramento en una sesión conjunta de las dos cámaras del Parlamento. Ganó, el pasado 18 de mayo, en la segunda vuelta de las elecciones rumanas más participativas desde que hay registros. Se impuso a George Simion, el candidato euroescéptico del partido Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), que era favorito tras ganar en primera vuelta.
Dan ha iniciado su mandato con la promesa de formar pronto un gobierno europeísta. "Juro dedicar todas mis fuerzas y habilidades a la prosperidad espiritual y material del pueblo rumano, respetar la Constitución y las leyes del país, defender la democracia, los derechos y libertades fundamentales, la soberanía, la independencia, la unidad y la integridad territorial de Rumanía”, ha declarado al asumir el cargo.
El que fue desde 2020 alcalde de Bucarest dio la sorpresa, pues en la primera vuelta de los comicios obtuvo apenas el 21% de los votos, frente al 41% de Simion. Los sondeos a pie de urna, el pasado 18 de mayo, vaticinaban también la derrota de Dan. Finalmente pudo movilizar a los contrarios al líder de AUR e imponerse con un 53,6% de los votos.
Anulaciones electorales aprobadas y rechazadas en el país
El candidato euroescéptico, en un primer momento, felicitó a su rival por la victoria. Aún así, poco después, presentó una solicitud de anulación del proceso. Alegaba interferencia electoral internacional, aunque los observadores independientes rechazaron la acusación.
El Tribunal Constitucional rumano deliberó y, el pasado jueves, declaró que desestimaba el recurso de Simion por unanimidad. Habría sido la segunda anulación consecutiva de unas elecciones en el país ya que, el pasado diciembre, la Justicia rumana ya ordenó repetir unos comicios tras denuncias de injerencia rusa y financiación irregular del ganador.
Aquella vez, Calin Georgescu, cercano a Rusia, se impuso. Antes de los comicios, las encuestas le daban poco más del 6% de los votos, sin embargo, acabó por tener casi el 23%. El TC del país acabó por inhabilitarlo el pasado marzo, por lo que no se presentó a estas últimas elecciones.
Unas elecciones marcadas por la polarización
La cuestión europea ha sido protagonista en los comicios del sexto país más poblado de la Unión. El voto se ha dividido casi a partes iguales entre el candidato europeísta y el euroescéptico.
Nicusor Dan, matemático de formación, se ha mostrado partidario de una mayor participación de su país en Bruselas. También ha dado muestras de preocupación por la situación en Ucrania, con la que Rumanía comparte frontera. En una charla con varios medios de la prensa internacional previa a las elecciones, entre ellos Radio Nacional, declaró que “el apoyo a Kiev es fundamental para la seguridad comunitaria” y se mostró, además, favorable al rearme europeo.
Por su parte, George Simion, en declaraciones a RNE antes de las elecciones, arremetió contra la Unión: “Nuestro lugar está en Europa, sí, pero como iguales, no como súbditos. Mientras Bruselas impone reglas, olvida proteger lo más sagrado: la dignidad de nuestros ciudadanos. Queremos una Europa fuerte, pero también queremos que Rumanía sea respetada, como lo son países fuera de la UE, como Noruega o Suiza”. La posición de Simion es cercana a la de líderes ultranacionalistas europeos como Viktor Orban, de Hungría, o Giorgia Meloni, de Italia.
El reto económico del nuevo Gobierno de Rumanía
Rumanía, miembro de la UE desde 2007, está a la cola del bloque en los índices de pobreza. Según datos de Eurostat, en 2024 el 28 % de la población rumana se encontraba en riesgo de pobreza o exclusión social, solo superada por Bulgaria (30 %). La situación se agrava en el caso de los menores de 18 años, de los cuales el 39 % estaba en riesgo de pobreza, la cifra más alta de la UE.
El nuevo Gobierno (que el nuevo presidente espera esté apoyado por los cuatro partidos europeístas: los socialdemócratas del PSD, los conservadores del Partido Nacional Liberal (PNL), los liberales de USR y la formación de la minoría húngara UDMR) tiene el desafío de restaurar la confianza en las instituciones. Deberá, además, encarar una difícil situación económica marcada por el déficit más alto de la Unión Europea (UE) y la amenaza de una rebaja en la calificación crediticia del país.
