Un mapa del corazón en diez minutos: desarrollan un chaleco que mejora la detección de arritmias
- El Hospital Gregorio Marañón de Madrid ha tardado 20 años en crear este sistema formado por 128 electrodos
- Más de 1.800 pacientes ya se han beneficiado de esta técnica no invasiva
Un mapa del corazón en tan solo diez minutos y sin técnicas invasivas. Aunque suena a ciencia ficción ya es posible gracias a un chaleco con 128 electrodos desarrollado por el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Este artilugio llamado 'Corify', que mejora la detección y el tratamiento de arritmias, ya ha beneficiado a más de 1.800 pacientes. Uno de ellos es Francisco, que acudió al médico al sentir que se le "aceleraba" el corazón. "Palpitaciones, algún pequeño mareo, no estaba bien", ha relatado a TVE.
Ante ello, su cardiólogo decidió aplicarle está técnica, la primera de este tipo del mundo. "Nuestro paciente tiene una arritmia cardiaca y lo que hacemos es colocar una serie de sensores en la superficie del tórax para identificar el origen de dicha arritmia", cuenta el doctor del Gregorio Marañón, Ángel Arenal.
Una guía para las operaciones
Con la aplicación de esta tecnología, los resultados se obtienen en tiempo real. "Lo que tiene cada uno (de los sensores) es un QR que detecta automáticamente con esta cámara infrarroja donde ha quedado colocado cada uno de los electrodos", afirma el Ingeniero biomédico del Hospital Gregorio Marañón, Santiago Ros.
"Estos sensores detectan la actividad eléctrica del corazón y la representan en una cavidad que se va a crear con inteligencia artificial y que nos va a decir las zonas por donde se mueve la electricidad dentro del corazón", añade, por su parte, Ángel Arenal, mientras ve con detalle la zona responsable del trastorno del ritmo cardiaco.
El chaleco 'Corify' sirve para diagnosticar, pero también para apoyar y guiar en las intervenciones. Finalmente, a Francisco le deben practicar una ablación con catéter, una intervención a la que ha podido acudir TVE. "Hacemos una serie de lesiones con un tipo de energía que se llama campos eléctricos pulsados y lo que hace es destruir las células cardiacas sin afectar a las estructuras que están alrededor como el esófago, los nervios, los vasos las arterias", indica Ángel Arenal.
Al igual que con Francisco, se espera que esta técnica, conseguida tras más de 20 años de investigación, pueda ayudar a mejorar la detección de afecciones en otros pacientes y que siga evolucionando en el futuro.