León XIV, el papa con el corazón en Perú: "Chiclayo siempre fue su hogar"
- "Su corazón siempre estuvo en el Perú, incluso cuando fue enviado a Roma o a Chicago", afirma uno de sus compañeros
- Prevost no solo ha hecho historia por ser el primer papa estadounidense, también por su labor misionera en Latinoamérica
La elección del nuevo papa León XIV fue inesperada para muchos peruanos que no esperaban a un nacional suyo como pontífice, como el obispo de la diócesis de Callao, monseñor Luis Alberto Pacheco. "La sorpresa nos llenó de mucha alegría, de mucho gozo", declara a RTVE.es. Tanto él como sus compañeros religiosos se ilusionaron al recibir la noticia de su nombramiento. "Yo estaba en una zona donde casi no hay línea de internet. Cuando me enteré que salió el humo blanco, corrimos hacia la parroquia más cercana para verlo por televisión". Minutos después, las cortinas del balcón del Vaticano se abrían y estallaba el júbilo. "Al verlo, saltamos de alegría, y nos emocionamos aún más cuando mencionó su querida diócesis de Chiclayo", afirma.
Ante los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro, León XIV (antes conocido como Robert Francis Prevost), no dudó en dirigirse a la comunidad peruana con la que tantos años había convivido. "Si me permiten, un saludo a todos aquellos, y en modo particular a mi querida diócesis de mi Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo", dijo en un perfecto español que emocionó a sus compatriotas.
Frente a la catedral de Santa María de Chiclayo, los medios locales recogían las celebraciones de decenas de fieles. "¡El papa es chiclayano!", coreaban, como si su equipo hubiera ganado el Mundial. León XIV, el cardenal Robert Francis Prevost, no solo ha hecho historia por ser el primer papa estadounidense, también por su labor misionera, con un vínculo especial con Latinoamérica, igual que el papa Francisco. "Su corazón siempre estuvo en el Perú, incluso cuando fue enviado a Roma o a Chicago", corrobora el obispo de la diócesis de Chiclayo y compañero de Prevost, monseñor Edison Edgardo Farfán.
Sorprendente es también para muchos que se haya optado por otro papa latinoamericano tras Francisco. "Hay un claro mensaje por parte de los cardenales electores, pues este es ya el segundo papa del sur global, siendo esta parte del mundo donde se encuentra la mayoría de católicos", establece el profesor asociado del Departamento Académico de Humanidades y miembro del Centro de Investigaciones de la Universidad del Pacífico, Fernando Alberto Armas Asín. "Es, por tanto, un modo de responder a la realidad contemporánea de un catolicismo donde el sur tiene una fuerza enorme dentro de él", destaca.
Un norteamericano en el corazón de la costa y sierra peruanas
Nacido en Chicago en 1955, Prevost llegó a Perú en los años 80 como un joven misionero agustino. "Su corazón siempre estuvo en el Perú: Todo lo que aprendió, lo aprendió allí", expone monseñor monseñor Farfán. Hablaba poco español, pero pronto se hizo al idioma y a sus costumbres. "Se adaptó a la cultura peruana, sobre todo a la de Chiclayo, del norte", asegura monseñor Barrera.
Fue en Chulucanas, una de las regiones más empobrecidas del país, donde empezó a fraguar su vínculo profundo con el Estado andino. Luego vendría Trujillo, donde enseñó en la casa de formación Derecho Canónico y Patrística, y finalmente Chiclayo, su gran amor terrenal.
El papa León XIV, entonces obispo de la diócesis de Chiclayo (I), junto al obispo de la diócesis de Callao, monseñor Luis Alberto Barrera Pachecho, durante una ceremonia litúrgica Diócesis de Callao
En 2014, el papa Francisco lo nombró obispo de la diócesis, y al año siguiente, el propio Prevost se hizo ciudadano peruano. La nacionalidad fue un acto formal: su pertenencia ya estaba inscrita en cada misa, en cada desayuno de frito chiclayano en el el restaurante Trébol, frente a la catedral. "Era uno más, cuando terminaba daba las gracias e impartía la bendición", ha recordado al canal peruano Latina Noticias uno de los camareros del local.
"Si algo permanece, esa es la constante de su sensibilidad por las personas más vulnerables", admite monseñor Barrera. "Durante la pandemia, venía manejando desde Chiclayo, que es más o menos 14 horas hasta acá, y fue de la mano con Cáritas para promover las ollas comunes y los comedores populares para la gente más de Pachacútec, que es la zona más pobre de Callao", rememora.
Prevost nunca fue un obispo de escritorio. Recorrió Lambayeque, Cajamarca, y zonas remotas de la costa y sierra peruanas. Su trabajo, recogido en las revistas pastorales de la diócesis, muestra su constante presencia y cercanía con las comunidades de las regiones altoandinas. "El fin de nuestra labor pastoral es una Iglesia en salida, con espíritu misionero y de apertura”, declaraba en una publicación de 2015.
Captura de un artículo de la revista pastoral de la diócesis de Chiclayo (octubre, 2015) DIÓCESIS DE CHICLAYO
"El énfasis [del papa León XIVI] efectivamente va a ser la de renovar el sentido religioso de las personas", refleja Armas. "Una Iglesia que se piense como comunidad, y eso significa renovar la tarea misionera. La mayor parte del catolicismo en el mundo está hoy en zonas que podríamos denominar 'misioneras'. En ese sentido, tiene una mirada muy latina, muy africana", subraya.
Pese a que rara vez se dejaba ver en las portadas, su labor en el país sudamericano dejaba huella: asistencia a grupos deprimidos, acompañamiento en las parroquias más alejadas, formación de seminaristas y presencia en cada fiesta patronal. "Toda su vida ha sido una entregada a la misión; si de él hubiera dependido, habría preferido estar con la gente más sencilla del Perú", considera monseñor Barrera. "Pero, como padre de Iglesia obediente y disponible, siempre fue a donde le pidieron", añade.
"Cuando terminó su mandato como superior general, le dije: 'Hermano, esta tu casa te espera con los brazos abiertos'. Y él respondió: 'Soy religioso y obedezco a mi seguidor' pero Chiclayo ha sido siempre su hogar", confirma monseñor Farfán..
Al mismo tiempo, supo navegar las tensiones existentes en Perú entre los teólogos de la liberación y sectores ultraconservadores sin polarizar. "Él ha trabajado sobre todo en su deseo de comunión, de paz social; cuando estaba aquí siempre invitó a las autoridades a trabajar hacia este objetivo, al igual que en su cercanía y empatía con todos sus hermanos obispos", argumenta monseñor Barrera.
Con la mirada en América y el mundo
En el Vaticano, antes de convertirse en papa, ocupó cargos de alto rango: prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina. Pero en Chiclayo y Callao lo han seguido recordando por su sencillez y cercanía con sus hermanos de la Orden de los Agustinos.
"Mira, yo en ese entonces estaba también en Tarma [ciudad del interior de Perú], pero cuando conversábamos y le preguntaba dónde iba cuando llegaba a Callao, me comentaba que iba a su comunidad. Ese era el lugar exacto donde se sentía especialmente acogido", resalta. "Pero él siempre se sintió muy contento por la calidez de todas las personas; y en especial por la sencillez", insiste.
Ahora, la elección de Prevost como papa ha generado expectativa y esperanza. "A partir de su primer discurso y la homilía, tenemos dos dimensiones del nuevo papado: una es que continuará con la línea trazada por Francisco de sinodalidad, la otra es la de ser implacable en la lucha contra las inmoralidades dentro de la Iglesia", distingue Armas.
"Se ha intentado desacreditar al cardenal Prevost [bulos lo acusan de archivar casos de abusos sexuales], pero él ha respetado los procesos de la Iglesia y ha actuado con prudencia y misericordia", advierte monseñor Farfán.. "Ha sido muy sensible con las víctimas: las ha escuchado, ha compartido su dolor, y está comprometido con la verdad y la justicia", establece.
Su estilo moderado y su compromiso con los más vulnerables le auguran un papado pastoral, pero también político. Desde Estados Unidos, el presidente Donald Trump celebró su elección, aunque Prevost no ha olvidado que Francisco I, con quien mantuvo gran cercanía, ya le lanzó una crítica velada contra sus políticas migratorias: "Una persona que piensa en construir muros, y no puentes, no es cristiano".
"Es difícil decir cuál será su primera visita oficial, pero la región americana va a ser un tema prioritario: conoce las problemáticas de las relaciones norte-sur, y es posible una visita a zonas cercanas de Estados Unidos, seguramente con intervenciones en torno a la problemática migratoria", aventura Armas.
En su primer discurso, mientras miles en Roma lo escuchaban, el nuevo pontífice destacó: "La humanidad necesita de Dios como puente para ser alcanzada por su amor. Ayudaos también vosotros, los unos a los otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro". Roma y el resto de la Iglesia católica lo acogen ahora, pero Chiclayo ya lo había adoptado hace tiempo.
"En cada cónclave, todos los cardenales son candidatos, pero siempre nos sorprende cómo Dios va eligiendo a aquellos que necesita según el momento", revela monseñor Barrera. "Estoy seguro de que seguirá clamando por la paz. Como agustino, su carisma es la comunión: escuchar, dialogar y construir consensos", enfatiza monseñor Farfán.. "Es un kairós [algo importante en el momento oportuno] para Chiclayo, para el Perú; para la Iglesia universal", concluye.