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Cónclave, cambio de era (XII)

Roma da la bienvenida a León XIV, aunque sin demasiado fervor: "Estamos acostumbrados a papas, le acogeremos"

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Portada de 'L'Osservatore Romano' con la foto de León XIV en San Pedro
Portada de 'L'Osservatore Romano' con la foto de León XIV en San Pedro AP Photo/Francisco Seco

A unos 40 minutos en metro de la plaza San Pedro, en el barrio de Esquilino en Roma, ya se venden imanes con la cara de León XIV. Solo queda uno a la venta, al lado de decenas de recuerdos de Francisco. "Es una cosa de prueba, han hecho pocos, pero han volado", cuenta Giacomo, dependiente del quiosco.

¿Van a hacer más? "Quién sabe, a nosotros nos da un poco igual", responde. Su actitud representa la de muchos romanos, ajenos al fervor que se vive estos días por el cónclave, aunque benévolos hacia el papa, independientemente de quién sea este. "Lo acogeremos bien, en Roma acogemos a todos", señala Valeria, una estanquera que ha seguido el cónclave más por el cotilleo que por religiosidad, confiesa.

Uno de los pocos souvenirs de León XIV disponibles en Roma

Uno de los pocos souvenirs de León XIV disponibles en Roma Á. CABALLERO

"Los romanos estamos un poco distanciados del Vaticano. Son dos ciudades distintas, dos países distintos", asegura Donato, al frente de una tienda de discos. "Pero somos muy tolerantes, muy ecuménicos, los acogemos a todos", dice, con una sorna muy romana, y añade: "Estamos muy habituados, nos va bien cualquiera que venga, en un principio, luego ya lo empezamos a criticar".

En la misma línea se pronuncia Gianfranco, que regenta una zapatería justo al lado de Santa María la Mayor, la basílica en la que está enterrado Francisco. "Nosotros los romanos tenemos mucho amor por el papa, hemos visto tantos... mi miedo es que este sea mi último papa", ríe.

Resignación: de nuevo sin papa italiano

Todos los entrevistados coinciden en que no conocían previamente al cardenal Robert Francis Prevost, quien no figuraba entre los grandes favoritos como papable. Pero por sus primeras palabras y gestos, genera una buena impresión. "Parece muy preparado", dice Angelo acostado en la barra de un bar con un capuchino en la mano.

"Es americano, pero tiene la doble nacionalidad con Perú y ha sido misionero, son puntos a favor", opina. ¿Era hora de un papa italiano? "Eso ya no importa, lo relevante es lo que piense", señala. Los medios del país, igual que los de gran parte del mundo, apostaban por un pontífice italiano después de 50 años en los cuales no han ostentado esta posición -Juan Pablo II era polaco, Benedicto XVI alemán y Francisco argentino-.

En cambio, e igual que ocurrió con la elección de Francisco, cuando aquí se daba por hecho que sería papa el italiano Angelo Scola, los pronósticos han vuelto a fallar. Ni Pietro Parolin, el gran favorito, ni Pierbattista Pizzaballa, que había ganado puestos en las quinielas en los últimos días. Este viernes, los medios locales destacan, en su mayoría, el hecho de que sea el primer papa estadounidense. También se puede ver algún apunte sobre la "derrota" de la Iglesia italiana, que ha acudido, de nuevo, dividida, se lee en La Stampa.,

¿Un nuevo Francisco?

Muchos esperan que siga el camino de Francisco, muy querido en Roma, tanto por creyentes como por no religiosos. Así lo cree Gianni, propietario de una librería en la Via Merulana, por donde pasó el cortejo fúnebre del difunto papa.

En su entorno se aprecia a Bergoglio "como persona, más que religiosamente". Valora, por el momento, el hincapié que hizo León XIV en la paz en su primera alocución al público. "Para mí, esta es la función que tiene que tener la Iglesia y el papa en concreto: la paz".

El hecho de que sea estadounidense, considera, puede ser un acicate para lograr la paz dada la gran influencia de la política exterior de Washington. "Esperaba uno americano o ruso", dice medio en broma, y confía en que Prevost tenga "más éxito" que Francisco a la hora de poner fin a los conflictos de Oriente Medio o de Ucrania.

Recuperar la normalidad tras el terremoto del cónclave

También Anna Maria, una anciana dueña de una histórica tienda de bellas, pide que León XIV mantenga las mismas convicciones que Francisco. "Parece simpático, pero tendrá que demostrar su valía", apunta, con cautela.

Como tantos otros habitantes de la ciudad, vive con cierta distancia lo que ocurre en el Vaticano. En Roma, explica, existe el dicho "li fatti de la pila li sa er coperchio" -en dialecto-, algo así como "lo que pasa en la cazuela lo sabe solo la tapa", o lo que es lo mismo, lo que ocurre dentro de la Santa Sede se queda allí, mientras el resto de la ciudad eterna sigue con su vida.

Anna Maria, en su histórica tienda de bellas artes en el barrio de Esquilino

Anna Maria, en su histórica tienda de bellas artes en el barrio de Esquilino Á. CABALLERO

"Lo que pasa allí no nos afecta, pero sí en nuestro día a día", comenta Donato, de la tienda de discos. Por culpa de los cortes de tráfico que ha provocado la marea humana que acude al cónclave y al Jubileo de 2025, él tarda una hora en hacer el trayecto entre su casa y el trabajo en lugar de la media hora habitual.

Por ello, algunos han respirado aliviados con la elección del papa. No por fervor, sino por recuperar algo de normalidad en su día a día, lejos de los quehaceres del Espíritu Santo en la Capilla Sixtina. Aunque en Roma, eternamente asaltada por millones de turistas, la normalidad nunca llega a ser tal.