Cristóbal López, arzobispo de Rabat: "Pretender ser papa significa estar mal de la cabeza o del corazón"
- A falta de concretar la fecha, se espera que el cónclave comience a partir del 5 de mayo
- DIRECTO: sigue la última hora de la muerte del papa Francisco
El cardenal arzobispo de Rabat, el español Cristóbal López, ha asegurado que pretender ser papa "significa o bien estar mal de la cabeza o bien estar mal del corazón" y ha sostenido que no tiene ninguna pretensión de ocupar ese cargo. Nacido en Almería, este religioso es uno de los siete cardenales españoles que participarán en el Cónclave para elegir al nuevo pontífice y, por su edad (72), es uno de los papables. A falta de concretar la fecha, se espera que la votación comience a partir del 5 de mayo, tras los nueve días de luto obligatorio que comienzan este sábado, una vez finalizado el funeral de Francisco.
"La responsabilidad que supone en una sola persona el rol del papa, la suprema autoridad de la Iglesia católica, sobrepasa a cualquier persona y, por lo tanto, pretender eso significa, o bien estar mal de la cabeza, o bien estar mal del corazón y tener ansias y pretensiones del poder", ha explicado el cardenal de Rabat a TVE. Ha defendido que cualquiera que "pretenda, que quiera o que desee ser papa" es o "enfermo mental, o enfermo espiritual".
Después de que miles de personas hayan dado el último adiós al papa Francisco en un multitudinario funeral en la Plaza de San Pedro, todas las miradas están ahora puestas en el cónclave. El cardenal arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José Cobo, ha augurado en una conversación con TVE un Cónclave "complejo", por la diversidad de cardenales pero "no muy largo".
En total, participan en el encuentro 134 cardenales electores, de los cuales 108 fueron designados por Francisco —que apostó por religiosos de países procedentes de países como la India, donde la Iglesia católica está creciendo, o como Singapur, Ghana o Mongolia, donde la población cristiana es minoría—. La gran incógnita es si el próximo papa estará alineado con el ala reformista de la iglesia, como el difunto pontífice, o con la conservadora, muy critica con alguna de las medidas aperturistas impulsadas en el recién finalizado papado.
"No me vería jamás en ese rol"
La actitud de "desear o pretender" ser papa no existe entre los cardenales, asegura López, "aunque mucha gente no se lo crea". Ahora bien, ha continuado, "uno dice 'yo no quiero', pero si la iglesia me lo pide, si los hermanos cardenales me eligen, no puedo decir que no estoy disponible". El cardenal está en las quinielas que inundan los medios y que buscan especular sobre quién entre los purpurados se convertirá en el próximo jefe de la Iglesia católica aunque, asegura que el hecho de que su nombre resuene estos días "quiere decir que no caerá esa pesada carga a mis espaldas".
El cardenal está convencido de que "se va a cumplir una vez más eso de que quien entra al cónclave papa, sale cardenal". "No tengo ninguna pretensión y es más, no me vería jamás en ese rol", ha dicho López, que sostiene que esas especulaciones "no tienen ningún fundamento lógico y en esto de la elección del papa la lógica no funciona demasiado. Ya pasó con Francisco y con muchos otros, que nadie se lo esperaba y resultaron elegidos. Así que estoy muy tranquilo", ha dicho.
"Como dijo otro cardenal cuando le preguntaron si podía ser papa: 'Sí, papa frita'", ha bromeado después el arzobispo de Rabat.
Las quinielas, ha dicho López, hay que tomarlas "con sentido del humor", una manera de afrontar la vida muy defendida y practicada por Francisco. El arzobispo de Rabat ha dejado claro qué línea quiere que siga la Iglesia y ha aprovechado su intervención para defender el legado y las ideas del difunto pontífice porque, asegura, son las que se corresponden con el Evangelio. "Él nos las ha refrescado y nos las ha traducido al lenguaje ordinario de hoy en día", ha dicho.
La importancia de las conversaciones previas al cónclave
Desde la muerte del papa Francisco, los cardenales —que han ido llegando poco a poco al Vaticano desde el pasado lunes— se han empezado a reunir en unos encuentros cuyo objetivo es organizar tanto las exequias del difunto pontífice como la celebración del cónclave. Los purpurados, procedentes de más de 70 países distintos, se valen de estas reuniones para conocerse mejor entre ellos antes del cónclave y para tantear el rumbo que puede tomar la Iglesia en el próximo papado.
Las conversaciones que se mantengan estos días y las intervenciones de los distintos religiosos son "importantes" por dos motivos, según el cardenal de Rabat. "Porque nos conocemos poco, hemos tenido pocos contactos entre nosotros y, segundo, porque en estos días se va a trazar el retrato robot de la persona mejor adaptada para dar respuesta a la situación del mundo y de la Iglesia", asegura.
Según el arzobispo, en estas reuniones, los cardenales "ponen en común" la visión que cada uno tiene "del mundo, de la sociedad y de la Iglesia" para trazar entre todos "un panorama completo". "Puede que ahí un desconocido tenga una intervención que convenza a muchos y que haga ver que esa persona tiene una visión que recoge las inquietudes de la mayoría. Así como sucedió con Francisco puede suceder ahora", expone el religioso.
López defiende las ideas de Francisco
Al ser preguntado sobre su futuro voto, López ha explicado que sintonizará con aquellos que coincidan con las ideas de Francisco. "Me gustaría escuchar que muchos hermanos ven como fundamental el continuar adelante con el proceso de sinodalidad —que apoya una Iglesia más cercana al pueblo— o con el proceso de diálogo y encuentro interreligioso, o con el proceso de una Iglesia en salida, misionera, que no se queda mirándose a sí misma, un proceso que va va hacia el reino de Dios que todos podemos y debemos construir juntos", ha explicado.
"Si escucho a alguien proponer estas cosas sintonizaré con él y a lo mejor le voto", ha defendido López.
En la misma línea se ha pronunciado el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, que asegura que lo que espera la "Iglesia del nuevo papa es que sea como Francisco". Sin embargo, está por ver si ese es el pensamiento generalizado entre los participantes del cónclave. El pontificado de Francisco, enfocado en los más vulnerables ha sentado un precedente para muchos religiosos, pero su manera de hacer también ha sido objeto de duras críticas dentro de la institución.
"El frente de oposición más fuerte a las reformas del papa Francisco lo ha tenido dentro de la propia Iglesia y en su propia casa, dentro de la Curia romana", explicó hace unos días en el Canal 24 Horas el teólogo Juan José Tamayo.
Francisco nombró a cerca del 80% de los cardenales que votarán en el cónclave, pero esto no significa que todos ellos sigan su línea aperturista. Más allá de quinielas y conjeturas, al finalizar el encuentro—que, como siempre, tendrá lugar a puerta cerrada y bajo secreto en la Capilla Sixtina— se conocerá el nombre del próximo papa y, solo a partir de entonces, el mundo podrá hacerse una idea de cuánto respetará su sucesor la huella que deja Francisco en la Iglesia católica.