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La justicia social y el voto de pobreza, pilares del primer papa jesuita

El voto de pobreza, pilar del papa Francisco

Francisco salió elegido del cónclave de 2013 como el primer papa jesuita de la historia de la Iglesia católica y, a lo largo de su pontificado, fueron numerosas las ocasiones en las que escenificó y transmitió la necesidad de acogerse a uno de los principios fundamentales de la Compañía de Jesús: caminar junto a los pobres en una misión de reconciliación y justicia.

El sumo pontífice intentó trasladar ese voto de pobreza al que se deben someter los jesuitas e insistía en que el mundo debe mirar más a los pobres y ofrecerles la oportunidad de soñar con algo mejor, pidiendo que no se sigan los dictados del mercado: "El dios mercado o la diosa ganancia son falsas deidades que nos conducen a la deshumanización y a la destrucción del planeta".

Defensor del papel de "redistribución" del Estado

En este sentido, el papa señaló que la lucha por alcanzar una justicia social real se basaba en la reducción de las desigualdades, por lo que pidió responsabilidad a las instituciones, al tiempo que señaló que la legitimidad no se gana solo con los votos de las elecciones, sino gobernando: "El Estado, hoy más importante que nunca, está llamado a ejercer ese papel central de redistribución y justicia".

Estas palabras no gustaron en absoluto al presidente argentino, Javier Milei, que lleva años calificando la justicia social de "aberración" basada en el "resentimiento" y la "envidia".

Precisamente, el Gobierno de Argentina fue objeto de críticas por parte del papa Francisco cuando la policía reprimió las protestas por los recortes de Milei: "Tenían derecho a reclamar lo suyo, todos son comunistas... El Gobierno se puso firme. En vez de pagar justicia social, pagó el gas pimienta, le convenía".

La justicia social "emana del Evangelio"

Francisco siempre se mostró cercano a los más vulnerables, adhiriéndose a la vida en pobreza que deberían seguir los jesuitas y solicitando la creación del salario mínimo universal que ofrezca dignidad a todos y la condonación de la deuda externa para los países más pobres. Junto a esto, alertó de que seguir los preceptos de los mercados "conducen a la deshumanización".

Las palabras del papa provocaron que incluso fuese tildado de comunista por algunos críticos, pero él insistía en que la justicia social es una herramienta obligatoria para la Iglesia porque "emana del Evangelio" y que el objetivo debe ser alcanzar la equidad de todos.

A lo largo de sus años de pontificado, y mientras lidiaba con escándalos financieros en el seno de la Iglesia, Francisco basó su defensa de la justicia social en la necesidad de ejecutar este pilar desde el ámbito comunitario como la base, decía, "para garantizar los derechos de tierra, techo y trabajo como algo sagrado".