Hungría blinda en la Constitución la prohibición de la marcha del Orgullo LGTBI+
- El Parlamento húngaro sitúa así derechos fundamentales como el de reunión y la libre expresión en un segundo plano
- La comunidad LGTBI+ ha asegurado que "no es protección de la infancia, es fascismo"
El Parlamento húngaro ha aprobado este lunes una controvertida enmienda constitucional que blinda la prohibición de las marchas del Orgullo LGTBI+ en el país. Esta ley ha salido adelante bajo el argumento de que antepone "la protección de la infancia" a derechos fundamentales como el de reunión y la libre expresión.
La reforma, aprobada por 140 votos en un Parlamento de 199 escaños, ha sido impulsada por el primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, y respaldada por la mayoría absoluta de dos tercios de su partido, el Fidesz.
La enmienda aprobada establece en la Constitución que "el derecho del menor al adecuado desarrollo físico, mental y espiritual prevalecerá sobre todos los demás derechos fundamentales, con la excepción del derecho a la vida", lo que supone que el derecho de reunión se subordina a esta "protección de la infancia".
El texto de la enmienda constitucional señala que "todo niño tiene derecho a la protección y a los cuidados necesarios para su correcto desarrollo físico, mental y moral", y agrega que este derecho de los menores constituye "una protección de carácter prioritario".
Otra enmienda aprobada también este lunes establece el reconocimiento constitucional de dos sexos, masculino y femenino, lo que exime a otras identidades de género.
Manifestaciones en contra de la enmienda
La votación se ha producido entre escenas de tensión, cuando diputados y activistas del partido liberal Momentum han intentado bloquear parcialmente la plaza Kossuth, donde se sitúa el edificio del Parlamento, como protesta contra la aprobación de la enmienda.
A mediados de marzo, la mayoría de dos tercios del Fidesz aprobó por vía de urgencia en el Parlamento una enmienda a la ley de reuniones para vetar "las asambleas que vulneren las prohibiciones previstas en la ley de defensa de los menores". Esa reforma señala que, para hacer valer la defensa de menores y su desarrollo "adecuado", no se permitirán "las reuniones que promuevan o exhiban el cambio de sexo de nacimiento o la homosexualidad", así como la participación en ellas.
También prevé multas de hasta 490 euros y el uso de tecnologías de "reconocimiento facial" para identificar a los participantes de estos encuentros.
Desde que se aprobó la enmienda, miles de ciudadanos han protestado cada semana y 22 embajadas europeas, entre ellas las de Alemania, Francia, el Reino Unido y España, han expresado su profunda preocupación por las "restricciones al derecho de reunión pacífica y a la libertad de expresión".
Críticas por parte de la comunidad LGTBI+
Las nuevas disposiciones han sido criticadas con dureza, tanto por la comunidad LGTBI+ del país, como por parte de ONG, políticos opositores y activistas.
Dorottya Rédai, activista de la Comunidad Lesbiana Labrisz, declaró recientemente en una protesta contra la enmienda que el objetivo del Gobierno de Orbán es "eliminar a las personas LGTBI+ del discurso público".
Por su parte, Ákos Hadházy, político independiente y organizador de varias manifestaciones por los derechos LGTBI+, ha advertido que el Gobierno no solo "prohíbe las marchas por los derechos de los homosexuales", sino que, al redefinir la ley de reuniones, busca impedir cualquier protesta seria que incomode al poder.
El 2 de abril, el comisario europeo de Justicia, Michael McGrath, recordó que el derecho a manifestarse pacíficamente es un valor fundamental de la Unión Europea y afirmó que Bruselas está investigando la enmienda que, en la práctica, blinda la prohibición de la marcha del Orgullo.
A pesar del nuevo marco legal, los organizadores de la marcha del Orgullo en Budapest anunciaron que siguen decididos a llevar adelante la marcha prevista para el 28 de junio. Ahora se teme que cuando soliciten oficialmente el permiso adecuado, que se hace un mes antes, sea rechazado por las autoridades.
"Esto no es protección de la infancia, esto es fascismo", ha afirmado la comunidad LGTBI+ en un comunicado reciente.
En los últimos 15 años, el Gobierno de Orbán ha impulsado leyes que restringen los derechos de la comunidad LGTBI+, entre ellas la prohibición del reconocimiento legal del cambio de género, la adopción para parejas del mismo sexo y la definición constitucional del matrimonio como la unión exclusiva entre un hombre y una mujer.