El primer ministro de Francia supera dos mociones de censura y salva el presupuesto de 2025
- La primera sanción, presentada por La Francia Insumisa, se producía por la aprobación de la Ley de Finanzas
- La Asamblea Nacional también ha votado una segunda referida a la Ley de Seguridad Social
El primer ministro francés, François Bayrou, ha superado dos mociones de censura contra su Gobierno, presentada por La Francia Insumisa (LFI) después de que el jefe de Gobierno se sirviera del artículo 49.3 de la Constitución para sacar adelante la Ley de Finanzas de 2025. Fue este procedimiento el que acabó con la caída de su predecesor, Michel Barnier, que tras utilizar este mecanismo constitucional no logró abarcar los apoyos necesarios en la Cámara Baja.
El Gobierno de Bayrou ya se había enfrentado hace apenas un mes a una situación similar, impulsada también por LFI, y que finalmente no salió adelante.
Solo 128 diputados de 577 han votado favor de la iniciativa, muy por debajo de la necesaria mayoría absoluta, establecida en 289 votos, según los resultados anunciados por la presidenta de la Asamblea, Yaël Braun-Pivet. El Partido Socialista (PS) ya había adelantado que no apoyaría la moción impulsada por sus socios de coalición —aunque seis de sus 66 diputados han votado a favor, saltándose la disciplina de partido— y el ultraderechista Agrupación Nacional también había dejado caer que votarían en contra.
La Asamblea Nacional ha votado a su vez una segunda moción de censura —impulsada también por LFI— como respuesta al empleo de la citada herramienta para sacar adelante la Ley de Seguridad Social. Esta vez, solo ha obtenido 122 votos a favor, manteniéndose la disciplina de partido entre los diputados díscolos del PS.
"Hay que evitar la incertidumbre porque muchos de nuestros compatriotas [...] están muy preocupados por la inestabilidad que podría instalarse a largo plazo", dijo el líder de Agrupación Nacional (RN) y mano derecha de Le Pen, Jordan Bardella, el martes, al tiempo que advertía de las "graves" consecuencias para la economía que trajo la censura del Gobierno de Barnier —que sí apoyo RN—.
Durante el debate de este miércoles, el portavoz de RN, Yoann Gillet, ha criticado el presupuesto de Bayrou, pero ha defendido que la moción de LFI era "una farsa" y ha criticado los desacuerdos en el seno de la coalición de izquierdas que, según él, está abocada al "fracaso".
El artículo 49.3 de la Constitución francesa permite la aprobación de una ley esquivando su votación en la Asamblea Nacional, pero abre a la puerta a los distintos grupos a presentar mociones de censura que pueden tumbar el Ejecutivo en caso de ser secundadas por la mayoría de fuerzas.
Bayrou reconoce que es "un presupuesto imperfecto"
Bayrou ha reconocido durante el debate que el suyo "no es el presupuesto perfecto" ni el que ellos "esperaban", aunque ha valorado los "esfuerzos del Gobierno" y de los distintos grupos que "han aceptado dialogar". El primer ministro ha defendido que se trata de un presupuesto "de urgencia", ya que su país "no puede vivir sin presupuesto". Aprobarlo, aseguró el martes, es "signo de responsabilidad y estabilidad" y, dijo, permitirá reducir al 5,4% el déficit público, en un escenario de una mejora del 0,9% del PIB y una inflación del 1,4%.
Tras superar ambas mociones, y tal y como establece el artículo 49.3, el Presupuesto de 2025 ha quedado automáticamente aprobado. Esto supone más garantías para el futuro del Ejecutivo de Bayrou, al menos hasta el verano, cuando la ley electoral establece que el presidente francés, Emmanuel Macron, puede volver a convocar elecciones legislativas para intentar deshacer el actual bloqueo político en la Asamblea.
El "no" de los socialistas asegura la continuidad de Bayrou
El secretario general del Partido Socialista — que en las últimas elecciones formó parte de la coalición de izquierdas conocida como Nuevo Frente Popular (NFP) — informó el martes de que, pese a las "muchas dudas", su formación había "tomado la decisión de dar un presupuesto a Francia". El líder izquierdista aseguró que eran muchos los sectores que dependían de la financiación del Estado y que "no pueden esperar más".
Aunque Faure aseguró que su decisión no implicaba "apoyar al Gobierno", para la Francia Insumisa su rechazo a su moción implica la "ruptura" de los socialistas con el NFP. "El Nuevo Frente Popular se desprende de un partido", aseguró antes de la votación el líder de LFI, Jean-Luc Mélenchon. Faure respondió que "no" es Mélenchon "quien dice quién pertenece" a la coalición de izquierdas que el pasado julio se convirtió en la primera fuerza en el Parlamento.
Sin embargo, tras la votación el LFI ha insistido en denunciar "la interrupción del Nuevo Frente Popular por el Partido Socialista" y ha anunciado que propondrá una reunión con cada partido del NFP que ha apoyado la censura para "hacer balance" y "extraer conclusiones políticas". Mélenchon ha afirmado que con el nuevo presupuesto "el país sufrirá duramente" y ha criticado a las otras formaciones que no han apoyado la moción asegurando que han abandonado "la línea de batalla".
"La RN es una oposición de pacotilla que, creyéndose cerca del poder durante las últimas elecciones legislativas, han renunciado a partes de su programa (...) Son el seguro de vida del sistema", ha denunciado Mélenchon en redes sociales.
En cambio, Bardella ha defendido su posición contra la moción de censura, celebrando su fracaso como "una victoria para los franceses". "Gracias a la Agrupación Nacional, no habrá desgravación de medicamentos, las pensiones de jubilación se han reindexado según la inflación y la electricidad bajará un 15% para 24 millones de franceses" ha declarado el líder del partido de ultraderecha en su cuenta oficial de Twitter.
Nueva moción de censura desde el grupo socialista
Entretanto, los socialistas presentarán su propia moción de censura "espontánea" —recogida en el mismo artículo 49 de la Constitución y que permite a un mínimo de 58 diputados presentar una sanción contra el Gobierno — como respuesta a los recientes comentarios de Bayrou, que aseguró que Francia se acerca a una "sensación de inmersión" migratoria.
Se trata de una expresión que ha sido utilizada con asiduidad por la extrema derecha y con la que el primer ministro hacía referencia a las "oleadas de inmigración ilegal" que, dijo, enfrentan departamentos franceses como el de Mayotte.
Los socialistas recurren a la moción de censura — que muy probablemente no triunfará — como una medida simbólica que, según Faure, supone protestar contra "una forma de trumpización del debate público, en particular bajo la influencia de Bruno Retailleau", en referencia al ministro del Interior de Los Republicanos conocido por sus posturas particularmente duras en cuestiones migratorias.
La segunda moción en menos de dos meses
Los socialistas tampoco apoyaron la primera moción de censura a la que se enfrentó el Gobierno de Bayrou, hace apenas un mes. La medida, presentada por LFI, solo obtuvo 131 votos a favor, quedándose lejos de la necesaria mayoría absoluta.
Faure argumentó su decisión en las concesiones conseguidas por parte de Bayrou y, al igual que ha repetido en esta ocasión, en su objetivo de "no practicar la política de lo peor", que podría conducir, dijo, "al triunfo de la extrema derecha". Ya entonces, el desmarque de los socialistas supuso un enfrentamiento con Mélenchon — que lidera LFI pese a no ser diputado— al defender que el Partido Socialista "fractura el NFP".
Bayrou fue elegido por Macron tras la salida de Barnier con la difícil tarea de sortear la inestabilidad política que se instauró tras las elecciones, que dibujaron un Parlamento dividido en tres grandes bloques en el que los macronistas perdieron la mayoría. El NFP se convirtió en la primera fuerza, aunque lejos de la mayoría absoluta, y los de Le Pen se colocaron en tercer lugar pese a ser el partido más votado — ya que los de Macron llegaron a un pacto con la izquierda para frenar a sus candidatos en la segunda vuelta —.
Conocido en Francia por su fama de incansable centrista, antes de ser nombrado primer ministro, Bayrou había intentado llegar al Elíseo hasta en tres ocasiones. Lejos de lograrlo, el líder del Movimiento Democrático (MoDem) se pasó a las filas del macronismo, a quien apoyó en su campaña hacia la Presidencia. Su futuro al frente del Ejecutivo dependerá de su capacidad de equilibrar a las fuerzas que, por ahora, se sitúan de su lado en pos de la estabilidad.