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Estados Unidos demanda a Live Nation y su filial Ticketmaster para "romper" el monopolio de venta de entradas

  • Acusan a la empresa de aglutinar la distribución de música en vivo y otras conductas ilegales
  • Los clientes se ven privados de innovación, obligados a utilizar tecnología obsoleta y pagar más

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Estados Unidos demanda a Live Nation y su filial Ticketmaster para "romper" el monopolio de venta de entradas
Cartel que muestra conciertos de la empresa Live Nation Michael M. Santiago/Getty Images/AFP

El Departamento de Justicia de Estados Unidos junto con 30 estados han presentado una demanda contra Live Nation y su filial Ticketmaster, que el gigante del entretenimiento en directo adquirió en 2010, con el objetivo de "romper" el presunto monopolio que la compañía ejerce actualmente en la distribución de música en vivo en Estados Unidos y otras conductas ilegales que frustran la competencia en el sector del entretenimiento en directo. 

La demanda, presentada este jueves ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York, alega que Live Nation-Ticketmaster "ejerce ilegalmente su poder de monopolio" y, como resultado de su conducta, los fans de la música en los Estados Unidos se ven privados de innovación en materia de venta de entradas y se ven obligados a utilizar tecnología obsoleta y pagar más por las entradas que en otros países. 

Al mismo tiempo, la demanda acusa a Live Nation-Ticketmaster de ejercer su poder sobre los artistas, lugares y promotores independientes de maneras que perjudican la competencia, además de también imponer barreras a la competencia que limitan la entrada y expansión de sus potenciales rivales. 

"Alegamos que Live Nation se basa en una conducta ilegal y anticompetitiva para ejercer su control monopolista sobre la industria de eventos en vivo en los Estados Unidos a costa de los fans, artistas, pequeños promotores y operadores", ha declarado el Fiscal General Merrick Garland, para quien el resultado de esta situación es que los consumidores pagan más, los artistas tienen menos oportunidades de tocar en conciertos y los promotores más pequeños quedan excluidos. 

En su demanda, el Departamento de Justicia recuerda que Live Nation gestiona directamente más de 400 artistas musicales y, en total, controla alrededor del 60% de las promociones de conciertos en las principales salas del país, además de controlar más de 265 salas de conciertos en América del Norte, cuando su rival más cercano no posee más que un puñado de anfiteatros de primer nivel. 

Asimismo, subraya que a través de Ticketmaster, Live Nation controla aproximadamente el 80% o más de la venta de entradas principales para conciertos en las principales salas de conciertos y una proporción cada vez mayor de las reventas de entradas en el mercado secundario. 

"Esto le ha dado a Live Nation y Ticketmaster la oportunidad de congelar la innovación y plegar la industria en su propio beneficio", acusa, añadiendo que, si bien esto puede ser una gran ayuda para los resultados de Live Nation, tiene un coste real para los estadounidenses. 

De este modo, entre otras medidas, los demandantes reclaman que ordene la venta de, como mínimo, Ticketmaster, junto con cualquier otra forma de alivio adicional, según sea necesario, para remediar cualquier daño anticompetitivo. 

Asimismo, también piden que se ordene la rescisión del acuerdo de venta de entradas entre Live Nation y Oak View Group, un competidor potencial que ha acabado convertido en socio y que en los últimos años ha evitado pujar contra Live Nation. 

Live Nation ha monopolizado ilegalmente el mercado de los conciertos. Es hora de romperlo

"Alegamos que Live Nation ha monopolizado ilegalmente el mercado de los conciertos en vivo en Estados Unidos durante demasiado tiempo. Es hora de romperlo", ha apostillado Garland.

Ticketmaster niega la acusación de monopolio y dice ser víctima

La compañía estadounidense Live Nation, propietaria del portal de venta de entradas Ticketmaster, ha negado este jueves las acusaciones de monopolio hechas por el Gobierno estadounidense, que han derivado en una denuncia por prácticas ilegales y anticompetitivas.

En un comunicado, la empresa se ha descrito como "otra víctima" de la decisión de la Administración Biden de "entregar la aplicación de las leyes antimonopolio a un impulso populista" que es "simplemente antiempresarial".

Según Live Nation la denuncia ha llegado tras "una intensa presión política sobre el Departamento de Justicia" y "una campaña de cabildeo a largo plazo por parte de rivales y corredores de entradas que buscan protección gubernamental para ellos mismos".

La compañía asegura que la denuncia ignora todo lo que en realidad es responsable del aumento de los precios de las entradas, desde el aumento de los costos de producción hasta la popularidad de los artistas, pasando por la reventa de entradas en línea las 24 horas del día.

Es absurdo afirmar que Live Nation y Ticketmaster ejercen un poder de monopolio

"Es absurdo afirmar que Live Nation y Ticketmaster ejercen un poder de monopolio", afirma la empresa en un texto en el que reconoce que ha mantenido durante los últimos meses conversaciones con el Departamento de Justicia en las que "fue evidente que simplemente no querían creer en las cifras".

"Los datos entraban demasiado en conflicto con su idea preconcebida de que Live Nation pertenece a las filas de los otros monopolistas tecnológicos a los que han apuntado", agrega el texto.

Además, Ticketmaster impone, a juicio del gobierno estadounidense, una lista "interminable" de tarifas al comprador: de emisión de boletos, tarifas de servicio, tarifas de conveniencia, tarifas Platinum, tarifas maestras de precios por orden, tarifas de manejo y tarifas de procesamiento de pagos, entre otras.

El Senado de EE.UU. investiga a Ticketmaster tras colapsar a causa de la alta demanda para la gira de Taylor Swift

En junio pasado, tras las duras críticas que sufrió -especialmente por la venta de entradas de la gira de la cantante estadounidense Taylor Swift- Live Nation se comprometió a ser más transparente con los precios que cobra a sus clientes, una aparente respuesta a la presión ejercida por la Administración Biden.

La demanda contra la compañía se convertirá en uno de los casos de competencia más importantes presentados durante la presidencia del demócrata.

En los últimos tres años, los reguladores federales han presentado cargos antimonopolio contra gigantes tecnológicos como Apple, Amazon y Google