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Análisis

Irán, entre salvar la cara y/o perder la cabeza

  • La respuesta de Irán a Israel con su ataque con cientos de drones eleva la tensión tras seis meses de guerra en Gaza
  • La peligrosa situación en Oriente y sus consecuencias internacionales dependen de los próximos pasos de Netanyahu
  • DIRECTO: última hora del conflicto

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La situación de Irán y el futuro de Oriente Próximo
Iraníes celebran el ataque a Israel este sábado ante la embajada británica en Teherán ATTA KENARE / AFP

El 7 de octubre de 2023, día del cumpleaños de Vladímir Putin, el mundo entraba en un nuevo ciclo, o tal vez sería más correcto decir era, por su aspecto imponderable. Imponderable, “circunstancia imprevisible o cuyas consecuencias no pueden estimarse”, según la RAE. 1.200 ciudadanos israelíes fueron asesinados en sus casas, coches, calles, o mientras bailaban. Un mini holocausto a manos de Hamás, acrónimo de Movimiento de Resistencia Islámico, una escisión de los Hermanos Musulmanes en Gaza.

Dice el gran historiador israelí nacido en Bagdad, profesor en Oxford, y casado con una descendiente del primer ministro británico Lloyd George, el gran Avi Shlaim, que los presos de la cárcel de Gaza se amotinaron y salieron de sus muros. Volvieron llevándose con ellos unos 240 rehenes israelíes, entre ellos bebés y ancianos.

En Gaza los recibieron con sentimientos encontrados. Muchos están hartos del régimen dictatorial de Hamás, sólo que, como los israelíes no dejan entrar a la prensa, nadie lo puede atestiguar sin que se venguen de sus familias.

A la acción siguió la reacción israelí. Seis meses después del final del Yon Kippur al del Ramadán, la cadena de atrocidades del gobierno y el Ejército israelí para vengar la masacre se ha llevado por delante tanto la Carta de Derechos de las Naciones Unidas, como la Convención de Ginebra, hasta acabar en la Corte Penal Internacional de La Haya “por clara evidencia de propósito y riesgo de genocidio”.

El 90% de los casi dos millones y medios de gazatíes han perdido sus casas, viven en condiciones infrahumanas y al menos 30.000 han sido asesinados. Casi cien mil han resultado heridos. De 36 hospitales, 26 han sido arrasados. La Franja ha sido dividida en dos por el corredor Netzarim, donde los israelíes han implantado un programa de inteligencia artificial denominado Lavender (lavanda), con al menos 25.000 perfiles que entrarían en su tradición de “asesinatos selectivos”.

En El Cairo se negocia un alto el fuego que ponga fin a la dantesca situación de la Franja de Gaza, el lugar con mayor densidad poblacional de la Tierra. Pero los líderes de Hamás, sobre todo su 'número uno', Yahya Sinwar, rechazan desde su túnel de Ráfah, el último reducto en la frontera con el Sinaí egipcio, nada que no sea un final definitivo de las operaciones militares israelíes. El primer ministro Benjamín Netanyahu quiere primero la liberación de todos los rehenes, y después el control de una parte de la Franja. ¿Cuántos rehenes quedan con vida? Nadie sabe. Según el ejército israelí, entre 60 y 70.

Los líderes mundiales se devanan los sesos tratando de imponer un “día después”, a las partes, pero sin Netanyahu, ni Sinwar. Por eso ambos serían los primeros en oponerse a un cese de las hostilidades y un regreso al statu quo como el que se vivía hasta el 7 de octubre.

El ataque en Damasco desató la escalada

El primer día de abril, los artículos de opinión más destacados en los periódicos de Oriente Medio se concentraban en explicar las diversas estrategias. La táctica del salami -kosher-, israelí, en realidad el divide et impera romano de toda la vida; la de la tela de araña de Hezbolá; la estrategia de la paciencia de Irán… después de la tensión, luego de la disuasión.

El bombardeo israelí con un cazabombardero F-35 norteamericano del consulado iraní en Damasco provocaba una vuelta de tuerca intolerable para los ayatolás. Tres altos mandos de la fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria -sustituta del ejército del Shah en 1979-, el ala “internacional” de las fuerzas armadas, perecían en las ruinas del edificio colindante con su embajada. El general Zahedí era el coordinador entre el Guía Supremo, Jameneí, con Hezbolá, el presidente sirio, etc. Un equipo de Informe Semanal fue testigo, hace un año en Teherán, de cómo todo el mundo le rendía pleitesía, más que al primer ministro Raisí.

El régimen iraní tenía que responder. ¿Salvando la cara pero sin perder la cabeza? Este sábado lo hizo con una andanada de drones, misiles balísticos y de crucero, contra Israel. Pero inmediatamente surgen las dudas. Un ataque se hace esencialmente por sorpresa, y la Guardia Revolucionaría Iraní emitió un comunicado avisando horas antes de alcanzar el espacio aéreo israelí. 

Y lo hizo poco después de haber apresado el buque porta contenedores MSC Aries. La nave, de propiedad del armador israelí Eyal Ofer -nacido en Haifa y residente en Mónaco-, con pabellón portugués y tripulación multinacional desde estonios a paquistaníes, está ahora en Irán después de haber sido remolcada desde aguas del Golfo Pérsico. Irán cuenta con casi 1.500 kilómetros de costa en el Golfo y controla el Estrecho de Ormuz, el cuello de botella más estratégico del mundo. Por allí pasa casi una cuarta parte del gas licuado de petróleo del mundo. El cierre de Ormuz sería como un Mar Rojo 2.0, y el mundo entraría en recesión en cinco minutos.

¿Cómo responderá Israel al ataque anunciado iraní?

En octubre pasado, haciendo una reflexión, imaginé tres círculos: local -Israel y Palestina-, regional -Oriente Próximo y Medio-, y global -Rusia, Estados Unidos-, con una intersección, Siria. Porque en Siria están todos. Los rusos, que tienen en leasing por medio siglo prácticamente toda su costa mediterránea. Los iraníes, que utilizan el país como corredor para llegar a Líbano y más allá. Israel, que lleva a cabo operaciones selectivas para mandar mensajes en forma de los susodichos asesinatos selectivos.

Desde el 1 de abril, la intersección se activó con el bombardeo israelí del consulado de Irán en Damasco. Coincidió con el 75 aniversario de la creación de la OTAN y ahora se anuncia la creación de una unidad especial para proteger los cables de internet en el Báltico. Porque desde la entrada en la organización de Suecia y Finlandia, Rusia y Putin parecen estar más acorralados. Y planearían pasar a la acción. Un gran ataque a los tres países bálticos de la antigua Unión Soviética, Estonia, Letonia y Lituania, para recuperar el territorio perdido, podría ser uno de los posibles escenarios en las próximas etapas de la guerra en Ucrania, la contienda que pasó a un segundo plano coincidiendo con el último cumpleaños de Putin el 7 de octubre. Jan Kallberg, del Centro de Análisis de Políticas Europeas, CEPA, desde Washington, en una entrevista publicada este domingo en el periódico danés Berlingske Tidende, vuelve a encender la alarma báltica.

14 Horas Fin de semana - ¿Cuáles pueden ser los siguientes movimientos de Israel? - Escuchar ahora

Un último apunte. En su libro La marcha de la locura, la escritora Margaret Mitchell disecciona la falta de discernimiento de los caducos líderes de la época que desembocó en la sinrazón de la Primera Guerra Mundial. Cuando uno observa a Biden, empatado con Trump en las encuestas; Putin; los ayatolás odiados por su población hasta el paroxismo; el gobierno mesiánico de Netanyahu a quien exigen elecciones anticipadas; los líderes de Hamas en sus túneles; el sirio en su reducto; Hezbolá soñando con el martirio… ¿Qué más hace falta para recrear la marcha de una última y definitiva locura?