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Radiografía de Euskadi

El País Vasco: la rica locomotora industrial española muestra síntomas de debilitamiento

  • Es uno de los territorios con mejores salarios y pensiones y con mayor peso de la industria, pero este se ha reducido
  • La población ha crecido lentamente en las últimas décadas y es la quinta autonomía más envejecida

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Vista del vapor expulsado este viernes por una fábrica de papel ubicada en la localidad guipuzcoana de Hernani.
La industria representa el 23% del PIB en el País Vasco, pero llegó a ser el 50% en los 80 EFE/Javier Etxezarreta

Euskadi es, en muchos casos, una excepción dentro de España. Este pequeño territorio con 2,2 millones de habitantes es la comunidad con menos paro del país, la segunda con mayor renta per cápita y una de las punteras en industria e innovación. También goza de un régimen fiscal único -junto a Navarra-, el llamado concierto económico, algo que también influye en esta prosperidad.

El próximo 21 de abril la comunidad acudirá a las urnas y buena parte del debate en campaña estará centrado en la vigencia del modelo económico y social vasco, que, a pesar de sus buenos indicadores, muestra señales de debilitamiento en aspectos como la importancia de la industria, el peso decreciente del PIB autonómico respecto a la economía nacional, o el empeoramiento de la sanidad pública. Sin embargo, uno de los puntales de este modelo, el concierto, no será un caballo de batalla: la excepción fiscal despierta un amplio consenso político y lo respaldan partidos de todo el arco parlamentario salvo Vox.

  • País Vasco

    Población:

    2.196.745 habitantes

    Superficie:

    7.230 km2

    Densidad:

    303,84 hab/km2

    Pulsa en los siguientes botones para ver su gráfico:
    Paro:

    6,3 %

    PIB:

    79.350,2 mill. de €

    Renta media:

    35.832 €/hab

    Edad media:

    46,2 años

    Mayores de 65:

    23,5 %

    Extranjeros:

    9 %

    Gráfico de evolución:

Una industria dinámica pero a la baja

El País Vasco destaca en los principales indicadores utilizados para medir la riqueza de un territorio. Es la segunda comunidad con mayor PIB per cápita, solo después de Madrid, y con la mayor renta per cápita neta media del país, con 16.321€ en 2021, por encima de la capital o de Cataluña. Asimismo, tiene una tasa de paro del 6,3%, casi la mitad de la media española, del 11,7%, según la EPA del último trimestre del 2023, y la población mayor de 25 años roza el pleno empleo. Pero, sin embargo, su tasa de actividad es inferior a la nacional (57% respecto al 59%), algo que se puede explicar precisamente por el envejecimiento, ya que, a diferencia de otras comunidades con una baja creación de empleo, como Galicia o Castilla y León, esta no ha perdido población.

Para explicar esta prosperidad, es imprescindible mirar a la industria. Fue uno de los primeros territorios en industrializarse en España, y el peso del sector llegó a representar el 50% del PIB en los años 80, con una potente metalurgia y sector naval. “Históricamente, las industrias vascas tienen una mejor inserción internacional y una facilidad exportadora”, detalla a RTVE.es Jon Bernat Zubiri Rey, doctor en Economía por la Universidad de Grenoble y profesor de la Universidad del País Vasco. Esto se vio beneficiado por un gran puerto como el de Bilbao y el acceso a buenos recursos energéticos, como la extracción de hierro en Bizkaia.

A día de hoy, la industria sigue siendo el principal sector económico en Euskadi. Supone el 23,1% del PIB, según datos del INE del 2022, lo que la sitúa como la segunda comunidad con mayor peso de este sector, solo por detrás de Navarra. Tiene además un alto porcentaje de empleados industriales, un 18,5%, muy por encima de la media nacional (11%). Pero este peso ha ido en descenso desde la reconversión industrial de la década de 1980, y con ello otros datos económicos.

Mejores sueldos y pensiones aunque con menos diferencias con el resto

"Los indicadores vascos son mejores en algunos aspectos que los de otras comunidades autónomas, pero el margen de diferencia se va haciendo cada vez menor", apunta Koldo Unceta, catedrático jubilado de Economía Aplicada de la Universidad del País Vasco.

Es el caso, por ejemplo, de los salarios, que tradicionalmente han sido unos de los más altos del país. Actualmente es la segunda comunidad con el coste salarial más alto, con 2.712,2 euros al mes, solo por detrás de la Comunidad de Madrid y superando con creces la media nacional de 2.359,3 euros, según los datos del INE del cuarto trimestre de 2023. Además, los vascos disponen de la pensión media más elevada, que a 1 de febrero de este año alcanzó los 1.547 euros, cuando en el conjunto de España es de 1.250 euros.

A este respecto, Zubiri explica que “en Euskadi había un gran diferencial de salarios en relación a España, pero este ha tendido a decrecer”, en parte por las recientes subidas del salario mínimo a nivel nacional -que en el País Vasco no afecta tanto-, mientras que las pensiones vascas “siguen siendo bastante más altas” que las que se cobran en el resto del país. En este ámbito influye también la conflictividad laboral: entre enero y noviembre del pasado año se sucedieron 278 huelgas, a mucha distancia de Cataluña (131) y de la Comunidad de Madrid (82), según las estadísticas del Ministerio de Trabajo. 

Otro factor destacado para explicar la economía vasca es el concierto, que en 2023 cumplió 145 años de historia, y que permite a Euskadi recaudar y regular impuestos que en el resto de comunidades, salvo Navarra, son competencia del Estado, como el IRPF o el de Sociedades. A cambio, la administración autonómica proporciona al Estado una cantidad económica periódicamente, el conocido como cupo.

Para Zubiri, esto permite que “haya una cierta atracción de inversiones y de instalación de empresas y de fortunas, precisamente utilizando la vieja táctica del dumping fiscal”, mientras que Unceta puntualiza que el concierto no es "necesariamente positivo" por sí mismo. Para que produzca efectos positivos, recuerda, "tiene que tener una base económica que responda por detrás".

Giro hacia el turismo

Más allá de la industria, el País Vasco tiene un peso menor que la media del sector primario (0,25% frente al 2,5% en España), mientras que el turismo, tradicionalmente poco importante en el territorio, va al alza tras el fin de ETA, arrastrado también por el efecto Guggenheim. Los hoteles registraron en 2023 3,6 millones de entradas, un 10,4% más que en el año anterior, y 7,2 millones de pernoctaciones, un 12 % más respecto a 2022. 

Los expertos consultados coinciden en destacar que el sector turístico, si bien puede suplir temporalmente parte de la riqueza que generaba la industria y se ha ido perdiendo, tiene muchas debilidades. "Es muy coyuntural. Con el turismo la economía depende mucho menos de sí misma y mucho más del exterior", apunta Unceta, mientras que Zubiri destaca que el sector genera "trabajos estacionales, mal remunerados, que tienen poca capacidad de tracción", es decir, que los sueldos bajos que cobran estos trabajadores no permiten tirar de otros sectores de la economía.

Por el momento, Euskadi muestra una recuperación económica más lenta tras la pandemia que otras comunidades. En 2023 creció un 1,%, según el organismo estadístico autonómico EUSTAT, por debajo de la media nacional del 2,5%.

Una autonomía urbana y envejecida

El País Vasco es la cuarta comunidad más pequeña por extensión, pero la séptima más poblada. Detrás de esta divergencia está una alta densidad de población, de 302,13 habitantes por kilómetro cuadrado, la segunda mayor del país solo por detrás de la región capitalina. Vascos y vascas se concentran en las ciudades, y solo el 5,3% vive en municipios rurales, lejos de la media española del 15% y en el extremo opuesto de Extremadura, donde casi la mitad de la población reside en estas zonas rurales.

Su población se ha mantenido relativamente estable en los últimos años. Desde principios del siglo XXI solo ha crecido en unas 100.000 personas, un 5,5%, lejos de la media española, de un 18,6%, según el INE. Pero aquí hay importantes diferencias entre provincias: mientras que Bizkaia solo ha crecido un 2%, Gipuzkoa lo ha hecho un 7,2% y Álava se acerca mucho más a la tasa nacional, con un 17,5%.

Eso ha provocado que, desde el año 2000, la comunidad haya perdido peso relativo en la población española, pasando de representar el 5,1% del total nacional al 4,6%. La migración ha compensado el bajo crecimiento vegetativo, pero en menor medida que en otras comunidades: en Euskadi vive un 8,3% de extranjeros, por debajo de la media nacional, del 11,62%.

Al mismo tiempo, ha ido aumentando la edad media de la población, y esta autonomía es la quinta comunidad más envejecida. El índice de envejecimiento -la tasa de mayores de 64 años sobre los menores de 16 años- es del 169%, mientras que en España es del 133%. Esto puede provocar un "problema a medio plazo muy serio", señala el catedrático en Economía Koldo Unceta: "El número de pensionistas no para de aumentar y los salarios de los jóvenes no aumentan en la misma proporción", subraya. Una mayor llegada de migrantes paliaría la situación, pero a su vez plantearía un "reto de integración y sociológico importante" para los vascos.

La sanidad, principal problema para la ciudadanía

Otro de los asuntos que centrará previsiblemente la campaña es el estado de la sanidad. Tradicionalmente era una de las mejores sanidades de España, según los indicadores del Ministerio de Sanidad, pero tras la pandemia han aumentado los tiempos de espera, los conflictos laborales y la percepción de la población. Para la mayoría de vascos, el estado del servicio autonómico de salud, Osakidetza, es la principal preocupación, según la última encuesta del CIS, publicada esta semana. El tiempo de demora media para ser operados es de 68 días, según el Ministerio de Sanidad, por encima de Madrid y Galicia, y en el sistema público hay 0,77 médicos de Atención Primaria por cada mil habitantes, por debajo del 0,78 de la media nacional, aunque en relación a los facultativos especialistas el porcentaje sube a 2,46 por mil habitantes, por encima del 2,14 de la media. 

"Es un auténtico agujero negro porque se está gastando más que nunca en salud y al mismo se está teniendo una calidad peor que en los últimos años. Es un problema de gestión muy claro", asevera Unceta. Según un estudio de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad, revela que Euskadi es la segunda comunidad tras Asturias que mayor gasto sanitario por habitante destinó en 2023, 2.130,19 euros.

Otro gran problema para parte de la ciudadanía, en especial la población joven, es el acceso a la vivienda. "En el País Vasco tenemos tasas de vivienda de las más caras de España" tanto para alquiler como para compra, según este economista, lo que hace "los jóvenes, como consecuencia, no se pueden emancipar y no puedan hacer proyectos de vida". Por otro lado, un indicador en el que el País Vasco destaca positivamente es la baja desigualdad. El porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social (la denominada tasa Arope) es el más bajo del país, el 15,5 %, frente al 26,5 % de la media nacional. 

El euskera, en ascenso

El euskera, la lengua más antigua de Europa y con un origen desconocido, sigue viva y en crecimiento en el País Vasco. Un 36% de la población en el País Vasco, cerca de 700.000 habitantes, es vascohablante, según datos del Gobierno vasco del año pasado. Tras décadas censurada y en retroceso durante el franquismo, su recuperación en los últimos años es un caso de éxito: el número de hablantes ha crecido en 12 puntos porcentuales, más de 200.000 personas, en las últimas tres décadas.

La mayor proporción de euskaldunes se da en la franja de edad de entre 16 y 24 años, donde lo hablan un 74,5% de los jóvenes, mientras que en 1991 este porcentaje era el 25%. Pero más allá del aumento en las tasas de conocimiento del idioma, algo que se explica sobre todo por su enseñanza en la escuela, también ha crecido su uso. Un 21,9% de los vascos lo utilizan, seis puntos más que en los noventa.

Aun así, su uso no es uniforme en el territorio. Es mayor en Gipuzkoa, donde un 57,5% de la población es euskaldún, y en algunos municipios esta tasa supera el 90%, mientras que en Álava baja hasta el 31%. Su uso en la calle también difiere, del 30% en la primera provincia a menos del 5% en la segunda. El mapa de las localidades más euskaldunes coincide además, tanto en el País Vasco como en Navarra, con el del mayor voto a EH Bildu en las últimas elecciones.