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'Amiga' recrea la historia de amor de dos mujeres, que revolucionó la poesía rusa, en el Teatro Tribueñe

  • La directora y dramaturga Irina Kouberskaya rinde homenaje a Marina Tsvetáyeva y Sofía Parnok
  • Una obra teatral recrea su encuentro, que generó algunos de los versos rusos más hermosos

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'Amiga', una historia de amor de dos poetas rusas
Los personajes de Sofía y Marina en 'Amiga'.

Amor más allá de los límites, dos mujeres, dos poetas, Rusia antes de la revolución de 1917, una historia apasionada en un pequeño teatro y una calle de Madrid, con estos mimbres, Irina Kouberskaya teje la trama de Amiga una obra dramática inspirada en el vínculo entre las autoras rusas Marina Tsvetáyeva y Sofía Parnok.

Sobre las tablas del Teatro Tribueñe, Kouberskaya rompe estereotipos y crea un himno a la sensibilidad, la estética y el amor absoluto. El destino puso a dos poetas frente a frente y su encuentro apasionado, físico y mental, generó una energía que potenció la creación de ambas.

La actriz protagonista, Catarina de Azcárate, explica a RTVE.es que la obra surge de la deuda sentimental que tiene su madre, la directora y autora del texto, Irina Kouberskaya, con Marina Tsvetáyeva, una escritora que "revoluciona la poesía con una ruptura total, una energía femenina, de extremos y que habla del amor de una manera muy descarnada".

Amor entre mujeres en la Rusia prerrevolucionaria en 'Amiga'

Sofía y Marina se funden en un tierno abrazo.

De adolescente, a Kouberskaya de repente le llegaba una hoja, un poema que habían recuperado de Tsvetáyeva, se lo leía, se lo aprendía de memoria y pasaba esa hoja al siguiente, Farenheit 451 hecho realidad en la Rusia comunista de los años 60 y un legado que "ha alimentado su alma" y la acompaña siempre como lectura de cabecera.

Un homenaje y un encuentro

La poeta tuvo un destino dramático, perdió a una de sus hijas, fue exiliada, sufrió el ostracismo y acabó suicidándose. Con Amiga, Kouberskaya rinde homenaje al encuentro entre Sofía y Marina, cuya vibración perdura en los versos de ambas.

El amor sáfico de Sofía Parnok y Marina Tsvetáyeva

Sofía Parnok y Marina Tsvetáyeva, poetas rusas.

A comienzos de la I Guerra Mundial, se conocen en una fiesta en Moscú, fue un flechazo que desató los celos del marido de Marina, Sergei. Sofía era abiertamente lesbiana, estaba divorciada y Tsvetáyeva, casada, pese a todo sus esposos toleraron la relación e incluso las hermanas de Sergei admitían que Sofía "es encantadora" y su compañía "les llena de alegría".

En un momento de la función se dibuja la diferencia entre el amor y el sexo: "Los cuerpos se juntan, pero las almas no". Marina tuvo tres hijos, sobrevivieron dos, y numerosos amantes masculinos, pero la huella de Sofía fue imborrable.

Amor sáfico

El primer libro de versos de Parnok, Poemas, se editó poco después de su ruptura en 1916. Este poemario, por primera vez, presenta el deseo y amor lésbico de forma positiva en la literatura rusa.

En el escenario se aborda que la unión de dos amantes arquetípicos nunca da hijos y que a la unión de dos mujeres parece faltarle algo, pero en el caso de Marina y Sofía su encuentro fue un fecundo terreno literario, pese a que la relación de pareja duró menos de tres años.

"Nunca, incluso después de mi muerte, dejará de dolerme mi alma por ella", dice Sofía. O en recuerdo de la intimidad compartida: "Sus labios: esa sensación de plenitud insoportable, ese horror con la dicha más dulce."

Tsvetáyeva escribió entre 1914 y 1915 La amiga: un grito embriagado de pasión, lamento y desdén dedicado a Parnok, pero ese fuego reverbera en toda su obra poética y se reaviva, tras la muerte de Sofía, cuando Marina publica Carta a la amazona.

Desencuentros y reconciliaciones

El romance fue tumultuoso, con desencuentros y reconciliaciones, en una de esas ocasiones Sofía dice: "Adiós mi musa, adiós mi fuego. Dentro de mi alma machacada, entre todas las músicas, tú eras la música".

Uno de los momentos que recoge la función es un viaje de Sofía y Marina a Rostov, el punto culminante en el que confluyen la culminación del amor físico con una intensa comunión espiritual.

La poesía de Marina Tsvetáyeva y Sofía Parnok estalló gracias a su amor

Marina Tsvetáyeva y Sofía Parnok viajan juntas a Rostov.

La apuesta escénica es arriesgada, dos actrices sobre las tablas, dos sillas, dos maletas y una hora y media de función sin dejar respirar al público. Los poemas se entrelazan, se suceden, bailan y se desploman, casi siempre en español, muy pocas veces en ruso, en una obra que forma parte del repertorio del Teatro Tribueñe y volverá la próxima temporada.

Kouberskaya no renuncia a representar Amiga en Rusia, un país que "vive tiempos oscuros" y prohíbe por ley la homosexualidad, seguirá intentándolo en el marco de festivales internacionales de teatro. La directora ya ha triunfado allí con montajes de Cervantes, Lorca y Valle-Inclán, este último conectó con el público ruso y estuvo siete años en cártel en un teatro de San Petersburgo.

La poesía de Parnok y Tsvetáyeva aún late en el corazón de las rusas que "siguen llevando flores a la tumba de Sofía porque ella abandera algo que luego las mujeres no han podido expresar" remata De Azcárate con una anécdota. Una viajera, un día de invierno, en los años 80, quiso ir a ver la tumba de Parnok entre la nieve. Llegada al cementerio, no tuvo que preguntar, en medio del frío manto un estallido de color cubría la lápida, flores frescas en un homenaje mudo de las amazonas que no pueden decir a quién aman.

Detalles de la función

Amiga se representa esta tarde a las 20:00 horas

Dramaturgia y dirección de Irina Kouberskaya

Actrices: Caterina de Azcárate y Rocío Osuna

Duración: 1 hora y 30 minutos, acto único

Lugar: Teatro Tribueñe, c/ Sancho Dávila 31, Madrid