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Análisis

La relación de Putin con Estados Unidos, pendiente del duelo Biden-Trump

  • El presidente ruso se prepara para su nuevo mandato en un año marcado por las presidenciales estadounidenses
  • Está esperando a los resultados de las elecciones estadounidenses para posicionarse sobre Ucrania, según Borrell

Por
Vladímir Putin ante las elecciones estadounidenses: la disyuntiva Trump-Biden
De izquierda a derecha, el actual presidente de EE.UU., Joe Biden, el presidente ruso, Vladímir Putin, y el expresidente estadounidense y candidato republicano a la presidencia, Donald Trump RTVE

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se prepara para asumir su quinto mandato tras unas elecciones sin sorpresas, en un año marcado también por las presidenciales estadounidenses del próximo 5 de noviembre.

A lo largo de su trayectoria política, Putin ha tenido la oportunidad de codearse con hasta cinco presidentes de Estados Unidos. Desde Bill Clinton a Joe Biden, cada uno ha observado el progresivo refuerzo de su autoritarismo así como el debilitamiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y Moscú.

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En una entrevista para RNE, el alto representante de la UE para la Política Exterior y la Seguridad, Josep Borrell, aseveró que el presidente ruso está esperando a los resultados de las elecciones estadounidenses para mover ficha en cuanto a su postura en la guerra en Ucrania.

Aseguró que, a juicio del Kremlin, la pelota está en el tejado de los electores estadounidenses, pues según sea Donald Trump o Joe Biden el ganador de los comicios, afectará a los pasos de Putin en su futura política internacional.

Donald Trump, un aliado incómodo

Las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016 estuvieron marcadas por lo que varias agencias de inteligencia estadounidenses calificaron como una "interferencia" de Rusia. La sombra del Kremlin sobre la Casa Blanca no hizo más que alargarse tras el intercambio de alabanzas que ambos presidentes mantuvieron durante toda la administración Trump.

Donald Trump nunca ha ocultado su buena sintonía con el presidente ruso. Una que, si bien de cara a la galería parecía mutua, para el Kremlin guardaba una razón ulterior. En una entrevista realizada en 2017 a RTVE.es, el periodista de The Guardian y autor de Conspiración: Cómo Rusia ayudó a Trump a ganar las elecciones, Luke Harding, señalaba que el objetivo de Putin de conservar a Trump en el poder se debía al principio del presidente de no interferir en los asuntos exteriores.

Ante la renuncia de Estados Unidos de su "rol global" en la era Trump, Rusia pudo "alzarse con el soberanismo sin preocuparse mucho por lo que pueda decir o hacer Washington", señalaba Harding.

De igual forma, no es claro que dicha sintonía fuera tan sincera para Moscú. A pesar de los elogios llevados a cabo por diversas declaraciones de Putin, no han sido pocas las veces que el mandatario ruso había referido a sus relaciones diplomáticas Rusia-Estados Unidos con Trump de estar en su "punto más bajo".

Los acercamientos a través de cumbres como la de Helsinki en 2018, más allá de calificarse de "cordiales" por ambos mandatarios, no favorecieron una restauración de las relaciones diplomáticas. Asimismo, la administración Trump no dejó de aumentar las sanciones contra las empresas rusas, y los bombardeos de Estados Unidos a bases del ejército sirio apoyadas por Rusia hizo evidente la ausencia de acuerdos.

El profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Standford, James D. Fearon, duda de hasta qué punto estas sanciones tuvieron que ver con Trump. "Probablemente no estaba al tanto o al control de todas las políticas relevantes, incluidas las sanciones, porque no siguen la línea de su estrategia diplomática", apunta.

Para Putin, Trump es considerado un líder errático e inexperto. En una entrevista televisada el 15 de febrero de 2024, el mandatario ruso señaló su preferencia por Biden al considerarlo “más predecible y de la vieja escuela", aunque rápidamente atajó las dudas al subrayar que "Rusia trabajará con cualquier líder estadounidense en quien el pueblo [de EE.UU.] confíe".

"Hay que recordar la formación de Putin como agente del KGB", apunta Fearon, "por lo que tiende en ciertas declaraciones a actuar de forma encubierta". "Al final, uno de los principales objetivos de política exterior rusa es la retirada de Estados Unidos de Europa y la OTAN, por lo que realmente a quien le gustaría ver en la Casa Blanca es a Donald Trump", sentencia.

Joe Biden, el líder contestatario

La sintonía entre Putin y Biden es, a grandes rasgos, nula. Con su llegada a la Casa Blanca, el propio Putin afirmó nuevamente que las relaciones bilaterales habían alcanzado "su punto más bajo en los últimos años", algo que comienza a convertirse en un mantra independientemente del presidente que pise el Despacho Oval.

Tras su elección, Putin señaló a su homólogo estadounidense como "radicalmente diferente a Trump". Lo calificó como "un hombre de carrera política" y, aunque en su momento remarcó la posibilidad de mantener una buena relación institucional, la invasión de Ucrania dinamitó cualquier atisbo de reconciliación.

Su primera reunión institucional se llevó a cabo el 16 de junio de 2021 en Ginebra. Ya en ese momento, el encuentro trataba una amplia gama de cuestiones que iban desde derechos humanos hasta la cuestión de Ucrania. Y como gran parte de las cumbres llevadas a cabo entre Moscú y Washington, cualquiera de los posibles acercamientos cayeron en saco roto.

"Antes del invierno de 2021, cuando Putin empieza a aumentar la concentración militar en la frontera de Ucrania, la relaciones entre Rusia y EE.UU. continuaban siendo las mismas que en la anterior presidencia en cuanto a búsqueda de acuerdos", comenta Fearon.

Desde el inicio de la guerra, a Joe Biden no le han faltado descalificativos para nombrar a Vladímir Putin. De "carnicero" a "dictador asesino", en varias de sus intervenciones, el mandatario estadounidense ha empleado diversos insultos contra el presidente ruso, lo que ahonda en la abismal distancia diplomática que separa a ambos mandatarios.

Por otro lado, los recientes comentarios positivos de Putin con respecto a Biden como presidente no son en absoluto un halago. De hecho, sus declaraciones pueden convertirse en un dardo envenenado al aumentar la polarización en EE.UU mientras desvía la acusaciones de que Trump es el favorito del Kremlin. "Es una estrategia: a Putin le gustaría ver a Trump ganar, pero cree que lo ayuda al admitir públicamente que no lo apoya", apunta Fearon.

Trump empleó a su favor las palabras de Putin en un mitin de campaña al señalarlas como un “gran halago”.

Tras las elecciones rusas, las estadounidenses aún tienen la última palabra. Putin observa con atención si será Biden o Trump quien opte a la silla del Despacho Oval, pues de su elección dependerá la diplomacia entre Rusia y Estados Unidos para los próximos cuatro años.