Enlaces accesibilidad

La familia de uno de los militares muertos en Córdoba amplía la denuncia contra el capitán por falta de seguridad

  • La acusación incluye el delito de homicidio doloso tras conocerse el uso de lastre como "castigo"
  • Pide investigar también al Ministerio de Defensa, al considerarlo responsable civil subsidiario

Por
La familia del militar fallecido en Cerro Muriano amplía la denuncia a los mandos y a Defensa

El abogado de la familia del soldado Carlos León Rico, que falleció ahogado el pasado 21 de diciembre en unas maniobras en un pantano en la base de Cerro Muriano (Córdoba), ampliará su denuncia contra el capitán y la extenderá a toda la cadena de mando y al Ministerio de Defensa, como responsable civil subsidiario.

En una rueda de prensa, el abogado Luis Romero ha dicho que la denuncia va a ser ampliada para que se investigue al coronel, teniente coronel y general de brigada, mientras que se considera que el Ministerio de Defensa es responsable civil subsidiario de los hechos.

Además, ha explicado que la denuncia va a ser ampliada también para que se investigue como "homicidio doloso" y no solo como "homicidio imprudente", que es lo que se denunció inicialmente.

"La denuncia que se presenta el 30 de diciembre fue es por presunto homicidio imprudente porque no teníamos conocimiento de ningún dato. Al llegarnos la información es por lo que esa denuncia se amplía al considerar que son homicidios dolosos por dolo eventual", ha explicado el letrado.

Sin plan de seguridad

El abogado ha denunciado que el ejercicio no contó con un plan de seguridad en previsión de problemas y circunstancias climatológicas de ese día, sin que hubiese personal sanitario en el entorno del lago artificial donde murió el soldado y un cabo.

También ha vuelto a subrayar que el soldado llevaba en la mochila un peso total de 12 kilos más o menos, ya que incluía una mina inerte como "castigo" por no haber hecho correctamente ejercicios en días anteriores.

Luis Romero, que ha estado acompañado por las letradas Rocío González y Lidia Benítez, ha incidido en las presuntas irregularidades que se cometieron durante el ejercicio, destacando que el sobrepeso en la mochila pudo ser determinante para la muerte del soldado, además de que no todos los que participaron en el ejercicio lo llevaban, solo algunos "castigados".

Ha señalado, también, que algunos de los participantes "no sabían nadar o no nadaban bien", lo que no se tuvo en cuenta a la hora de no dejarlos exentos del ejercicio, que consistía en cruzar un lago artificial de unos 100 metros de longitud sin usar las manos para no hundirse, solo "pateando", y llevando unos 12 kilos de peso en la mochila, "además del casco, las botas o el fusil".

Según sus cálculos, en las maniobras participaron unos 75 militares, de los que unos 15 fueron obligados a entrar en el agua, que estaba turbia y a muy baja temperatura, "y un ejercicio así se debería hacer en primavera, con menos frío", pero a los soldados se les conminó a hacerlo con el argumento de que era el último día de maniobras antes de recibir el diploma acreditativo de haberlas realizado, y no se podía retrasar en espera de mejores temperaturas.

Dos delitos de homicidio 

El letrado ha rechazado que del caso se encargue un tribunal militar, y reclamará que sea el juzgado de instrucción número 4 de Córdoba el que entienda todo el proceso, tras conocer en la misma rueda de prensa que el juzgado cordobés se ha inhibido, decisión contra la que va a presentar este martes un recurso.

Para Romero, en este caso hay dos delitos de homicidio "por dolo eventual y omisión", delitos que no se pueden juzgar en un tribunal militar, de ahí que vaya a pedir que el caso vuelva a uno ordinario, además de que cuando el capitán declare ante el juez pedirá medidas cautelares como la retirada del pasaporte, sin descartar la reclamación de prisión preventiva a la espera del juicio.

Aparte de los mandos que serán señalados en la nueva denuncia, se pedirá que declaren todos los oficiales y suboficiales que estaban en el lugar de los hechos o sus alrededores, junto a sanitarios y personal civil del cuartel, bomberos o conductores de ambulancia, vehículo este, ha dicho, que tardó más de un cuarto de hora en llegar.

Romero ha detallado algunos aspectos del accidente, entre los que destacan que los soldados se lanzaron al agua sin línea de vida —cuerda de sujeción que les uniese y a la vez estuviese fija en un elemento fuera del lago—, mientras que en los alrededor no había flotadores, salvavidas o lanchas, "y ni siquiera había sanitarios, lo cual debería ser obligatorio en este tipo de ejercicios".

Cree que fue determinante la actitud del capitán

Simplemente, ha dicho, había "una cuerda de las que se compran en el Decathlon y unos espolones en los árboles", sin un sistema de poleas, como los que, ha dicho, son aconsejables en estos casos, y ha asegurado que, cuando los soldados pidieron ayuda, el capitán dio la orden de soltar la cuerda de un árbol, "y salió lanzada, de modo que los que estaban agarrados bajo la superficie del agua se hundieron más".

"La temperatura hizo que se les bloquease la mandíbula, no podían hablar, se les bloquearon las piernas y los brazos", ha añadido el letrado, que ha puesto como ejemplo a la hora de hablar de la disciplina que sufrían los soldados el hecho de que a uno de ellos se le cayó el fusil al agua al ser rescatado "e intentó recuperarlo para evitar un castigo".

Para el abogado, la actitud del capitán fue determinante, al dar la orden de cruzar el lago "sin coger la cuerda, solo pateando", y ha dicho que, sin dar más detalles, en la declaración ante la Guardia Civil, este militar dijo que "hay que hacerlo así, en circunstancias duras, como en la guerra".

La defensa de Carlos León Rico, soldado natural de El Viso del Alcor (Sevilla), planteará una estrategia propia en este caso, aunque "coordinada", ha dicho, con la del otro militar fallecido, pero "de forma independiente, cada uno en su despacho".

El suceso

El soldado León y el cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar fallecieron en un ejercicio de entrenamiento durante la sexta semana de instrucción, denominado "cruce de paso de río", que comenzó a las 9.00 horas y que se realiza con equipamiento.

La práctica se frustró unos minutos después de entrar en el agua los primeros efectivos por el accidente, e incluso la segunda compañía no llegó ni siquiera a iniciar el ejercicio.

La Unidad de Preparación Básica de la que formaban parte los fallecidos estaba integrada por 76 soldados, 72 hombres y cuatro mujeres, al mando de un capitán y de la que son parte dos tenientes como jefes de sección, cinco instructores, entre brigadas y sargentos, y diez auxiliares, cinco cabos y soldados con experiencia en la Brigada.

El capitán responsable del ejercicio fue retirado del mando de la unidad “de forma inmediata" y "sin perjuicio del resultado de la investigación judicial que se está llevando a cabo”, según informó en su momento el Ejército de Tierra.

El Tribunal Militar de Sevilla investigará el caso

Por otra parte, el Tribunal Militar de Sevilla se hará cargo de la investigación del caso, tras la inhibición del Juzgado de Instrucción Número 4 de Córdoba, sobre el que había recaído el caso, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

El juez cordobés ha decidido la inhibición, solicitada por el juzgado militar el pasado 8 de enero, tras analizar las alegaciones presentadas por las partes personadas en el caso, tanto la Fiscalía como los familiares de los fallecidos, y al entender que el tribunal militar es el competente para su instrucción.

Con su decisión, el magistrado apoya la solicitud de la Fiscalía Provincial de Córdoba, a favor de la inhibición sobre el Tribunal Togado Militar 21 de Sevilla, aunque no tiene en cuenta la petición de los las familias de los fallecidos, proclives a una investigación de la justicia ordinaria.