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Turismo

Cambiar el hotel por una habitación compartida y reducir el gasto en ocio: el coste de viajar solo

  • Irse de vacaciones es más caro: el alojamiento ha subido un 19,6% con respecto a cifras prepandemia, según Exceltur
  • Al hacerlo sin acompañantes, algunos cambian sus hábitos de consumo para no pasarse del presupuesto

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Viajar solo en vacaciones: un reto personal y económico
Un chico pasea por Ámsterdam, Países Bajos.

Hace unas semanas, Ana María viajó sola a Perú para hacer el trekking Salkantay, que va desde Cuzco hasta Machu Picchu. En su caso, ir sin acompañante le ha permitido adentrarse mejor en la cultura de cada pueblo que iba atravesando. "Decidí viajar sola porque no me gusta depender de nadie para hacer lo que quiero", explica a RTVE.es, lo que también significa asumir todos los gastos sin dividirlos con nadie.

Lo más caro fue el vuelo de ida y vuelta, que le costó 900 euros por cogerlo con poca antelación, y a eso hay que añadirle 20 euros diarios en comidas y alojamiento. Además, al terminar el trekking decidió pasar cuatro días más en la capital, Lima, alojándose en la casa de un amigo. En total, ha gastado 1.300 euros en los nueve días de viaje.

"He notado un incremento de los precios en general", se queja, pero cree que el hecho de ir sin acompañantes le ha facilitado conocer a gente nueva y reducir su gasto en alguna ocasión: "En el vuelo que cogí en Lima hice dos amigos peruanos que me invitaron a comer y me enseñaron la parte histórica de Cuzco", dice, "y si hubiera ido en grupo a lo mejor no habría tenido esas facilidades". Además, no es la primera vez que hace algo así y ya ha viajado sola a Nepal y a Marruecos, donde ha tenido que desembolsar algo más de dinero para disfrutar plenamente de la experiencia: "Tenía que pagar a un guía y no es lo mismo hacerlo sola que dividirlo con más personas".

Para muchos, irse de vacaciones este verano es sinónimo de hacerlo con amigos y familiares. No obstante, hay quienes prefieren viajar solos, concretamente el 5% de turistas españoles, según el Informe de Verano 2023: hábitos y comportamientos del turista nacional de ObservaTUR. Aunque no es una cifra elevada, este análisis muestra que ha ido subiendo y ya está por encima del nivel de 2019, antes de la pandemia.

No obstante, las previsiones del sector turístico apuntan a un verano con hoteles y vuelos más caros por la inflación y el aumento de la demanda. De hecho, Exceltur refleja en sus datos del primer trimestre que el alojamiento ha subido un 19,6% y los paquetes turísticos se han encarecido un 17,4% con respecto al mismo periodo de 2019, antes del coronavirus. Todo esto repercute en el bolsillo de los viajeros y cada turista nacional gastó 264 euros de media -contando los destinos nacionales y extranjeros-, un 20,3% más que en el primer trimestre de 2022, según la última Encuesta de turismo de residentes del INE.

En este escenario, los que deciden irse solos de vacaciones tienen que asumir todos los gastos y, por ello, cambian ciertos hábitos para evitar pasarse del presupuesto.

Buscar alternativas más económicas por el hecho de ir solo

Dentro de pocos días, Daniel se va a Liverpool para conocer la ciudad, relacionarse con gente nueva y mejorar su nivel de inglés. Viajará él solo y su plan es quedarse allí un mes. "Es la primera vez que lo hago y voy un poco a ciegas", reconoce, "pero quiero gastarme como mucho 3.000 euros, incluyendo vuelos, alojamiento y el resto de compras".

Cogió los billetes de avión con dos meses de antelación para que le salieran más baratos y reconoce que ha buscado alternativas más económicas por el hecho de ir solo. "Me voy a una residencia de habitaciones compartidas y me cuesta 700 euros para todo el mes", cuenta a RTVE.es, una opción que no elegiría en otras circunstancias: "No iría con mi pareja a una habitación compartida con diez literas, iría a un hotel". El alojamiento es una partida importante del gasto y, según el INE, el precio de los hoteles entre enero y junio ha sido un 10% superior en comparación con el mismo periodo de 2022.

Daniel, que es enfermero, ha decidido que sus vacaciones sean una mezcla de ocio y aprendizaje, ya que en septiembre empieza un nuevo máster para el que necesitará hablar un inglés más fluido. Intentó organizar este viaje con una agencia, pero dice que le salía "carísimo" y optó por hacerlo por su cuenta. Además, ha sido más previsor que otras veces y ha dividido el mes de su estancia en tres reservas diferentes que irá pagando con el paso de las semanas. Así, tiene la opción de cancelarlas si no le gusta el alojamiento o si se cansa rápidamente de la ciudad.

Aunque nunca ha hecho algo así, es optimista y cree que, para ciertas cosas, será capaz de organizar mejor sus cuentas por el hecho de ir sin acompañantes: "Cuando viajas en grupo, notas más la imposición de organizar dónde comer y cenar, pero si viajo yo solo no tengo que acordarlo con nadie y puedo ir a un sitio más barato si voy justo de presupuesto".

Un reto personal

Además, ambos defienden que esta forma de viajar implica valores más allá de lo económico. En el caso de Daniel, su escapada a la ciudad que vio nacer a The Beatles será un reto personal, ya que se considera un chico sociable que disfruta haciendo planes con los demás: "Tengo la incertidumbre de cómo reaccionaré al llegar allí: ¿querré conocer a gente rápidamente o sabré disfrutar de mi propia compañía y tomármelo como un regalo después de todo un año trabajando?". En cualquier caso, está convencido de que será una aventura de la que aprenderá para el futuro.

Ana María, por su parte, está convencida de que “si viajas solo te relacionas muchísimo más con los demás” y su experiencia en Perú le ha servido para conocer mejor otras sociedades y tradiciones. "Quería unir mis conceptos favoritos: cultura, turismo gastronómico y aventura", explica, y el hecho de ir sin acompañante también le ha permitido organizarse a nivel físico en una ruta por caminos a 4.600 metros de altitud: "Si vas en grupo y a alguien le da el mal de altura -falta de oxígeno a altitudes elevadas-, tienes que parar; y si te da a ti, condicionas al resto".

Por ello, asegura que repetirá experiencia en un futuro porque hasta ahora le ha servido para reflexionar sobre sí misma y “espabilarse”: "Sobre todo, creo que como mujer te hace perder el miedo y sentirte menos frágil".

La experiencia de Ana María forma parte del turismo deportivo, una modalidad que lleva dos años en auge. En 2022, los residentes españoles hicieron 4,05 millones de viajes principalmente para hacer deporte, casi un 59% más que los 2,5 millones de 2021, aunque aún por debajo de cifras de 2019, como indica el Anuario de Estadísticas Deportivas 2023 del Ministerio de Cultura y Deporte, con datos del INE. Lo mismo ocurre con el gasto, que llegó a 1,2 millones de euros en 2022 en esta modalidad, muy por encima de los 728.000 euros de 2021.

Algunas agencias ven negocio en este tipo de público

Huakai, Different Roads, ViajarSolo... Hay agencias que ponen el foco en este público y ofrecen viajes en grupo a personas que, pese a ir solas, están abiertas a conocer gente nueva durante el propio viaje. "Planteamos hacer amigos y vivir experiencias, todo enfocándolo a la generación millennial", explica a RTVE.es Laura Pérez, directora general de WeRoad en España. Este turoperador ofrece viajes inmersivos en grupos de 18 a 30 personas y divide su público en dos franjas: de 25 a 35 años y de 36 a 50. "Lo que tienen en común es que buscan huir de la cotidianeidad de su vida diaria", señala.

Como indica Pérez, el 90% de sus clientes viajan solos y ofrecen experiencias en destinos nacionales e internacionales como Croacia, Albania, Islandia y Borneo. "Son cosas concretas como ver un espectáculo de luminiscencia en Costa Rica o hacer trekking nocturno en Islandia", explica. El gasto medio está en torno a 1.200 euros, una cifra que dice que ha ido aumentando desde la pandemia, no solo por el incremento de precios, sino por un cambio de comportamiento: "Llevamos varios años en los que la gente ha viajado tanto a medias distancias que ahora quieren irse lejos y hacer el viaje de su vida".

Por tanto, asegura que aunque muchos viajen solos, "la gente quiere conocer a otras personas" y esta es la necesidad que buscan cubrir. "Más que un turoperador, somos una comunidad de viajeros", matiza, ya que ponen en contacto mediante redes sociales a los viajeros antes de conocerse, durante el viaje y después de finalizarlo. De este modo, destaca que el 40% de su clientela repite experiencia.

"Quería tranquilidad, paz y pasar tiempo conmigo misma"

Aparte de irse a otros continentes, también se puede viajar a solas para encontrar remansos de paz. Valeria ha vuelto recientemente de Blanes, un pueblo costero de Girona donde ha estado cuatro días disfrutando de la playa. "Desde antes de la pandemia ya tenía planeado hacer un viaje sola, es algo que tenía pendiente", cuenta a RTVE.es. De hecho, de las dos semanas que se cogió de vacaciones, una la pasó con su pareja y la otra la reservó para este viaje. "Era como una necesidad", dice, "y me daba igual que fuera cerca o lejos: lo que quería era tranquilidad, paz y pasar tiempo conmigo misma".

Cogió todo con dos meses de antelación y cree que "eso ha ayudado bastante porque volví a mirar el precio del hotel dos semanas antes de irme y la habitación había subido unos 130 euros".

Además, ha tenido otra actitud con respecto a su gasto en comidas y actividades. "Cuando viajo con mi pareja voy algo más desatada y hacemos más planes de ocio", cuenta, "pero esta vez no me apetecía y es cierto que he mirado más el gasto". Así, explica que alguna vez "si quería una ensalada, en vez de ir a un restaurante la compraba en un supermercado y me la comía en el hotel".

Entre el hotel y las comidas se ha gastado alrededor de 430 euros, una cifra por encima de los 191 euros que, según el INE, representaron el gasto medio en viajes nacionales en el primer trimestre del año. Sin embargo, eso no frena las ganas de Valeria para repetir esta experiencia: "Cuando se lo contaba a la gente, todos me miraban entre la sorpresa y la admiración", dice, "pero yo, sin duda, volvería a hacerlo, ojalá pudiera viajar así una vez cada año".