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Por qué 'Alcarràs' no ha ganado ningún Goya y por qué no es un fracaso

  • El diseño de los premios y sus dinámicas de votación perjudicaban a la película de Carla Simón
  • Especial premios Goya

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Carla Simón, directora de 'Alcarràs'.
Carla Simón, directora de 'Alcarràs'.

Lo dijo Rodrigo Sorogoyen nada más terminar la gala: “Me parece injusto que Alcarràs no se lleve ningún premio”. No era mera cortesía de ganador hacia su principal competidora, sino una opinión sincera. El palmarés de los Goya abre un debate: ¿Por qué la película de Carla Simón, histórica triunfadora en el Festival de Berlín hace un año, se va de Sevilla con un rosco sobre 11 nominaciones posibles?

La ‘noche del cine español’ es la noche de los académicos de cine con derecho a voto. Más de 2.000 profesionales que, en septiembre de 2022, decidieron que Alcarràs era la mejor película para ir a los Oscar por delante de As bestas y Cinco lobitos. En cinco meses, el viento fue girando y pocos dudaban de que la película de Sorogoyen ganaría el premio a mejor película.

¿Los mismos profesionales votan cosas distintas? Sí y no. Primero porque la preselección para los Oscar se realiza durante el verano, casi siempre con películas que todavía no se han estrenado, y distribuidoras y productoras luchan para que el mayor número de académicos vean sus películas. Para Los Goya, en cambio, casi la totalidad de los académicos están familiarizadas con las nominadas. Y, segundo, porque se puede tener el criterio de considerarla la mejor candidata para ser elegida en Hollywood, pero no la preferencia personal.

Si en 1961 hubiesen existido los Goya, Plácido, de Luis García Berlanga, hubiese competido con Viridiana, de Luis Buñuel, y posiblemente uno de los dos grandísimos clásicos de la historia del cine español se hubiese ido de vacío. Que los académicos hayan elegido no significa que hayan ‘ignorado’ o ‘despreciado’ a Alcarràs.

Es la paradoja de los premios artísticos: aunque son una tradición milenaria, en las sociedades modernas parecen regirse por la lógica competitiva general de la sociedad, asemejándose en los titulares de los medios de comunicación a la lucha deportiva.

Votaciones “de arrastre”: ¿un mal de Los Goya para reflejar la diversidad?

En los festivales de cine, un jurado de menos de 10 personas se pone de acuerdo para otorgar y repartir los premios favoreciendo la variedad en el palmarés. Y las normas protegen el reparto: si una película gana la Palma de Oro, no puede ganar los premios de dirección o interpretación. Si los Goya fuesen un festival, no solo Alcarràs, sino películas como Mantícora o La maternal hubiesen ganado premios.

Pero en los premios de academias (como los Oscar, Bafta o Goya), una película puede potencialmente copar cada categoría. Siempre se ha debatido si existe un ‘efecto arrastre’ incluso desde las nominaciones: las películas favoritas en dirección o película repiten sistemáticamente en las categorías llamadas técnicas.

Desde ese punto de partida, ¿dónde estaban las mejores opciones de Alcarràs? Fundamentalmente dos: mejor dirección para Carla Simón y mejor fotografía para Daniela Cajías. El runrún en el sector antes de la gala era que un resultado idílico sería dividir película y dirección entre As bestas y Alcarràs. Es, además, algo frecuente en los Goya, que lo hicieron hace tres años entre El reino y Campeones. No sucedió y probablemente no por mucho (aunque el resultado de la votación solo es conocida por un notario), dejando un panorama de ‘vencedor’ y ‘derrotados’ seguramente injusto.

En el resto de categorías técnicas en las que estaba nominada Alcarràs (dirección de producción, montaje, y dirección de arte), tenía desventaja ante películas con más músculo económico como Modelo 77.

Actores no profesionales, un hándicap en los Goya

Así como Cinco Lobitos celebró la noche con los premios de mejor de mejor actriz (Laia Costa ) y mejor actriz de reparto (Susi Sánchez), ninguno de los tres intérpretes de Alcarràs nominados en las categorías de revelación (Albert Bosch, Jordi Pujol Dolcet y Anna Otín) partían como favoritos.

"Ese tono naturalista tiene que ver con una especie de evolución natural en la filmografía española, que siempre ha sido muy actuada y maravillosa, y ahora es normal que haya quien busque un tono un poco más realista”, explicaba Simón a RTVE.es tras ganar el festival de Berlín.

Utilizar actores no profesionales es una fortaleza de Alcarràs, pero un problema para los Goya, donde tradicionalmente es difícil que lleguen a ser nominados por los académicos (de los que una cuarta parte son actores). Eso sí, la interpretación milagrosa que Simón consigue de su reparto era uno de los grandes argumentos para que ganase en mejor dirección.

El equipo de nominados de 'Alcarrás', en la gala de los Goya.

El equipo de nominados de 'Alcarrás', en la gala de los Goya. El equipo de nominados de 'Alcarrás', en la gala de los Goya.

De Berlín 2022 a Sevilla 2023: un año de carrera y el triunfo de la taquilla de As bestas

Se ha señalado que Alcarràs llegaba degastada a los Goya tras un año desde su triunfo en Berlín. Es un argumento válido a medias porque, por ejemplo, Las niñas hizo ese mismo viaje desde la Berlinale para ganar el Goya en 2021.

El hecho clave del viraje hacia As bestas apunta más a su increíble funcionamiento en taquilla, que supone una enorme esperanza para todo el sector que representan los académicos. La película de Sorogoyen confirmó y multiplicó lo que habían avanzado Cinco lobitos y Alcarràs: el público adulto puede volver a las salas a ver cine español. Y los académicos valoran, y mucho, ese fenómeno, como ya apuntó el gremio de los productores al otorgarle el Forqué en diciembre. Sería inimaginable que As bestas hubiese ganado el Goya a Alcarràs sin ese éxito en las salas.

El reconocimiento internacional de As bestas era casi comparable al de Alcarràs

El Oso de Oro rompía 40 años de sequía del cine español. ¿Cómo es posible que la 'historia' y los Goya no caminen juntas? Es cierto que Berlín es uno de los tres grandes festivales europeos, pero As bestas no tenía una carta de presentación inferior en absoluto. Se presentó en Cannes, el mayor y más importante de los tres certámenes, donde colarse, aunque sea fuera de concurso, es a veces más difícil que competir en Berlín.

Incluso puede debatirse si es un éxito mayor ganar el Festival de Berlín o simplemente competir por la Palma de Oro como hizo Pacifiction, de Albert Serra (cuya ausencia en las nominaciones, elegantemente recordada por J.A. Bayona, es el verdadero agravio de los Goya). As bestas, además, triunfó en el Festival de Tokio y tuvo un notable rendimiento en las salas de Francia.

Alcarràs es una obra maestra del cine español. Que ayer no tuviera titulares ni Carla Simón pudiese rendir tributo a su admirado Carlos Saura con un Goya en la mano es un problema de diseño de los premios y de sus propias dinámicas más que un trato injusto de los profesionales. Volviendo a Sorogoyen, quizá basta resolverlo todo con un sencillo estoicismo: “Alcarràs es un peliculón. Tampoco le demos tanta importancia a los premios”.