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Turquía tras el temblor (I)

El dolor de la búsqueda de familiares entre los escombros: "Han pasado más de 48 horas, creo que están muertos"

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Un grupo de personas trabaja en las tareas de desescombro en Iskenderun, Turquía
Un grupo de personas trabaja en las tareas de desescombro en Iskenderun, Turquía

En el vuelo de Estambul a Adana se respira un aire de tristeza y cansancio. La mayoría de los viajeros tiene los ojos hinchados de llorar y antes de despegar revisan las noticias y miran vídeos sobre el terremoto.

Türkiz, una joven de 32 años que vive en la capital turca, se dirige a la región en la que vive gran parte de su familia. Durante todo el vuelo consuela al hombre que se sienta a su lado. No sabe nada de su mujer ni sus hijas, de 8 y 12 años, desde hace tres días. Vivían en Samandag, en el sureste de Turquía, a unos 150 kilómetros del epicentro del terremoto. Mientras Türkiz le da un pañuelo, el hombre, con la mirada perdida, le muestra entre sollozos una foto de un ‘selfie’ de una de sus hijas.

La cifra de fallecidos por los potentes terremotos de este lunes no hace más que subir, en una situación dramática en pleno invierno en la que las gélidas temperaturas complican aún más las labores de rescate.

Difícil identificación

Türkiz estaba en un hotel en Chipre cuando comenzó el temblor. "Lo notamos mucho. Si lo notamos nosotros, con un mar entre nosotros, no me quiero imaginar cómo se notaría en Turquía". Esta joven ingeniera bioquímica cuenta que se dirige hacia Osmaniye, donde vivía su prima con su familia. Le cuesta hablar en pasado de ella.

"Voy para ver si identifico el cuerpo de mi prima, ya que muchos cuerpos han quedado destrozados debajo de los escombros y no se les puede reconocer por la cara", explica. Al preguntarle por qué está tan segura de que su prima está muerta, afirma que "han pasado más de 48 horas y por eso pienso que están muertos". "Vivían en un edificio de unas ocho plantas y ellos vivían en la tercera. El edificio se ha caído de su lado. Todo el edificio está sobre ellos", señala entre lágrimas.

A esta joven también le preocupa que nadie pueda reconocer los cuerpos de dos chicas iraníes que estaban invitadas en la casa de su prima. "Toda su familia está en Irán y no podrán venir para reconocer sus cuerpos", asegura preocupada.

Cada vez menos supervivientes entre los cuerpos recuperados

A medida que pasan las horas, la esperanza de encontrar a supervivientes entre los escombros se va reduciendo. Erdal, un hombre de alrededor de 60 años, mira cómo un grupo de personas busca entre lo que hace tres días era un edificio de viviendas en Iskenderun.

"Están buscando a un bebé, una mujer y su marido", explica. "Espero que los encontremos vivos. Ayer encontramos en estos escombros a seis personas de otra familia que estaban muertas, pero a lo mejor hoy encontramos a gente con vida", dice con esperanza.

Con picos y otras herramientas, los vecinos del barrio ayudan a retirar los escombros, mientras los equipos de rescate emplean una excavadora. Algunos ciudadanos se quejan de que los equipos tardan en actuar en algunas zonas. Alrededor de 60.000 personas participan en tareas de rescate y desescombro en el país. "Ayer no había nadie aquí, pero hoy han venido todos", afirma Erdal.

Escombros en Iskenderun, turquía

Escombros en Iskenderun, turquía L. GÓMEZ DÍAZ

Mientras este hombre habla, parece que los equipos de rescate encuentran algo. Sin embargo, son malas noticias. Empiezan a escucharse llantos en esta calle de un barrio de Iskenderum, mientras los vecinos se encargan de tapar los cuerpos con mantas y sábanas.

Junto a Erdal se encuentra Cemil (nombre ficticio). Vivía en la primera planta del edificio derruido. "Noté un poco de movimiento en la habitación, así que cogí a mis hijas y desperté a mi mujer. Nos dio tiempo a salir a la calle", cuenta este hombre de unos 35 años.

Hogueras en las calles para calentarse

Se cree que debajo de los escombros de este edificio en Iskenderum podría haber unas 20 personas. Cemil explica que está ayudando a las labores de rescate y de vez en cuando hace una pausa para rezar en la mezquita que se encuentra justo al lado.

Un grupo de personas trabaja en las tareas de desescombro en Iskenderun, Turquía

Un grupo de personas trabaja en las tareas de desescombro en Iskenderun, Turquía L. GÓMEZ DÍAZ

"Tengo unos amigos que están debajo de los escombros en el edificio de al lado. Son una familia de cinco personas. No creo que estén vivos", admite con tristeza.

En varias zonas, los vecinos se han quedado sin agua ni electricidad. Algunos reparten bocadillos y botellas de agua por las calles. A medida que llega la noche, los ciudadanos se unen en grupos para calentarse con pequeñas hogueras. Sin descanso por la noche y con la esperanza de encontrar algún superviviente más entre las ruinas de los edificios.

RTVE ha lanzado una campaña para ayudar a los miles de afectados tras los dos terremotos ocurridos entre el norte de Siria y el sureste de Turquía. Bajo el lema ‘La ayuda más grande es tu solidaridad’, se pide a los espectadores que hagan sus donaciones a través de www.rtve.es/turquiaysiria