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Arte ucraniano en el Thyssen: así se salvaron las obras de los bombardeos sobre Kiev

  • Obras de la vanguardia ucraniana se exponen en Madrid tras un peligroso viaje
  • Los camiones con las pinturas permanecieron retenidos en Polonia entre bombas

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Arte ucraniano en el Thyssen: así se salvaron las obras de los bombardeos sobre Kiev

Desde este martes una cincuentena de pinturas de vanguardia ucraniana se exhiben en el Museo Thyssen-Bornesmiza de Madrid, a salvo de los ataques y sin un rasguño. Es el cúlmen de un peligroso convoy de arte en guerra, que partió hace dos semanas desde un Kiev asolado por los cortes de electricidad e intensos bombardeos.

A este obstáculo se sumó la retención de los dos camiones en la frontera de Polonia, clausurada por el impacto de un misil en un momento crítico del conflicto. El operativo relámpago se mantuvo en el aire a lo largo de 800 kilómetros.

“Decidimos cambiar el viaje a un martes porque todos los lunes bombardeaban Kiev, pero ocurrió lo contrario. Los camiones atravesaron Leópolis alejándose de cualquier infraestructura que podía ser objetivo. En la frontera polaca quedaron retenidos. Costó 12 horas. Despertamos a todos los políticos que conocíamos entre Ucrania y Polonia esa noche. Al final no fue un ataque ruso, respiramos aliviados, se abrieron las fronteras y los camiones pudieron atravesarlas", explica Francesca Thyssen-Bornesmiza, impulsora de la iniciativa Museos por Ucrania y una de las ideólogas de un traslado gestado durante meses.

Oleksandr Bohomazov, 'Afilando las sierras', 1927. National Art Museum of Ukraine

Un movimiento que ha sido “muy complejo” con importantes costes en seguros, que incluso han pagado de su bolsillo coleccionistas privados. Un “acto de fe urgente” con el objetivo prioritario de esquivar el “genocidio cultural”, añade la experta sobre una caravana en conflicto, que salvando las distancias, conecta con el de las obras de El Prado durante la Guerra Civil.

“Putin quiere controlar toda la narrativa del país eso incluye la destrucción de la cultura, de archivos y de tradiciones como hizo Stalin en 'El Holodromo'”, añade Francesca Thyssen.

El distanciamiento del arte ucraniano sobre el soviético

Los cuadros que integran la muestra En el ojo del huracán. Vanguardia en Ucrania, 1900-1930 proceden del Museo Nacional de Arte y del Museo de Teatro Música y Cine de Kiev. Una palanca solidaria de rescate activada por varias instituciones como el Ministerio de Cultura, El Museo Thyssen y el empeño del presidente ucraniano, Volomir Zelenski, en una preocupación por la salvaguarda del patrimonio auspiciada por la Unesco desde el estallido de la guerra.

"Esta exposición explica lo que Rusia está tratando de destruir con la guerra, y muestra lo mucho que Ucrania está conectada con Europa y por qué es importante visitar el país cuando llegue la paz", ha señalado Zelenski en un video grabado de agradecimiento en la presentación de la exposición, que aspira a convertirse en un aldabonazo a las conciencias.

'Fotógrafo', 1927. Ivan Padalka. National Art Museum of Ukraine

La muestra del Museo Thyssen abarca la convulsa horquilla temporal desde la guerra de independencia en Ucrania en 1921 al periodo de la represión stalinista de 1932 o "Holodomor", con la persecución de cientos de intelectuales y la aniquilación sistemática de obras que valoraban como “degeneradas y decorativas”.

Más una paradoja: la cultura ucraniana vivió esos años una efervescencia encarnada en una experimentación constante en las figuras de Oleksandr Bohomazov, Vayl Yermilov o Anatol Petrytsky, entre otros artistas representados como Sonia Delaunay o Malevich.

Denuncia de expolio cultural en Jersón

La exposición de Madrid recorre un amplio abanico de estilos desde el neobizantinismo al cubofuturismo, con la pretensión de distanciar el arte ucraniano del ruso con el que tradicionalmente se ha fusionado.

“Queríamos enseñar al mundo todo lo que la pintura ucraniana tiene que ofrecer y por primera vez se exponen fuera del país. La vanguardia ucraniana es independiente de la rusa, pero durante muchos años se les cambió el nombre a los cuadros. Algunas de estas obras se encontraban en un fondo especial secreto para los autores que los soviéticos consideraron enemigos del pueblo, por eso se han conservado”, señala Marina Drobotiuk, conservadora del Museo Nacional de Ucrania.

'Tiovivo', 1921. Davyd Burliuk. National Art Museum of Ukraine

Los lienzos del Thyssen viajarán al museo Ludwig de Colonia, en Alemania, a partir de abril. Una nueva sede de acogida en una itinerancia europea. Una vez a salvo del frente, la preocupación se enfoca ahora en el expolio cultural que habrían sufrido ciudades ocupadas como Jersón, donde las autoridades ucranianas han denunciado el saqueo a manos de las tropas rusas de 15.000 objetos artísticos del Museo Regional de Arte Shovkunenko.

“En este museo local han desaparecido un tesoro arqueológico y una importante colección de arte antiguo. Lo peor es que en los periódicos rusos afirman que los fondos de sus museos han crecido. Parece una repetición de lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial. Es una violación de todas las leyes internacionales”, clama sobre el robo de bienes culturales Konstantin Akinsha, teórico de arte y otro de los comisarios ucranianos de la exposición En el ojo del Huracán.