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La economía de la Unión Europea crecerá un 2% en 2022 y se debilitará hasta el 0,6% en 2023

  • La Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo prevé que Alemania no crecerá nada el próximo año
  • También señala que la subida de tipos de interés para contener la inflación puede provocar una recesión global

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La economía de la Unión Europea crecerá un 2% en 2022 y se debilitará al 0,6% en 2023
Según un estudio de la ONU, la economía de Alemania no crecerá nada en 2023.

Las actuales presiones financieras y las vulnerabilidades de la economía mundial pueden reducir todavía más las previsiones de crecimiento de la Unión Europea (UE) para este año, tal y como ha señalado un informe de expertos de la Agencia de Naciones Unidas (ONU).

Los pronósticos emitidos este lunes por la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) indican que la economía comunitaria crecerá un 2%, medio punto menos que la previsión a nivel mundial. Además, este valor que cae con fuerza, hasta el 0,6% en 2023 para los Veintisiete, una cifra lejana al crecimiento del 2,2% estimado a nivel global.

Según este informe, Asia mantendrá un crecimiento del 3,5% en 2022 y del 4,1% en 2023, y Oceanía y África también mantendrán un ritmo por encima del 2% de cara a estos dos años.

La economía rusa se contraerá un 7,4% este año y Alemania no crecerá en 2023

La dependencia de Alemania respecto a los combustibles fósiles para la producción de electricidad afecta a sus previsiones de crecimiento por su impacto en la actividad industrial, la creación de empleo y el aumento del coste de vida. Así, se proyecta que mantenga su economía en el 1% este año, pero no crecerá nada en 2023 por el debilitamiento de su sector exportador debido a la reducción de la demanda global, y por el aumento de los tipos de interés. En aspectos generales, la economía de la Unión Europea estará afectada por esa misma demanda reducida y por la crisis energética.

Por otro lado, Italia crecerá este año al ritmo del 2,5%, un impulso que se ralentizará el año que viene, con una cifra del 0,5%.

El informe también analiza la situación en el Reino Unido, cuya economía se situará en el 2,6% este año, pero se contraerá un 0,9% el próximo año.

En el caso de Rusia, el impacto total de las sanciones internacionales todavía no resulta claro, pero su economía se contraerá 7,4 puntos en 2022, aunque el año que viene retomará posiciones y crecerá un 1,3%, según estos datos de la ONU.

Los expertos creen que el efecto de las restricciones comerciales que se le han impuesto por su invasión a Ucrania se apreciarán con mayor claridad en los últimos meses del año, cuando las compañías haya agotado sus reservas de productos importados y comience a hacer efecto el embargo del petróleo ruso por parte de la UE.

Subidas de tipos para frenar la inflación, un arma de doble filo

La prioridad que han puesto los países industrializados en frenar la inflación, a través de la subida de intereses y los ajustes fiscales, puede precipitar lo que justamente se desea evitar, una recesión global que puede empujar a muchos países al impago de sus deudas soberanas, tal y como señala el informe de la UNCTAD.

Para los expertos de la ONU, autores de este documento, los gobiernos deben considerar seriamente otros modos para controlar la inflación, como controles de precio en áreas estratégicas, la regulación de transacciones especulativas en mercados sensibles, el alivio de la deuda y ayudas para los grupos más vulnerables.

"Debemos advertir al mundo que podemos estar al filo de una recesión mundial inducida por las políticas que se están adoptando", ha expresado la jefa de la Agencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD), Rebeca Grynspan.

El peligro, según los expertos, es que lo que se avecina sea peor que la crisis financiera de 2008 y la pandemia del coronavirus, con unos costes sociales que puedan llevar a millones de personas adicionales a la pobreza extrema.

"Los responsables de las políticas se han centrado en rebajar las presiones inflacionarias mediante políticas monetarias restrictivas con la esperanza de que los bancos centrales puedan lograr un aterrizaje suave y evitar una gran recesión, pero el remedio podría ser peor que la enfermedad", se señala.

El pasado 26 de septiembre, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, pronosticó que la inflación iba a seguir en niveles elevados y, además, puede durar más de lo esperado. Para ello, Lagarde indicó entonces que serán necesarias nuevas subidas de los tipos para contener esta tendencia al alza de la inflación.

Piden a los gobiernos que no repitan políticas que ya fracasaron hace décadas

El informe considera que los gobiernos no han aprendido la lección y están repitiendo las mismas políticas que fracasaron en la década de los 70 y los 80 para contener la inflación, y que más bien llevaron a profundas crisis económicas.

"Cualquier creencia de que (los bancos centrales) serán capaces de bajar los precios gracias a unos tipos de interés más altos, sin generar una recesión, es imprudente", opinan los expertos.

El informe también alerta del riesgo de una crisis de deuda capaz de extenderse por los países en desarrollo. Actualmente, la mitad de todos los países de ingresos bajos y un tercio de los de ingresos medios tienen problemas de deuda soberana.

También destacan que esta crisis no será localizada y ninguna región será ajena a sus consecuencias, aunque sus consecuencias serán más duras para los países con menores recursos.