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La Palma

Los empresarios de La Palma, un año esperando respuestas: "Perdí de golpe mi casa y mi negocio"

  • Alexis Hernández, empresario palmero, espera soluciones "concretas" tras perder su negocio y su casa
  • "Esperaba dejarle a mis hijos un legado, el volcán se ha encargado de que no sea así", se lamenta Hernández
  • Este domingo, 'Un volcán, otra isla' a partir de las 20:00 en RTVE Play y a las 23:55 en La 1 de TVE

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Foto de persona con camiseta negra con la colada del volcan de la Palma a su espalda.
La casa de Alexis Hernández está sepultada bajo la colada del volcán, a su espalda.

Un año después de la erupción Alexis Hérnández, empresario y palmero se resiste a pensar que todo está perdido. Su negocio, la pizzería 'Scala' en Puerto Naos, está cerrada desde hace un año a consecuencia de los gases tóxicos que hay en la zona.

'Un volcán, otra isla', especial de 'En Portada' en Play

Como él están otros 150 empresarios en uno de los núcleos turísticos más importantes de La Palma. La pregunta que se hace a diario es: "¿Cuándo podremos volver?" Por ahora, nadie sabe la respuesta. Donde no regresará jamás es a su casa. Quedó sepultada bajo metros de roca volcánica en el Valle de Aridane.

Imagen de Alexis vista a través del objetivo de una cámara de fotos

Alexis Hernández durante la entrevista con 'En Portada'. TERESA MORA

Pregunta.- Estamos en una de las zonas más afectadas tras la erupción del volcán, ¿justo en este lugar, bajo la lava, estaba tu casa?

Ahí estaba nuestra casa, nuestro terreno y nuestro hogar y el de más de 3.000 familias

Respuesta.- Así es, aquí hay una catástrofe natural brutal que ha acabado con los sueños y esperanzas de miles de personas. En esa zona de ahí estaba nuestra casa, nuestro terreno y nuestro hogar y el de más de 3.000 familias. No hay número exacto que compute la pérdida que ha habido en esta catástrofe y el daño que se ha ocasionado.

Imagen de una casa destruida con el volcán fondo en la carretera que une La Laguna con Las Norias

Acceso a la carretera de La Laguna-Las Norias. ALICIA MANZANARES

P.- ¿Se puede decir que la población de La Palma todavía no ha asimilado lo ocurrido?

R.- Es muy difícil asimilar que lo que hay ahí -las casas de mis primos, de mis tíos, de mi familia, de mis amigos-, todas estuvieron en algún momento ahí. Pero desgraciadamente ya no lo están. Están bajo metros y metros de colada basáltica.

Ha sido mucho tiempo dedicado a crear un hogar. Y no solo mis años sino también los de mis padres, porque vivimos en una sociedad generacional en la cual el trabajo y el sacrificio de los padres pasa a sus hijos y viceversa. Yo esperaba, en algún momento, dejarles el legado que me habían dejado a mí y que eso continuase, pero el volcán de Cumbre Vieja se ha encargado de que eso no sea así.

"Ya no tienes el hogar"

P.- Cuando os evacuaron ¿pudisteis sacar algo de casa?

Parecía que asaltabas tu casa ¿Qué te llevas en 15 minutos del esfuerzo de 30 años?

R.- Poca cosa. Las entradas eran muy reducidas en tiempo, con el volcán en su pleno apogeo, con erupciones continuas, emanaciones de gases de cenizas y eso era una situación muy estresante. Fue una situación en la cual entrabas a tu casa y parecía poco menos que entrabas a asaltarla porque: ¿qué te llevas en 15 minutos del esfuerzo de 30 años de trabajo?

Nos llevamos un marco electrónico donde tenía las fotos de nuestros padres, pero en definitiva no puedes llevarte los recuerdos.Tienes que vivirlos y, bueno, hay momentos en los que sueñas o te acuerdas de algún momento en concreto. Pero ya no tienes el hogar, el sitio donde rememorar esas vivencias. Es duro, es duro ver esto y asimilar que lo que estaba ya no está. Es muy duro y cuesta superarlo.

Imagen de rocas volcánicas de color negro, con un espesor medio de 12 metros.

La mayoría de las coladas tienen un espesor medio de doce metros. ALICIA MANZANARES

P.- ¿Cuántas personas forman tu familia?

R.- Ahora mismo mis dos hijos, mi mujer, mi hermana -que es dependiente-, mi suegra y yo. Ahora mismo somos seis.

P.- ¿Dónde vivís ahora?

Desde el comienzo de la erupción nos hemos mudado cuatro veces

R.- Desde el comienzo de la erupción nos hemos mudado cuatro veces. Hemos estado en casa de amigos. Ahora estamos dentro del Plan de Acogida del Gobierno de Canarias, que han puesto 108 viviendas gestionadas a través de Visocan, una empresa pública. Nos han ofrecido un alquiler social. A los tres años se revisará y decidirán si es posible seguir con él o no. Es, de momento, la opción que están dando. Aunque también ha salido otra partida de ayudas para personas que tienen un alquiler en casas privadas.

Imagen de una casa con restos de rocas volcánicas que entran en su interior.

Una de las casas destruidas por el volcán. EN PORTADA

P.- Tu casa ahora está bajo la lava aquí, en el Valle de Aridane. ¿Cómo era esta zona?

R.- Esta era la zona más rica del valle. Era una zona compuesta por zonas residenciales, industrial, agrícola, ganadera... Había fábricas de queso, había explotaciones vinícolas, bodegas, viviendas vacacionales... Había un entramado económico consolidado. También estaba el acceso a Puerto Naos. Todo eso, a día de hoy, está incomunicado y es una zona que, por desgracia, los gases no permiten el acceso.

Si no tenemos ni alojamiento ni trabajo estamos condenados a tener que emigrar

Estamos hablando de que el motor económico del valle de Aridane está ahora mismo bajo las coladas del volcán de Cumbre Vieja. Eso implica -aparte del problema habitacional y laboral de las personas que ahí vivían- la cuestión socioeconómica, que está muy tocada. A ver cómo afronta este reto la Administración y cómo pueden dar solución a este problema, porque si no, va a dar lugar a un éxodo. Si en un lugar no tenemos ni alojamiento ni trabajo estamos condenados a emigrar en busca de esas posibilidades que, desgraciadamente, no encontramos aquí.

Cartel con dos calaveras negras sobre fondo amarillo, alertando sobre el peligro de gases tóxicos en Puerto Naos

Cartel alertando del peligro de gases tóxicos en Puerto Naos. EN PORTADA

"Hace falta empatía"

P.- Algunos vecinos tienen la sensación de que las autoridades les han dejado en la cuneta. ¿Tú tienes esa sensación?

R.- Es verdad que el problema es enorme, pero estamos ya en el doce mes y hace falta más agilidad. El problema hay que afrontarlo con soluciones concretas y con esfuerzos concretos por parte de la administración. Orientados a la recuperación económica y a que los afectados puedan recuperar parte de su estabilidad. En ello entraría una solución habitacional digna para todas aquellas personas que lo han perdido todo. Y, como hemos propuesto en otras ocasiones, generar empleo en base a esa solución.

Que no dejen a la gente en una eterna sensación de incertidumbre , eso agota a las personas

Se pueden formar empresas que ayuden a la reconstrucción de la isla con mano de obra de la propia isla y montando empresa, fábricas y moviendo la economía circular. Para eso necesitamos de la administración que facilite el acceso al suelo, que nos den soluciones en cuanto a qué va a ocurrir con nuestras propiedades que quedaron bajo las coladas; si va a haber algún tipo de compensación económica, si no la va a haber... Que sean claros, que den información y no dejen a la gente en una eterna o una prolongada sensación de inseguridad, de incertidumbre. Porque eso agota a las personas.

Hace falta empatía. Ese ejercicio ahora mismo está en manos de los que tienen la capacidad y el músculo económico. Está en manos de los que mueven los presupuestos y de los que toman decisiones. Sé que no es fácil, pero con voluntad política y con un acuerdo de todas las formaciones políticas se podría llegar a una solución para que esto no sea la condena, sino simplemente un tropiezo en el camino y podamos rehacer nuestras vidas.

Imagen de una casa semienterrada por la ceniza que llega hasta las ventanas

Una vivienda semienterrada por la ceniza. EN PORTADA

P.- Afectados, asociaciones de vecinos y plataformas proponen como solución habitacional crear nuevos asentamientos rurales, tipo aldea, que requieren menos burocracia.

Nos encontramos con un gran problema y es que el valor del suelo se ha multiplicado

R.- Claro, porque nos encontramos con un problema muy grande y es que el valor del suelo se ha multiplicado. Hay un decreto que ha sacado el Gobierno de Canarias que nos puede ayudar a las personas con voluntad de reconstruir una nueva casa para construir en suelo rústico o agrícola. Pero claro, esos terrenos que hasta el 19 de septiembre tenían un precio, ahora se han multiplicado por diez o más.

¿Qué ocurre? El gobierno de España nos ha prometido 60.000 euros por la pérdida de una vivienda, pero si ese dinero se va en la compra de la parcela debido a la subida especulativa de los terrenos, nos vamos a encontrar con que luego no tenemos el capital para ejecutar la obra. Entonces nosotros, los afectados, asociaciones de vecinos, hemos propuesto facilitar la ubicación de asentamientos rurales, que era lo que había aquí.

Estos tienen una particularidad y es que necesitan menos permisos, menos burocracia, para poderlo ejecutar. Hemos presentado mogollón de propuestas, pero todo está en un proceso de desarrollo. Vamos a ver si empiezan a darnos respuestas concretas a las peticiones que nosotros hemos propuesto.

P.- ¿Esta catástrofe servirá para estar más preparados en el futuro?

Que lo ocurrido sirva de aprendizaje para que no vuelva a tener las mismas consecuencias

R.- Si. Esperamos que con el transcurso del tiempo, lo ocurrido sirva de aprendizaje para que no vuelva a tener las consecuencias que ha tenido. Que sea posible preverlo con mayor margen de tiempo y que tengamos la posibilidad de afrontarlo con garantías de poder continuar con nuestras vidas una vez se sufre el desastre de un evento volcánico como este.

Imagen del recorrido de la colada bajo la que hay enterradas centenares de casas, al fondo el volcán

Bajo esta colada hay enterradas centenares de casas. EN PORTADA

P.- Un año después, ¿cómo ves la situación?

R.- Un año después seguimos necesitando ayuda: más recursos, más soluciones y que las personas que aún no han encontrado esas soluciones las vayan recibiendo en el menor tiempo posible. Porque hay personas mayores a las que la vida se les va y, desgraciadamente, no tienen capacidad ni tiempo para esperar. Vivimos en una isla maravillosa, desgraciadamente hemos tenido la fatalidad de encontrarnos en nuestra vida con un volcán, pero pienso que tenemos capacidad.

Se andará, se llorará y seguiremos adelante, a por el horizonte de futuro

Somos un país del primer mundo. Hay recursos y, si nuestros abuelos en los 50 pudieron hacer del volcán San Juan una de las zonas más productivas de platanera, nosotros también podemos. A día de hoy necesitamos certidumbres, y las certidumbres solo nos las pueden dar nuestros administradores.

Toda nuestra vida, todo nuestro esfuerzo vital, está bajo esas coladas. Y eso es lo que necesitamos: pasar página, mirar hacia delante y ver un horizonte que nos invite a seguir. Porque si no cerramos capítulos, difícilmente vamos a superar el daño que ha ocasionado. Se andará, se llorará, seguiremos adelante y vamos a por el horizonte de futuro y de esperanza. Ese es el que tenemos que buscar.