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Erupción en La Palma

Los gases del volcán Cumbre Vieja impiden que algunos vecinos puedan regresar a sus casas

  • Los barrios de Puerto Naos y la Bombilla siguen desiertos porque los gases que emite el volcán son letales
  • Ocho meses después de la explosión del volcán de Cumbre Vieja todavía hay afectados sin alojamiento provisional
  • Los palmeros rehabilitan las casas que quedaron al sur de la colada, pero aún no pueden ocuparlas
  • El domingo, a las 22.30 horas, en el Canal 24 horas y en RTVE Play

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La lava del volcán de Cumbre Vieja, barrios costeros del municipio palmero de los Llanos de Aridane, y, sin embargo, sus calles siguen desiertas y las casas, cerradas. Los gases que todavía hoy desprende el volcán son letales.

El 25 de diciembre pasado se dio por finalizada la erupción del volcán de Cumbre Vieja, en la isla canaria de La Palma, pero los científicos todavía no han certificado su defunción. Técnicos del Instituto Vulcanológico de Canarias lo tienen vigilado. "Estamos viendo una erupción que termina. Es un proceso en el que la gente de a pie no ve ningún parámetro físico más allá del gas en el cono, pero en el interior se sigue produciendo mucho movimiento", explica David Calvo, portavoz de INVOLCAN.

Los gases del volcán impiden a los vecinos regresar a Puero Naos y La Bombilla

Los gases del volcán impiden a los vecinos regresar a Puero Naos y La Bombilla REPOR

"Cada día hay terremotos; se registran temperaturas muy elevadas en las fumarolas; y salen a la superficie gases muy relacionados con el fenómeno volcánico, como el dióxido de azufre, el sulfuro de hidrógeno y el dióxido de carbono" alerta Calvo.

Casas en pie pero inhabitables

Cuando explotó el volcán, hace ya ocho meses, fueron evacuados de emergencia varios núcleos poblacionales de los municipios de Tazacorte, El Paso y Los Llanos de Aridane. La erupción sepultó enteramente Todoquey también casas y cultivos en La Laguna o Las Manchas. Puerto Naos y La Bombilla se salvaron de la lava. Un alivio para sus habitantes que esperaban volver pronto a su casa.

Todavía no hemos encontrado una tendencia descendente que nos permita pronosticar que la gente pueda regresar a corto plazo

Sin embargo, el volcán no les ha dado tregua. "La desgasificación es un proceso silencioso. El dióxido de carbono no se ve, no se huele, pero está invadiendo la zona y en concentraciones que son letales", dice Calvo, quién además no es demasiado optimista. "Todavía no hemos encontrado una tendencia descendente que nos permita pronosticar que la gente pueda regresar a corto plazo".

Mientras tanto, los vecinos de Puerto Naos y la Bombilla se alojan en casa de parientes o en hoteles todavía. Desesperados porque su casa sigue en pie, tal como la dejaron, con todo lo que dejaron. En todos estos meses, solo una vez pudieron volver y a las pocas horas los desalojaron urgentemente por el peligro que representaban los gases. La erupción los abocó a la incertidumbre; los gases están alargando la agonía.

Ocho meses después de la explosión del volcán, las calles de Puerto Naos siguen desiertas

Ocho meses después de la explosión del volcán, las calles de Puerto Naos siguen desiertas REPOR

Los vecinos del barrio de El Remo, un poco más al sur, también han vivido esta situación. Pero en abril ya pudieron volver. Además de quitar la ceniza, tienen que arreglar los desperfectos del abandono precipitado a qué les obligó la erupción. "La gente está quitando todas las cosas de casa porque lo que tenía ya no sirve, se ha podrido; hay ratones…", cuenta Remedios Camacho, la dueña de un quiosco muy popular, que espera poder recibir pronto a los turistas.

Antes, el 18 de enero, se permitió a los residentes de algunas de las viviendas de los núcleos de Las Norias, Hoya del Verdugo, Morro de los Judíos, Las Manchas, Cuatro Caminos o San Nicolás pudieran volver, conforme se restablecía el abastecimiento de agua y luz. Pero hay tantas carreteras cortadas por la colada que los vecinos tardarán en ocuparlas.

Es inviable venirse a la vivienda y tener que hacer esos largos recorridos de hora y media con los costes que hay ahora de combustible

Todos estos núcleos de población, que quedan al sur de la colada, dependían de los servicios que les ofrece la capital del valle, Los Llanos, y actualmente para desplazarse hasta allí hay que dar una vuelta de casi una hora y media. El trayecto, antes, era de quince minutos. Lo cuenta la presidenta de la asociación de vecinos de Las Manchas, Jenni Sánchez: "Con la incomunicación que tenemos se nos cortó el acceso al centro de salud, a los colegios, al instituto, al trabajo. Es inviable venirse a la vivienda y tener que hacer esos largos recorridos de hora y media con los costes que hay ahora de combustible; supone unos 500 euros al mes".

La colada del volcán de Cumbre Vieja vista desde el sur

La colada del volcán de Cumbre Vieja vista desde el sur REPOR

Los que ya no tienen casa

Para los palmeros a los que el volcán ha destruido su único hogar hay diversas líneas de ayuda. El Gobierno español ofrece 60.000 euros, el Gobierno canario ha prometido 30.000 y el Cabildo 10.000 para que puedan adquirir o construir una nueva vivienda. Unas cantidades totalmente insuficientes para ellos.

"Las casas están valoradas en mucho dinero, 200.000 o 300.000 euros; es imposible que con esta ayuda podamos comprarnos una casa", se queja Joselyn Cabrera, que perdió su casa, recién estrenada, el primer día que explotó el volcán.

La gente se aprovecha de las desgracias

Es una opinión compartida por muchos otros afectados. Vista la demanda de casas, pisos y terrenos, los propietarios han subido precios. "La gente se aprovecha de las desgracias", se lamenta José Agustín Pérez, cuya finca ha quedado enterrada bajo la lava, en Todoque.

José Agustín Pérez quiere volver a recuperar su casa y su huerto de aguacates sobre la colada que ha dejado el volcán. Noelia García, la alcaldesa de los Llanos de Aridane, municipio al que pertenecía el desaparecido pueblo de Todoque, le ha asegurado que el terreno sigue siendo suyo y que como queda en los márgenes de la colada no le será difícil volver a conectar agua y luz. Pero José Agustín ya es una persona mayor y es consciente de que quizá no llegue a tiempo.

La alcaldesa de Los Llanos con un vecino de Todoque

La alcaldesa de Los Llanos con un vecino de Todoque REPOR

"Es verdad que es difícil volver a lo que teníamos el 19 de septiembre por la mañana; la gente tenía su parcela, con la casa, con sus animales, con la huerta. En la reconstrucción tenemos el reto de garantizar la idiosincrasia propia de la gente, con una forma de vivir determinada, y a la mayor brevedad. Pero, obviamente, estamos hablando de años, de reconstrucción", afirma la alcaldesa.

Por el momento, las administraciones tratan de proporcionar alojamiento provisional a todas las familias que han perdido lo que era su primera vivienda, unas 700. Un alquiler social por tres años; el primer año, no pagan nada; y el segundo y el tercero, un 10%. El contrato se podría prolongar. Sin embargo, no hay suficiente vivienda pública en la isla para una solución habitacional rápida. Los más afortunados han recibido las llaves de un piso, atendiendo a sus necesidades familiares, aunque quizá lejos del pueblo donde tenían su vida. Otros, empezarán de cero en casas prefabricadas de madera –de momento, se han entregado cinco- o en contenedores habilitados como vivienda.

Casas de madera para atender las necesidades habitacionales

Casas de madera para atender las necesidades habitacionales REPOR

Cuando la vida da un vuelco

Los palmeros afectados por el volcán viven en una montaña rusa emocional. Muestran tristeza y enfado. "Tengo hijos. Quiero dejarles algo. Yo tenía la finca en Todoque. Ahora, ¿qué les doy? ¿Una mancha negra? Eso es lo que van a heredar", exclama un palmero que aún reside en el hotel al que le trasladaron de emergencia. "Tenemos que hacer mucho papeleo, hay mucha burocracia; los ánimos están caldeados", dice otro en Casa Massieu, en los Llanos, donde se ha instalado el registro único de afectados.

También hay dudas. "Yo por mí hubiera salido de esto ya, con todo lo que nos pasó. Pero es que a mi marido siempre le ha gustado esto y quiere seguir adelante", cuenta Pilar Acosta, que no solo perdió la casa, sino también las cabras y la quesería con la que se ganaba la vida.

Todo lo que involucra al planeta y a la geología se mueve a escalas desesperantes para el ser humano

"Volveremos a construir aquí dentro de veinte años. Volverá a estar todo poblado. Volverá a salir un volcán y volverá a pasar lo mismo. Pero es que es una isla volcánica", afirma Joselyn Cabrera con reginación. "No podemos estar siempre pensando en lo que se llevó el volcán. Ya es hora de decir que hemos sobrevivido a un volcán, que es bastante", dice Armonía, con lágrimas en los ojos, el día que recibe las llaves de su nuevo piso.

Y hay ganas de seguir adelante, de volver a la normalidad. "Lo hemos pasado muy mal, muy mal. Pero bueno, estamos aquí y más fuertes que nunca", se oye decir a Joana, que regenta el bar Americano de Las Manchas y que ha reunido a todos los vecinos, ahora dispersos por la isla, para celebrar la reapertura del local.

Los vecinos de Las Manchas celebran la reapertura del bar más veterano del lugar

Los vecinos de Las Manchas celebran la reapertura del bar más veterano del lugar REPOR

Y es que han transcurrido ocho meses desde la explosión del volcán de Cumbre Vieja en La Palma. Cinco, desde que se dio por finalizada la erupción.  Un paréntesis en la vida de la gente del valle de Aridane que tardará en cerrarse.  Como dice David Calvo, de INVOLCAN: "Todo lo que involucra al planeta y a la geología se mueve a escalas desesperantes para el ser humano".

Técnicos de INVOLCAN monitorizan el volcán de Combre Vieja

Técnicos de INVOLCAN monitorizan el volcán de Combre Vieja REPOR