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La capilla ardiente de Isabel II reúne a miles de personas con una cola de siete kilómetros y hasta diez horas de espera

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La gran diversidad cultural entre las personas que despiden a Isabel II

La capilla ardiente de la reina Isabel II en el Palacio de Westminster ha cumplido ya más de 24 horas abierta al público, con un incesante transitar de personas que quieren rendir sus respetos ante el féretro de la monarca fallecida. El efecto llamada este jueves ha superado al de la jornada inicial, con una cola de hasta siete kilómetros y medio de longitud que ha acumulado hasta más de diez horas de espera desde su punto de partida.

La fila interminable de personas serpenteando el río Támesis seguirá marcando el panorama en Londres hasta el próximo lunes a las 06:30 (hora local), cuando más de 750.000 hayan pasado por Westminster. Pese a la larga espera, la gente mantiene un espíritu positivo, de colaboración entre ellos, ilusionada por decir adiós a la reina y por vivir un momento histórico y avanzando a un ritmo constante.

La gente hace cola al comienzo de la línea de más de seis kilómetros de largo cerca del Puente de la Torre para presentar sus respetos a la difunta reina Isabel II

La gente hace cola al comienzo de la línea de más de seis kilómetros de largo cerca del Puente de la Torre para presentar sus respetos a la difunta reina Isabel II AP Photo/Martin Meissner

Los invitados considerados como VIP pueden conseguir entradas para tener una franja horaria para visitar el ataúd y se ha abierto también un libro online donde los usuarios pueden expresar sus condolencias.

Debido a la elevada asistencia, el Gobierno británico muestra actualizaciones en directo sobre la longitud de la cola para acceder a Westminster. El Departamento de Digital, Cultura, Medios de Comunicación y Deporte (DCMS) tiene una transmisión en vivo en YouTube que muestra el punto final de la línea. Este sistema de seguimiento ha introducido ahora una función de "tiempo estimado de cola", que se extiende a lo largo de la orilla sur del río Támesis, desde el puente de Lambeth hasta Southwark Park.

Antes de entrar al Palacio de Westminster, los visitantes deben pasar estrictos controles de seguridad, que impiden, entre otras cosas, sacar fotos o depositar ofrendas ante el féretro de la monarca, custodiado por la Guardia del Rey. Cada guardia militar dura seis horas, con turnos de pie ante el catafalco de 20 minutos.

En la capilla, los ciudadanos circulan en respetuoso silencio por los flancos del féretro y apenas pueden detenerse brevemente para hacer una reverencia o guardar un momento de reflexión antes de volver a salir al exterior.

¿Cómo está adornada la capilla ardiente?

El féretro de Isabel II está situado sobre un catafalco y cubierto por el estandarte real, en el que figuran los elementos del blasón de Inglaterra, tres leones de oro; un león rampante rojo representando a Escocia y el arpa real de Tara de oro por Irlanda.

Encima del ataúd luce la corona imperial del Estado, el orbe (esfera de oro hueca con cruz que simboliza el mundo cristiano) y el cetro de la soberana, en una muestra de máxima reverencia hacia una de las figuras más emblemáticas de la historia moderna.


Uno de los momentos más especiales este jueves ha sido cuando el ministro de Defensa, Ben Wallace, y el ministro de la cartera de Escocia, Alister Jack, han montado guardia ante el féretro. Ambos miembros del gabinete de la primera ministra Liz Truss han sido fotografiados vestidos con uniformes oscuros, de pie en la plataforma elevada donde descansa el féretro.

Los dos políticos son miembros de la Compañía Real de Arqueros, que actúa como guardaespaldas de la monarca en Escocia. Un acto que también realizarán este viernes los hijos de Isabel II, conocido en este caso como Vigilia de los Príncipes, como ya hicieran el pasado lunes en la Catedral de Saint Giles, en Edimburgo.

El ministro de Defensa, Ben Wallace, y el ministro de la cartera de Escocia, Alister Jack, han montado guardia ante el féretro de Isabel II

El ministro de Defensa, Ben Wallace, y el ministro de la cartera de Escocia, Alister Jack, han montado guardia ante el féretro de Isabel II Yui Mok/REUTERS

Carlos III se declara "conmovido" por el "afecto" tras la muerte de su madre.

El rey Carlos III de Inglaterra y el resto de la familia real se han declarado en un comunicado "conmovidos" por "la respuesta global y el afecto" demostrado por la población tras el fallecimiento de la reina Isabel II el pasado jueves. La Casa Real ha querido expresar su "sincera gratitud" por los mensajes de condolencias recibidos desde entonces, que algunos de los miembros de la familia real han recogido en persona en múltiples acercamientos a la población.

El príncipe Guillermo y su mujer, Catalina, ahora príncipes de Gales, han conversado con ciudadanos este jueves al acercarse a ver las ofrendas en homenaje a la difunta monarca depositadas junto a la residencia oficial de Sandringham, en el condado inglés de Norfolk. El príncipe de Gales les ha confesado que caminar detrás del ataúd de su abuela le "trajo algunos recuerdos" del funeral de su madre.

En septiembre de 1997, él y su hermano el príncipe Harry caminaron detrás del féretro de su madre, la princesa Diana, en una imagen que se quedó guardada en la mente de muchos.

Guillermo y Catalina, príncipes de Gales, observan las flores dejadas en homenaje a la difunta reina Isabel II en Norwich Gates en Sandringham

Guillermo y Catalina, príncipes de Gales, observan las flores dejadas en homenaje a la difunta reina Isabel II en Norwich Gates en Sandringham. EFE/EPA/WILLIAM CONRAN

Primera jornada de descanso lejos de los focos

Tras una semana de intensa actividad, el rey Carlos III ha descansado este jueves por primera vez lejos de los focos, en su residencia campestre privada, antes de viajar el viernes a Gales y asistir el lunes al funeral de Estado por su madre.

El soberano, de 73 años, y la reina consorte, Camila, de 75, han regresado a su finca campestre de Highgrove, en el condado de Gloucester (suroeste de Inglaterra), donde se han tomado una jornada de reflexión personal después de varios días tumultuosos.

El nuevo rey ascendió al torno de forma automática al morir Isabel II, el pasado jueves, y fue proclamado oficialmente jefe de Estado del Reino Unido el sábado. Desde entonces, Carlos III ha visitado Escocia e Irlanda del Norte, y participó en el cortejo fúnebre que llevó los restos mortales de la soberana a la capilla ardiente instalada en el palacio de Westminster.

Este viernes, tras haber descansado durante una jornada, viajará a Gales, la última de las cuatro naciones británicas que le queda por visitar como monarca. Él y Camila se desplazarán en helicóptero y asistirán a un servicio religioso en la catedral de Llandaff, en Cardiff, y acudirán después al Parlamento autónomo de Gales, donde recibirán las condolencias de la cámara.