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Rehabilitación de viviendas: la tarea pendiente para ahorrar energía con un 80% de edificios ineficientes

  • El potencial de ahorro en el consumo es "brutal", según los expertos: puede llegar hasta el 60%
  • Se espera un 'boom' tras el verano por la llegada de fondos europeos y la preocupación por la crisis energética

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Edificios antiguos en el barrio de Lavapiés de Madrid
Un 80% de las viviendas en España tienen las etiquetas menos eficientes

Europa mira con temor hacia un invierno con restricciones a la energía y ya ha desplegado una extensa batería de medidas de ahorro para evitar depender al máximo del gas ruso. En España, el límite a 27 grados del aire acondicionado y el apagado nocturno de los escaparates han centrado el debate público, aunque muchos especialistas apuntan a otro filón de ahorro energético todavía por explotar y donde el potencial es "brutal": la rehabilitación de edificios.

La nota de la eficiencia energética de las viviendas en nuestro país es un "necesita mejorar", según Álvaro Rodríguez, coordinador en España de la organización Climate Reality Project. El 80% de las viviendas son ineficientes, es decir, tienen una etiqueta energética de E, F o G, y apenas un 5% están en la parte alta de esta lista, entre la A y la B, según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE)

Para encontrar las razones hay que remontarse al franquismo, entre los años 50 y 70, cuando se construyeron decenas de miles de viviendas pequeñas y de baja calidad para acoger el gran éxodo del campo. En los 80 se hizo la primera legislación para imponer el aislamiento térmico, "pero realmente no hay una normativa seria hasta que no aparece el Código Técnico en 2006", señala Carmen Sánchez-Guevara, profesora de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid. Esto ha provocado que el 80% del parque de viviendas, incluidas los cientos de miles construidas durante la burbuja inmobiliaria, datan de antes de que fuera obligatorio el aislamiento. "Aún son habituales cosas como puertas en las que cabe un dedo por debajo o paredes de pladur", ejemplifica Rodríguez.

Aunque la situación es muy mejorable, "está a punto de arrancar" un 'boom' de la rehabilitación, según Emilio Miguel Mitre, de la organización Green Building Council España (GBCe), el Consejo para la Edificación Sostenible en España. La llegada de los fondos europeos y la preocupación por el ahorro energético ante unos precios disparados han motivado un mayor interés de las familias por aislar bien sus viviendas y un aumento de las ayudas para rehabilitar las viviendas por parte de las comunidades.

Un ahorro energético de hasta el 60% "por el precio de un coche"

Rehabilitar un edificio puede suponer un ahorro de entre un 30% y un 60% del consumo, lo que se traslada en un porcentaje similar a la factura de la luz. Según Mitre, "tiene el mismo precio que un coche", entre 20.000 y 50.000 euros, un coste que se amortiza aproximadamente entre 10 y 15 años, lo cual es "sensato" teniendo en cuenta que la vida media de una casa se sitúa en los 70 años.

El arquitecto recuerda que las subvenciones han aumentado en los últimos años. A día de hoy, estas pueden ir desde el 40% al 80% del coste de la actuación, 21.400 euros por vivienda como máximo, según el ahorro energético que se haya logrado. La legislación plantea que en situaciones de vulnerabilidad económicas las comunidades autónomas pueden elevar la ayuda hasta el 100% del coste de la intervención.

Para mejorar la eficiencia energética de un edificio, el primer paso es actuar sobre la "envolvente térmica", es decir, la fachada, la ventana o los techos, los grandes olvidados en la eficiencia, según Rodríguez, ya que "las casas, como las personas, se enfrían por la cabeza". Solo con una rehabilitación energética de la fachada se puede reducir la demanda de energía en invierno entre un 30% y un 40%, calcula Alain Mora, director general de la consultora energética Ecubo. Para ello, es necesario convencer a la comunidad de vecinos. Mitre está inmerso en ese proceso en su vivienda particular, y aunque reconoce que es "difícil", confía en que las comunidades "van a entender que lo tienen que hacer y si se les dan soluciones técnicas fiables entrarán a ello".

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Otra línea de actuación pasa por renovar las antiguas calderas de carbón o gasóleo y sustituirlas por otras más modernas de gas o bombas de calor que funcionan con electricidad, lo que proporcionaría un ahorro de entre un 20% y un 30% en invierno, según Mora.

En el último peldaño está la instalación de energía renovable, algo que los nuevos edificios ya deben incorporar obligatoriamente en el caso de las calderas. Los expertos, sin embargo, coinciden en que antes de este paso es necesario "reducir la demanda", según Mitre.

Rodríguez insiste en aplicar previamente otras medidas sin gran coste que ya se conocen desde hace generaciones: "Hemos olvidado gran parte de lo que ya sabíamos de eficiencia energética en un país caluroso como España: los árboles de hoja caduca en las caras sur de las casas, los toldos, abrir la ventana por la mañana en verano y luego dejar la casa en semipenumbra, etc."

Instalar placas fotovoltaicas sin solucionar antes las ineficiencias energéticas es como "tener una barca con una grieta en el fondo y comprar bombas para sacar el agua en vez de tapar la grieta", ejemplifica.

La "doble pena" de la pobreza energética y las viviendas ineficientes

No todo el mundo sufre la ineficiencia energética de sus hogares por igual. Los más vulnerables "pagan una doble pena", según Rodríguez: viven por lo general en viviendas peor aisladas, por lo que el coste de climatizarlas es más alto. "Necesitan más energía para calentarlas, pero como no lo pueden pagar esto se traduce en viviendas con temperaturas completamente fuera de lo que es bueno para la salud", resume Sánchez-Guevara, especialista en pobreza energética.

En sus estudios, han medido que algunas de estas viviendas -generalmente las más antiguas- están a entre 13 y 15 grados en invierno. Por ello, reclama una mayor implicación de las administraciones. "Si eres una persona en situación de exclusión social y te subvencionan un 30% de una rehabilitación de 6.000 €, ¿cómo vas a cubrir lo que falta? Hace falta un esfuerzo adicional, subvenciones a fondo perdido para las personas que mayor situación de vulnerabilidad tienen", señala.

A la dificultad de asumir los costes de la reforma están las barreras burocráticas, coinciden varios expertos consultados. Las ayudas no solo son estatales, sino también de ayuntamientos y comunidades, las cuales están repartiendo estas subvenciones de forma desigual, y además algunas de ellas son incompatibles con otro tipo de subsidios. Para ello, la profesora de la UPM ha lanzado, junto a varias organizaciones de la sociedad civil la "Alianza por la rehabilitación de viviendas sin dejar atrás", para que no se siga excluyendo a familias en riesgo de exclusión social en estos planes.

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"Una crisis puntual dentro de una de recursos y ambiental más amplia"

Las medidas de ahorro energético que ha implantado el Gobierno llegan en el contexto de la guerra de Ucrania y los problemas energéticos derivados de ella, como los posibles cortes de suministro a Europa del gas ruso. Para Sánchez-Guevara, sin embargo, esta "es una crisis puntual dentro de una crisis de recursos y ambiental muchísimo más amplia". Debido a la crisis climática, "vamos hacia un estándar en el que vamos a tener menos recursos disponibles para acondicionar nuestras viviendas y donde el clima además va a ir siendo cada vez más severo".

Vamos hacia un estándar en el que vamos a tener menos recursos disponibles para acondicionar nuestras viviendas y donde el clima además va a ir siendo cada vez más severo

"Nos estamos jugando todo. Y más un país como España, que ya este verano hemos descubierto que somos la frontera norte del Sáhara y que esa frontera está empujando para arriba", sentencia Rodríguez.