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Objetivo Igualdad

Parapente: un deporte todavía masculino, pero en el que entran cada vez más mujeres

  • El pasado año, apenas un 6% de quienes se federaron a nivel nacional eran mujeres
  • 'Voleteras', un grupo de mujeres parapentistas que surgió con la pandemia, agrupa ya casi a 200
  • 'Sin miedo a volar', en Objetivo Igualdad, sábado a las 16'30h en Canal 24h

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Mujeres volando en parapente
Mujeres volando en parapente

El volar ha sido una de las grandes obsesiones del ser humano a lo largo de la historia. Hoy está al alcance de la mayoría y para muchos se ha convertido en una pasión. Las profesionales del parapente llegan a describir su experiencia en los cielos como algo mágico, "Ver paisajes, pasar ríos, valles, montañas, volar con los pájaros...", Maite Moreno lleva más de 30 años pilotando y aún se le iluminan los ojos cuando le preguntas qué se siente.

Para Paula Fernández su primer contacto con el parapente fue algo terapéutico. Ella es natural de Algodonales, en Cádiz, y desde pequeña se crio viendo buitres leonados y preguntándose cómo sería eso de tener alas. En su etapa adulta obtener la respuesta, "es libertad absoluta", Su entrega al parapentismo es incondicional, aunque no siempre haya sido un camino de rosas.

Parapentistas: mujeres que disfrutan su pasión por volar

Un deporte muy masculinizado

A pesar de que, perciben que en los últimos años ha habido un “boom” de esta afición entre las jóvenes, lo cierto es que el parapente es un deporte que sigue estando extremadamente masculinizado, al igual que otros deportes de riesgo o incluso el automovilismo. De los 423 parapentistas que se han federado a nivel nacional hasta mediados de junio, solo 22 son mujeres. En todo 2021 solo se registraron 50 frente a 750 hombres que se lanzaron a competir. Una brecha que, las que están dentro de este mundo, perciben de forma notable. “Otra cosa es que entre en la competición. No sé si es porque está mitificada o se ve como algo súper lejano en lo que hay que ser muy bueno para acceder”, opina Maite Moreno. Paula lo achaca a un tema educacional, “por la historia que tenemos y la sociedad en la que vivimos a la mujer le cuesta más dar ese paso”.

La competición está mitificada o se ve como algo lejano para las mujeres

Para explicar que sólo se llegue a ese 6% hay barreras autoimpuestas pero también reales. Por el diseño, los parapentes de tallas pequeñas (normalmente los que usan ellas) vuelan menos. Desigualdades que se notan en factores técnicos, pero también en lo social.

La discriminación ha formado parte del recorrido de algunas de ellas. Meryl Delferrier logró clasificarse para el mundial de parapente con 18 años, y solo tres más tarde, en 2019, se convirtió en la campeona del mundo. Sus logros no la libraron de escuchar comentarios que minusvaloraban su mérito por ganar en la categoría de mujeres ya que eran muy pocas las participantes: "Me llegaron incluso a preguntar si estaba contenta de haber llegado tan lejos por ser la novia de una persona. […] Cuando eres chica es difícil hacerse hueco".

Me preguntaron si estaba contenta de llegar tan lejos por mi novio

Insiste que son casos excepcionales. Sin embargo, cree que sería positivo que hubiera más mujeres presentes en este deporte. A ella le inspiró en su día ver a las mujeres que formaban parte del circuito de la competición o a la mejor amiga de su madre, miembro del equipo francés de Ala Delta.

Emiko Morota es una de las caras más conocidas del parapente y el paramotor. Explica que, cuando ejerce de monitora con niñas pequeñas, trata de inculcarles la idea de que ellas también pueden llegar tan lejos como se propongan: "Da igual si es hombre o mujer, siempre podemos hacer lo que queremos".

Las parapentistas Maite Moreno y Emiko Morota durante el rodaje de Objetivo Igualdad

Las parapentistas Maite Moreno y Emiko Morota durante el rodaje de Objetivo Igualdad

La unión hace la fuerza

'Voleteras' es un grupo de mujeres parapentistas que tiene entre sus propósitos este: visibilizarlas. Surgió en plena desescalada de la pandemia, cuando no podíamos salir aún de nuestros municipios, pero ya se nos permitía hacer deporte. "Hicimos una piña y la verdad es que sentimos una energía muy positiva, nos motivábamos mucho", nos cuenta Paula Fernández, fundadora del grupo. Al comienzo eran solo 4 pero pronto se sumaron muchas más: "En un mes éramos de toda España unas 100, ahora somos casi 200".

Las mujeres tenemos experiencias similares y somos más transparentes

La complicidad que existe entre las mujeres es algo que todas notan de forma palpable. Emiko Morota cree que es porque suelen tener experiencias similares, mientras que Maite Moreno lo achaca a que "nosotras somos más transparentes en ese sentido. Si pasas miedo, cualquier cosa lo verbalizamos más".

Paula Fernández, fundadora de 'Voleteras'

Paula Fernández, fundadora de 'Voleteras' cropper

La maternidad como barrera

El entrenamiento y la constancia son fundamentales para, no solo desarrollar, sino conseguir mantener las habilidades y la soltura necesarias para competir. La maternidad no lo permite. El embarazo fuerza a muchas mujeres a abandonar este deporte por su propio bienestar y el del bebé. Pero también durante los primeros años de vida del recién nacido es habitual renunciar a esta actividad deportiva. "Me gustaba llegar a un límite. Pero cuando fui madre tenía que estar un poquito por debajo de mi límite. No voy a arriesgar teniendo a mi niño", explica Emiko Morota.

Hay quien cuestiona a las mujeres si vuelan cuando tienen hijos pequeños

Aunque no siempre se trata de una elección plenamente libre. "Cuando están embarazadas dejan de volar por miedo y también por el qué dirán, todavía existe eso", explica Paula . Ella ha sido testigo de cómo se cuestionaba a algunas de sus compañeras por volar siendo madres: "Al aterrizar le han recriminado cómo se atrevía a dejar a su hijo abajo, que si le pasaba algo qué pasaba con su hijo". Sin duda, es algo que tiene más consecuencias para ellas que para ellos, Emiko Morota tuvo que renunciar a la que es su vocación, "mi marido y yo estamos en equipo nacional. Pero él pudo seguir su carrera y yo lo dejé".

Aún no se aterriza

Más allá de todas estas dificultades, ninguna de ellas valora el rendirse. Paula está decidida a lanzarse pronto en el mundo de la competición. Y Meryl se ha propuesto demostrar a todos que se equivocan: las mujeres no ganan porque sea más fácil, ganan porque pueden hacerlo: "Tengo esa aspiración que me va a empujar. No es por la fama. Quiero poder decir que he ganado en general y no solo entre las mujeres. Es mi gran deseo". Afirma que no va a parar hasta quedar primera en la clasificación del mundial en ambas categorías.

Emiko siempre se ha mostrado decidida a no abandonar este deporte y, ahora, con sus hijos siendo ya mayores, tiene más fuerzas que nunca, "puedo seguir ahora lo que yo quería hacer antes. Ya no voy a parar". La trayectoria de estas mujeres, a veces de décadas, ha contribuido a romper estereotipos en este deporte y a abrir el camino a las próximas generaciones femeninas del parapente. Si ellas han podido, dicen, el resto también.