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Guindos espera que la inflación siga al nivel actual durante el verano y cierre el año en torno al 6%

  • El vicepresidente del BCE advierte que la política monetaria cambiará si hay una espiral de precios
  • Recuerda que el escenario base de la entidad prevé crecimiento este año y el siguiente

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El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, ante el Parlamento Europeo, en una imagen de archivo.
El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, ante el Parlamento Europeo, en una imagen de archivo.

El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE)Luis de Guindos, considera que la tasa de inflación se mantendrá "en los niveles actuales los próximos meses" y comenzará a "relajarse" después del verano. Desde el 8,7 % interanual de mayo -último dato disponible-, el año terminaría "en torno al 6 %", según sus previsiones.

Así lo ha asegurado durante su intervención en el curso de verano organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde también ha advertido que los riesgos "son al alza".

Guindos ha recordado que las previsiones macroeconómicas del BCE, publicadas la semana pasada, contemplan un escenario base de crecimiento superior al 2% los próximos años, mientras que en el peor escenario se prevé una contracción del PIB del 1,7% en 2023.

Si hay una espiral de precios, la política monetaria cambiará

El economista español ha apuntado que, aunque las expectativas de inflación están relativamente bien ancladas, muy próximas al 2% a medio plazo, existe el riesgo de efectos de segunda ronda que nos lleve a una espiral de precios.

"Si nos encontramos con efectos de segunda ronda, esto llevará a que la inflación sea más extensa y afecte a más componentes del IPC y a que la respuesta de la política monetaria sea diferente", ha avisado.

Actualmente, aunque existe incertidumbre sobre la evolución de los precios de la energía, influidos por factores que están fuera de control, Guindos cree "difícil" que un incremento tan fuerte como el observado hasta ahora pueda repetirse, por lo que el efecto base llevaría a una desaceleración de la inflación.

El Consejo de Gobierno del BCE anunció la semana pasada su intención de subir los tipos de interés en 25 puntos básicos en la reunión de julio, así como de acometer otra subida en septiembre. La intensidad del segundo empuje podría ser mayor en el caso de que las previsiones de inflación se mantengan o empeoren.

Por otro lado, el vicepresidente del BCE ha indicado que, a pesar de que en el corto plazo el alza de la inflación es positivo para los bancos, a más largo plazo esto también supone el riesgo de desaceleración económica y de más dificultades de los clientes para cumplir con sus obligaciones, aumentando la mora, por lo que ha recomendado prudencia a las entidades.

El plan para evitar una crisis de primas de riesgo permitirá actuar contra la inflación

"El programa antifragmentación no debe interferir en el planteamiento de la política monetaria y la lucha contra la inflación", ha subrayado Guindos sobre el nuevo mecanismo que prepara el BCE para paliar las divergencias "indeseadas" entre los costes de financiación de los países y evitar otra crisis en las primas de riesgo.

Durante su intervención por videoconferencia en la UIMP, el vicepresidente del BCE ha expresado su confianza en que esta nueva herramienta, cuyo diseño se ha acelerado, deje las manos más libres a la entidad para cumplir el objetivo de inflación del 2% simétrico a medio plazo.

"Contar con un instrumento antifragmentación es liberar a la política monetaria para poder actuar con más contundencia contra la inflación", ha señalado Guindos, que ha precisado que esto no quiere decir necesariamente que las subidas de tipos vayan a acelerarse o aumentar. Cualquier decisión del banco central será "dependiente de los datos", ha dicho.

El BCE acelera la creación de un mecanismo que evite otra crisis en las primas de riesgo

Asimismo, ha asegurado que el nuevo instrumento no debería compararse con el programa OMT, lanzado hace diez años por el BCE tras el 'whatever it takes' de Mario Draghi y que nunca llegó a implementarse de manera efectiva al estar sujeto a una exigente condicionalidad del Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE). Según Guindos, las circunstancias actuales son distintas a las de 2012 y las primas de riesgo actuales no son equiparables a las observadas entonces, cuando llegó a cuestionarse la integridad del euro.

"Todavía no hemos discutido en el Consejo las características de este nuevo programa", ha apuntado el economista, para quien este plan no solo debe abordar el diferencial entre la deuda de los países, sino que tiene que luchar contra las primas de riesgo "no justificadas por las condiciones económicas", ya que no todos los países tienen el mismo perfil de riesgo y presupuestario, lo que provoca diferencias razonables. De este modo, ha explicado, irá dirigido a "jurisdicciones específicas".

Sin embargo, el vicepresidente del BCE ha reconocido que no existe una fórmula matemática para conocer cuándo se trata de primas de riesgo razonables. Existen factores cuantitativos sobre la evolución de los diferenciales y de la liquidez de los mercados, pero también fundamentos de la economía y una parte de juicio económico. "En función de todo eso, valoraremos cuándo la fragmentación es o no injustificada y el BCE analizará las situaciones concretas", ha explicado Guindos.