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La subida de precios obliga a las familias más vulnerables a pedir ayuda

  • La demanda de ayudas de primera necesidad ha crecido en los últimos meses
  • Seis millones de personas se encuentran en exclusión social severa en España, según informe FOESSA

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14 horas - La guerra aumenta las colas del hambre en España

Desde primera hora de la mañana comienza el movimiento en torno a la parroquia de Santa María Micaela, en el barrio de Tetuán de Madrid. Los voluntarios de la Fundación Madrina preparan los alimentos y productos de primera necesidad que hoy toca repartir a 400 familias. Las madres van llegando con sus carritos de bebé y de la compra que se colocan en fila para para guardar la vez.

Ainhoa trabajaba en limpieza hasta que se quedó embarazada de trillizos y fue despedida. Hace sólo dos meses que nacieron los bebés y desde las primeras semanas viene a pedir ayuda. Su pareja trabajaba de camarero hasta que perdió el empleo con la pandemia. No cobran ninguna prestación y su situación se ha agudizado con la subida de precios: "Está todo muy caro, es imposible hacer frente a los gastos. Es la segunda vez que vengo aquí, al principio me ayudaban con leche de prematuros y ahora con alimentos y leche para los bebes".

Un grupo de personas hace cola para recibir alimentos en el barrio de Tetuán de Madrid Minerva Oso

Con el IPC por las nubes, el precio de la energía en máximos y la cesta de la compra inasequible, se dispara la necesidad de las familias más vulnerables, que no habían podido recuperarse del impacto de la crisis sanitaria. Es pronto para dar datos precisos, pero Cáritas confirma que en los últimos meses ha crecido la demanda de ayudas de primera necesidad, para pagar el alquiler, las facturas de la energía o los alimentos mas básicos.

"La inflación no está afectando a todos por igual", asegura Thomas Ubrich, miembro del equipo de estudios de Cáritas Española y Fundación FOESSA, "sino a los más frágiles, los que se encuentran en la exclusión severa porque acumulan mayores problemas".

Mujeres, jóvenes y población de origen migrante, los más afectados

María llegó de Honduras para trabajar cuidando a un anciano que falleció de Covid al principio de la pandemia. Su marido trabaja, pero no les da para llegar a fin de mes. Tienen cuatro hijos de entre 1 y 14 años. Acude cada semana a la Parroquia Santa María Micaela: "El salario se va en gastos de casa, en la luz, que ha subido un montón, el alquiler. Ha subido todo menos el salario. Han subido las horas de trabajo, pero las pagan menos, así que es muy difícil llegar a fin de mes".

La Fundación Madrina atiende a 1200 familias cada semana, el doble que hace solo un mes. Su presidente, Conrado Giménez, asegura que están viendo un repunte brusco en la demanda "por la burbuja de la inflación, el precio de la energía y la pérdida de empleo, que está incrementando la vulnerabilidad de las familias con hijos, que, incluso teniendo un trabajo, se ven abocadas a venir a las colas del hambre". Una situación que desborda a unas familias ya muy tocadas por la crisis sanitaria.

La Fundación Madrina atiende a 1200 familias cada semana, el doble que hace solo un mes

Sandra fue despedida de su trabajo hace unos meses, cuando su bebé dio positivo por Covid. "Me tocó pedir ayuda por primera vez. Nunca me había visto en esta situación porque iba encadenando trabajos". Mientras hablamos, los voluntarios de la Fundación Madrina le entregan aceite, leche para bebés, y otros productos básicos. "Ahora está todo muy caro, así que hago malabares para llegar a fin de mes; debo luz, agua, comunidad, hipoteca."

Han subido las horas de trabajo, pero las pagan menos, así que es muy difícil llegar a fin de mes".

Según los datos del último informe FOESSA, en España hay 6 millones de personas en exclusión social severa. "Son los ciudadanos más frágiles. Acumulan más problemas y tienen menos herramientas para afrontar la subida de los precios, por lo que es probable que se profundicen aún más sus dificultades, e incluso personas que no estaban en exclusión severa caigan ahora", asegura Thomas Ubrich.

Las familias que llegaban muy justas a fin de mes se han visto en la necesidad de pedir ayuda tras el estallido de la guerra en Ucrania y la subida del IPC. Lucia Gallardo es trabajadora social de Cáritas en Alcalá de Henares.

"Son familias que empezaban a recuperase tras la pandemia y este nuevo golpe ha supuesto un cierto retroceso, familias que iban tirando en el día a día, pero con la subida de los precios del transporte, la luz, el agua y los alimentos son cada vez más vulnerables y tienen que pedir ayuda para poder salir adelante", asegura.

Se trata de un perfil distinto, una pobreza invisible, familias trabajadoras que no ponen la calefacción, que regulan las compras y no hacen vida social para no gastar, son nuevos pobres.

Más demanda de alimentos tras la llegada de los refugiados de Ucrania

Los 54 Bancos de Alimentos repartidos por toda España atendieron a 1.400.000 personas en 2021. Con este nuevo escenario se podrían rozar los 2.000.000 de personas al final de este año. La llegada de más cerca de 140.000 ucranianos a España ya se aprecia en el aumento de la demanda.

"Sin duda esta llegada de refugiados está incrementando el número de beneficiarios atendidos por el Banco de Alimentos que calculamos llegarán a tener un incremento del 30% a final de año y un número muy importante serán menores de 18 años", apunta Miguel Fernández, director de la Federación de Bancos de Alimentos.

María agradece la ayuda, pero recuerda que vino a España a trabajar. "Si encontrara trabajo podríamos salir adelante sin necesidad de venir aquí cada semana, pero no hay".