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León

Isabel Carrasco: muerte en el olvido

  • El 12 de mayo se cumplen ocho años del asesinato de la presidenta de la Diputación de León sin homenajes
  • Las asesinas cumplen pena en la cárcel de Villabona (Asturias) mientras que la cómplice estrena el tercer grado
  • Este jueves, 24 de marzo, RTVE Play estrena la serie "Muerte en León. Caso cerrado" del director Justin Webster

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Unas flores recuerdan a Isabel Carrasco en el lugar donde fue asesinada
Un ramo de flores recuerda a Isabel Carrasco en el lugar de su asesinato.

Ocho años después del crimen que marcó la historia política y social de León, la vida sigue en esta capital de provincia del noroeste del país sin recuerdos ni homenajes a la que fuera presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, a lo largo de este tiempo.

Tan solo la entrega de la medalla de oro de la institución a título póstumo y un homenaje discreto al año de su asesinato con un minuto de silencio y una eucaristía organizada por su partido, el PP, devolvieron a la memoria pública a uno de los personajes políticos más destacados en la historia reciente de la provincia leonesa.

Desde entonces, solamente un cuadro con su imagen la recuerda en el pasillo de la Diputación de León, en la hilera de retratos del resto de presidentes de la institución provincial, todos hombres.

La serie documental

RTVE Play estrena este jueves, 24 de marzo, la serie "Muerte en León. Caso cerrado" del director Justin Webster donde retrata el asesinato de Isabel Carrasco a partir de un hilo argumental: el juicio celebrado en la ciudad a las tres acusadas.

La docuserie arranca esa tarde apacible del 12 de mayo de 2014 cuando la también presidenta del PP en León salió de su casa en el Paseo de la Condesa de Sagasta para dirigirse a la sede del partido ubicada a la otra orilla del río Bernesga. No llegó. A mitad de la pasarela que cruza las aguas, una mujer, Monserrat González, le dispara tres tiros que le causan la muerte prácticamente en el acto.

Monserrat González huye rápidamente del lugar, pero es seguida por un policía jubilado que, junto a su esposa, caminaba por la pasarela y observaron lo ocurrido. Llama al 112 y la persigue hasta que la Policía llega y la detiene. Un minuto después aparece su hija Triana, que asegura llegar de una pastelería que estaba cerrada, y es detenida también. 48 horas después del asesinato, la investigación cierra el cerco con la detención de una policía local, Raquel Gago, implicada también en el crimen.

El asesinato causó conmoción en toda España. Se sucedieron las muestras de apoyo y condolencia a sus familiares (su hija y su pareja sentimental) y compañeros de partido. Isabel Carrasco se había labrado una imagen de mujer fuerte en un mundo de hombres, trabajadora, sin pelos en la lengua, que ejercía un férreo control en el partido y en los cargos públicos que ocupó como delegada territorial de la Junta en León, consejera de Hacienda y presidenta de la Diputación de León.

De ahí que las primeras hipótesis hacían pensar en un ajuste de cuentas vinculado a las enemistades en el ámbito público. Pero la realidad fue otra: odio y venganza unidos en un crimen personal como se constató en el juicio celebrado dos años después.

El juicio

La audiencia provincial de León acogió la vista oral por el asesinato de Isabel Carrasco en medio de una gran expectación mediática que obligó incluso a habilitar un espacio específico para acoger a los periodistas. Un juicio con luz y taquígrafos, sorpresas como la desaparición por unas horas del abogado de Raquel Gago, y un jurado popular que tuvo que abstraerse de todo ello para dictar sentencia.

La docuserie retrata los vericuetos de un juicio en el que se reflejaron las personalidades de las implicadas en esta trama. Una Monserrat González madre, angustiada por el deterioro de su hija, Triana Martínez, al perder el favor de la presidenta de la Diputación para quien trabajaba. "Era ella o mi hija" aseguró en la vista oral para reconocer de forma fría y desapasionada ser la autora de un crimen que volvería a repetir.

La asesina confesa de Isabel Carrasco: "No me arrepiento, era ella o mi hija"

Monserrat hizo suyo el sentimiento de odio surgido en el interior de su hija única, a la que nada se negaba y que reclamaba como derecho propio el obtener un empleo fijo en la institución, aunque fuera con unas oposiciones amañadas. Triana alimentó en su interior la idea de persecución por parte de Isabel Carrasco al impedirla además entrar en política, algo que también deseaba.

Y de esos sentimientos habló también a su amiga, la policía local, Raquel Gago, cuyo papel en esta trama ha sido siempre el que más dudas ha generado. Tomó café con las implicadas el día del asesinato, estaba en la zona de huida y la pistola del crimen apareció en el interior de su coche sin que ella lo supiera.

Gago sí hizo visible su angustia y lágrimas en el juicio, pero no supo explicar cuál había sido su implicación real en todo el asunto. Su indefinición y la polémica actuación de su abogado, que llegó a desaparecer durante horas en una de las sesiones del juicio, no la ayudaron.

El jurado popular lo tuvo claro: todas eran culpables en mayor o menor grado. La sentencia, recurrida hasta el Tribunal Supremo, supuso una condena de 22 años para Monserrat González como autora del asesinato. Su hija Triana Martínez fue considerada cooperadora necesaria con una pena de 20 años. Y Raquel Gago, fue declarada cómplice con 14 años de prisión.

Punto final al juicio por la muerte de Isabel Carrasco

¿Dónde están hoy?

En la actualidad, madre e hija, tras el paso por dos centros penitenciarios –Villahierro (León) y Villanubla (Valladolid)- y problemas de comportamiento en prisión, se encuentran como reclusas de segundo grado en la cárcel de Villabona (Asturias).

Raquel Gago, por su parte, acaba de estrenar el tercer grado concedido en el centro penitenciario Madrid I de Alcalá de Henares al que fue trasladada tras su paso por Villahierro.

A lo largo de este tiempo, han permanecido en silencio. Sólo concedieron sendas entrevistas periodísticas poco después del juicio que no revelaron nada nuevo. La docuserie de Justin Webster incide no obstante en capítulos no aclarados o cerrados rápidamente en la investigación que podrían haber sido significativos en un crimen que León ha querido enterrar en la memoria.