Enlaces accesibilidad

Bombas de racimo y termobáricas: así son las armas letales que Rusia podría estar usando en Ucrania

Por
Imagen de una bomba de racimo, en la que se ven las submuniciones de su interior.
Imagen de una bomba de racimo, en la que se ven las submuniciones de su interior.

Diversas organizaciones humanitarias, entre las que se encuentran Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional, han denunciado el uso de bombas de racimo por parte del Ejército ruso en zonas residenciales contra la población ucraniana. Según señalan, estos ataques podrían constituir crímenes de guerra, ya que la utilización de este armamento contra civiles fue prohibida a través de la Convención sobre Municiones en Racimo de 2008, y que 110 países se comprometieron a cumplir, aunque ni Rusia ni Ucrania se adhirieron.

Además, Estados Unidos ha advertido de que Rusia tiene previsto endurecer su agresión militar contra Ucrania y que, además de bombas de racimo, ha movilizado hacia suelo ucraniano armamento termobárico, también conocido como bombas de vacío, cuyo poder de destrucción es aún mayor. "Hemos visto videos de fuerzas rusas llevando a Ucrania armas excepcionalmente letales, que no tienen cabida en los campos de batalla. Esto incluye bombas de racimo y de vacío", ha selañado la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield. Sin embargo, aún no hay constancia de que Rusia haya utilizado este tipo de armamento en Ucrania, más allá de la afirmación que ha realizado la embajadora de Ucrania en Estados Unidos, Oksana Markarova, quien ha asegurado que ya habían sido lanzadas, aunque sin aportar más datos.

¿Qué son las bombas de racimo?

Las bombas de racimo pueden lanzarse desde tierra, mar o aire. Su principal característica es que contienen un dispositivo que, al abrirse, libera un gran número de pequeñas bombas, que se esparcen y generan un mayor poder de devastación. Estos explosivos de menor tamaño no cuentan con un mecanismo de guía preciso, por lo que su área de impacto es muy amplia. Según explica la organización HRW, pueden extenderse por un espacio similar al de un campo de fútbol.

Además, hay que tener en cuenta que estas bombas de menor tamaño muchas veces caen al suelo sin explotar, por lo que se convierten en minas antipersona, representando una amenaza para la población durante años e incluso décadas. Entre el 5% y el 30% de estas submuniciones no llegan a explotar y permanecen dispersas sobre el terreno.

¿De qué tamaño son estos proyectiles liberados?

Cada una de ellos tiene un peso inferior a 20 kilogramos. Estas submuniciones pueden causar diferentes daños, como perforar vehículos blindados, destruir edificios, matar o herir a personas de manera indiscriminada o producir incendios, por ejemplo en zonas de vegetación especialmente densa.

¿Dónde han sido utilizadas en Ucrania?

El Ejercito ruso empleó bombas de racimo contra áreas residenciales de la ciudad de Járkov, la segunda de Ucrania, que causaron la muerte de al menos tres personas, denuncia Human Rights Watch (HRW). El suceso ocurrió el pasado 28 de febrero, según la ONG, que afirma haber mantenido entrevistas con dos testigos y analizado 40 vídeos y fotografías que revelan el uso de munición con cohetes 9M55K Smerch de fabricación rusa. La organización recuerda que Naciones Unidas informó de que aquel día murieron en la ciudad por ataques durante la invasión rusa nueve personas y 37 resultaron heridas.

¿Ya habían sido utilizadas en otras guerras?

Desde los años sesenta, este armamento ha sido utilizado en numerosas guerras, como Kosovo (1999), Afganistán (2001), Irak (2003) o Líbano (2006). También en conflictos de países africanos, como Sudán o Sierra Leona. Las bombas de racimo se emplearon con mayor profusión antes de la Convención sobre Municiones en Racimo, que se firmó en 2008 y entró en vigor en 2010.

Después de esta fecha, las tropas del Gobierno sirio las han utilizado, suministradas precisamente por Rusia. También lo hicieron Azerbaiyán y Armenia en Nagorno Karabaj. Asimismo, se han empleado en el enfrentamiento fronterizo entre Tailandia y Camboya, además de otros conflictos: Libia, Sudán, Yemen o la propia Ucrania, donde el ejército ucraniano y las fuerzas antigubernamentales respaldadas por Rusia lanzaron cohetes con municiones en racimo en las provincias de Donetsk y Lugansk, entre 2014 y 2015, según Human Rights Watch.

Desde Siria hasta el sudeste asiático, pasando por Afganistán o Líbano, bombas de racimo sin estallar siguen matando y mutilando a personas muchos años después de ser lanzadas.

Tanque T-72 ruso con lanzacohetes TOS-1, con capacidad para transportar bombas termobáricas.

Tanque T-72 ruso con lanzacohetes TOS-1, con capacidad para transportar bombas termobáricas. GETTY

¿Qué son las bombas de vacío o termobáricas?

Las bombas termobáricas, también conocidas como bombas de combustible o bombas de vacío, son armas compuestas por dos cargas explosivas diferentes. La primera pulveriza una nube de combustible que se mezcla con el oxígeno de la atmósfera, mientras que la segunda es la encargada de detonar ese combustible, que propagará la onda explosiva por toda la nube. De este modo se produce el efecto de vacío cuando la combustión consume el oxígeno, lo que causa una explosión de alta temperatura que succiona el aire. La onda expansiva tiene una duración significativamente mayor que la de un explosivo convencional.

¿Qué efecto producen?

Su poder de destrucción es tal, que están prohibidas por la convención de Ginebra. La explosión provoca una gran onda expansiva de alta presión y temperatura -entre 2.500 ºC y 3.000 ºC- que volatiliza a las personas que se encuentran más cerca, y hace que quienes estén más alejados, e incluso protegidos bajo tierra, puedan morir asfixiados debido a la falta de oxígeno. Los efectos producidos por estas bombas se asemejan a los de un arma nuclear de baja intensidad, pero sin radiación ionizante.

¿Han sido ya empleadas en algún conflicto bélico?

Las bombas termobáricas, tal y como se conocen actualmente, se desarrollaron en la década de 1960 por Estados Unidos, que las utilizó durante la guerra de Vietnam, destruyendo la red de túneles del Vietcong, depejando zonas de jungla y limpiando campos minados. En 2017, Estados Unidos también utilizó municiones termobáricas para acabar con la resistencia de combatientes del Estado Islámico refugiados en cuevas de Afganistán.

La Unión Soviética las empleó contra China en el conflicto fronterizo de 1969, además de hacerlo más tarde en Afganistán. En el año 2000, la organización Human Rights Watch denunció que Rusia había utilizado este tipo de armas en Chechenia.

La bomba termobárica más potente fabricada hasta la fecha se bautizó como 'Padre de todas las bombas', y fue anunciada en 2007 por Rusia en respuesta a la 'Madre de todas las bombas', la bomba termobárica estadounidense, probada en 2003. Según aseguraba el Kremlin, la versión rusa era hasta "cuatro veces más potente" que la norteamericana.

En la actualidad hay versiones portátiles que pueden transportarse con mayor facilidad, como los tanques T-72 rusos que supuestamente han sido vistos en Ucrania equipados con lanzacohetes TOS-1.