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Australia

El primer ministro australiano pide perdón por "tratar de silenciar" los abusos sexuales en el Parlamento

  • Scott Morrison ha expresado sus disculpas en presencia de Brittany Higgings, quien denunció haber sido violada en 2019
  • Su voz motivó a otras tres mujeres a revelar que fueron víctimas de asaltos o tocamientos indebidos

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El primer ministro australiano pide perdón por los casos de abusos sexuales en el Parlamento

El Parlamento de Australia ha llevado a cabo una sesión marcada por el arrepentimiento por los casos de abusos sexuales que se destaparon en 2021. El primer ministro Scott Morrison ha pedido perdón a las víctimas de acoso, maltratos y agresiones sexuales y ha reconocido que muchas denuncias fueron silenciadas por el miedo a las consecuencias electorales.

"Hemos tratado de silenciar las quejas válidas y justas de la gente porque reinaba el miedo a las consecuencias electorales. Lo siento. Lo sentimos", ha admitido Morrison, al prometer "sacar a la luz" a los autores de estas agresiones en el Parlamento. Según el informe presentado a finales de noviembre pasado, el 51 % de las trabajadoras de la cámara legislativa experimentaron al menos un incidente de abuso o acoso sexual así como un intento de violación o asalto sexual consumado.

"No podemos deshacer lo que está hecho, pero si tenemos la voluntad, podremos romper este ciclo de una vez por todas", ha dicho en su discurso el líder laborista Anthony Albanese, mientras que el Parlamento ha prometido "establecer los estándares que rijan a la nación" para subsanar una "historia inaceptable de abuso, acoso y asalto sexual en los lugares de trabajo del Parlamento de Australia".

Morrison ha expresado sus disculpas en presencia de Brittany Higgings, la exasesora del Partido Liberal que denunció el año pasado haber sido violada en la sede del Parlamento, lo que provocó que otras mujeres se atrevieran también a presentar más denuncias.

"Ella tuvo el valor de hablar, y por eso estamos aquí. Lamentamos todas estas cosas, y al hacerlo, cada uno de nosotros asume la responsabilidad de un cambio", ha dicho el primer ministro. Las disculpas de Morrison, junto a las del líder de la oposición, el laborista Anthony Albanese, y ambas cámaras del Parlamento, se dan en respuesta a las 28 recomendaciones emitidas en noviembre pasado por la comisionada de Discriminación Sexual, Kate Jenkins, que lideró una investigación sobre la cultura laboral en la sede del Legislativo.

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Higgings rompió el silencio

La investigación independiente fue ordenada en marzo de 2021 por el Gobierno de Morrison a raíz de la denuncia de Higgins sobre la violación que sufrió en 2019 por parte de un antiguo compañero de trabajo en la oficina de la entonces titular de Industrias de la Defensa, Linda Reynolds, en el Parlamento de Camberra.

La denuncia de Higgins, quien además se quejó de cómo sus empleadores abordaron su caso, motivó a otras tres mujeres a revelar que fueron víctimas de asaltos o tocamientos indebidos por parte del mismo hombre, quien actualmente es procesado por los presuntos delitos.

Asimismo provocaron fuertes críticas contra el Gobierno de Morrison por su gestión del caso, una marcha masiva en la que participó Higgins para reclamar una mayor protección de las mujeres en el Parlamento así como la remoción de la cartera de Defensa a Reynolds por haber llamado "vaca mentirosa" a la exasesora.

"Esta cultura es inaceptable"

Este martes también ha estado presente en el Parlamento otra exasesora gubernamental, Rachelle Miller, quien asegura haber sido víctima de maltrato verbal y en una ocasión físico por parte del exministro de Educación, Alan Tudge, quien niega esta denuncia, aunque se ha apartado del cargo mientras se investigan estos hechos, en momentos cruciales para el Gobierno de Morrison de cara a los comicios de este año en los que busca la reelección.

Miller ha declarado a la cadena pública australiana 'ABC' que se ha sentido "reivindicada por las disculpas presentadas" en el Parlamento porque "por fin, se reconocía" lo que había denunciado desde hace tiempo, que "esta cultura es inaceptable".

La investigación de Kate Jenkins ha revelado la existencia de una cultura laboral tóxica en el Parlamento dominada por los hombres, así como sistemáticos abusos de poder, explotación, acoso y agresiones, incluidas sexuales, principalmente contra las mujeres.