Enlaces accesibilidad
Análisis

Ucrania, un tema existencial para Putin

  • La respuesta de Estados Unidos no convence al Kremlin, aunque todavía ven espacio para el diálogo
  • "Puede haber guerra o alguna variante híbrida", opina el politólogo Kirill Rogov

Por
Rusia sigue dejando margen para el diálogo

La tensión en Ucrania continúa. Rusia cree que la respuesta de Estados Unidos en la que rechaza sus exigencias de seguridad no deja mucho espacio para el optimismo en la crisis, aunque aún hay margen para el diálogo.

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha expresado su descontento y dicho que "solo les dejan espacio para negociar cuestiones secundarias, pero no lo primordial".

La gran pregunta ahora es ¿cuál será el próximo movimiento del Kremlin?

Por geopolítica e historia en común, Ucrania es un tema existencial para Putin, pero ¿hasta dónde está dispuesto a llegar para impedir su entrada en la OTAN?

El analista Sergei Kortunov cree que "hay espacio para seguir negociando que Ucrania sea un Estado neutro". Sin embargo, otros piensan que el objetivo es desestabilizar el gobierno de Zelensky y que Kiev regrese a la órbita de influencia rusa.

"Puede haber guerra o alguna variante híbrida. Provocaciones inesperadas, que desaten fracturas o pánico entre las élites de Ucrania", opina Kirill Rogov, politólogo. Según él, el Kremlin no puede desescalar la situación sin alguna victoria. Por lo que espera movimientos bruscos.

Moscú dispone de otras armas de presión. Como reconocer la independencia de los separatistas en el este de Ucrania. O colocar misiles apuntando a Washington y las capitales europeas en aliados como Bielorrusia, Cuba o Venezuela.

Motivaciones más allá de Ucrania

Detrás de las exigencias de seguridad de Rusia, hay quien ve otras motivaciones. "La confrontación con Occidente es fuente de legitimidad para Putin a nivel interno. Anexionarse Crimea disparó su popularidad en 2014, tras un período de protestas. Ahora busca algo similar", señala Rogov

Convencido de que agitando una vez más el enemigo externo, el Kremlin quiere desviar la atención de la represión y las protestas que han sacudido Rusia en el último año.