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Libros

'Madrid sí fue una fiesta': la Movida, más allá de Alaska y Almodóvar

  • El periodista y escritor Javier Menéndez Flores repasa la Movida en un ensayo con forma de diccionario enciclopédico
  • El libro recorre el "estallido de libertad" que supuso este fenómeno en la España que despertaba a la democracia

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Pedro Almodóvar y Fabio McNamara, en una actuación en La Edad de Oro de TVE en 1983.
Pedro Almodóvar y Fabio McNamara, en una actuación en La Edad de Oro de TVE en 1983.

Sobre la Movida madrileña se han escrito cientos de libros y artículos y se han emitido horas y horas de radio y televisión. Sin embargo, casi siempre se suele ceñir este movimiento contracultural netamente español a un puñado de nombres influyentes, centrados principalmente en la música, el cine y el arte.

Alaska y los Pegamoides, Pedro Almodóvar, Radio Futura, Ceesepe, Ágata Ruiz de la Prada o Alberto García-Alix son, sin duda, genuinos representantes de aquel momento, pero no los únicos.

El escritor y periodista Javier Menéndez Flores va más allá de ese puñado de 'vacas sagradas' y con su última obra, Madrid sí fue una fiesta: la Movida, y mucho más, de la A a la Z (Libros Cúpula, 536 páginas, 21 euros), trasciende ese círculo reducido para recoger, en forma de diccionario enciclopédico, nombres, canciones, salas de conciertos, programas de radio y televisión e incluso sustancias estupefacientes que tuvieron, de un modo u otro, especial relevancia en este período.

"Estallido de libertad"

Para situarnos en perspectiva, hablamos de una etapa que va aproximadamente desde 1978, con la aprobación de la Constitución, cuando España vive "un estallido de libertad, una primavera superlativa tras un larguísimo invierno", asegura a RTVE.es el autor, Javier Menéndez Flores.

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La obra está articulada en base a 470 entradas de distinta extensión en las que Menéndez Flores -que se reconoce "omnívoro" en el apartado cultural- recoge información y opinión acerca de cada uno de los contenidos, incluyendo entrevistas realizadas por el propio autor durante distintas épocas.

"Siempre he tenido presente que quería escribir un ensayo que fuera ameno, aunque tenga forma de diccionario enciclopédico", señala el escritor, quien reivindica en la obra que en la Movida "no hubo un propósito artístico concreto ni fue una corriente intelectual", sino un trasiego cultural y social "absolutamente espontáneo, no planificado, que se da en un momento de libertades que tienen que ver con la democracia".

El epicentro de aquel terremoto fue Madrid, aunque el fenómeno se reprodujo de un modo u otro en toda España. Y, sobre todo, impregnó diferentes facetas artísticas, culturales y sociales. "He querido abrir el perímetro y democratizar la Movida, de tal modo que me he ocupado de grupos y propuestas que han sido denostadas o marginadas", apunta Javier Menéndez Flores.

Más allá de la "Movida oficial"

Por ello, en el texto se mezclan sin pudor, con el único orden que impone el alfabeto, nombres como Ana Curra y Ana Belén, Barón Rojo y Carlos Berlanga o Santiago Auserón y Luis Eduardo Aute, todos ellos influyentes y populares en este período, aunque el paso de los años ha encumbrado a unos y arrinconado a otros en lo referente a su importancia dentro del fenómeno.

Porque el autor sostiene que en aquel momento hubo, además de la Movida oficial, "elitista y excluyente", formada por "por un grupo de niños bien que durante esos años tratan de transgredir", otras muchas 'movidas', fuera de los círculos oficiales que, sin planificación alguna y desde una perspectiva netamente individualista, crearon un ambiente lúdico-cultural que no se ha vuelto a repetir en las cuatro décadas que han transcurrido.

Y que tan importantes como los 'modernos' y los pelos de colores fueron el cine quinqui, el heavy, los cantantes melódicos o el fenómeno fan.

Javier Menéndez Flores -que ya ambientó en la Movida su última novela, el thriller Todos nosotros-, cree que este momento de nuestra historia es "un tema inagotable" y en su caso concreto considera que, además, ha aportado su visión de "niño precoz que vivió una parte" de aquel momento y que conoció el ambiente de locales como El Penta o el Rock-Ola.

Uno de los aspectos más complicados de la elaboración -junto al minucioso trabajo de documentación- ha sido seleccionar a los protagonistas. Menéndez Flores llegó a barajar más de 700 entradas, que al final se quedaron en 470. Una criba "dolorosa" en algunos casos pero cuyo resultado conforma un completo repaso a la época más efervescente en lo cultural y social de nuestra historia reciente.