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Elecciones Alemania 2021

Las elecciones alemanas llegan reñidas en las encuestas y abiertas en los pactos para un gobierno post-Merkel

  • Alemania elige nuevo Parlamento y canciller con diversas coaliciones posibles en el horizonte

El SPD parte como favorito en las encuestas, pero la distancia con los conservadores se acorta

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Elecciones alemanas 2021: Carteles con los candidatos Olaf Scholz (SPD) y Armin Laschet (CDU)
Carteles electorales con las imágenes de los candidatos Olaf Scholz (SPD) y Armin Laschet (CDU).

Los alemanes elegirán este domingo 26 de septiembre un nuevo Parlamento en unas elecciones generales que están lejos de ser previsibles a 48 horas de celebrarse, porque las distancias entre los principales partidos, SPD y CDU, se acortan.

Lo único seguro una vez que se cierren las urnas es que al frente del gobierno alemán ya no estará la actual canciller, Angela Merkel, que no se presenta a estas elecciones. Se retirará sin ser vencida en las urnas, pero es posible que su partido, los conservadores de la CDU, sí sean derrotados y desplazados a la oposición sin el reconocible liderazgo de quien ha dirigido Alemania desde 2006. Y tampoco es probable que se reedite la actual ‘gran coalición’ entre la CDU y los socialdemócratas del SPD, que van con ventaja desde hace semanas en las encuestas.

Es decir, no solo se avecina un más que posible cambio de gobierno: también una alternancia en el poder después de 16 años con la misma gobernante al frente Alemania, una potencia mundial miembro del G7, el país más poblado de la Unión Europea y su locomotora política y económica.

El SPD, favorito en las encuestas con margen para la sorpresa

Como favorito para formar gobierno, los sondeos colocan como primera fuerza al SPD, que en el mes de agosto dio un vuelco a los pronósticos. Estos apuntan a que los socialdemócratas obtendrían el 25 % de los votos, aunque con una ligera tendencia a la baja. La unión de CDU/CSU, que encabeza como candidato Armin Laschet, no lo tiene aún perdido, en torno al 22 % de los votos. Y siguen Los Verdes (16 %), los liberales del FDP (11,3 %), casi empatados con la extrema derecha de AfD (11 %) y, en último lugar, la izquierda postcomunista de Die Linke (6 %).

El vicecanciller, ministro de Finanzas y candidato socialdemócrata a la Cancillería, Olaf Scholz, protagonizó un rápido despegue en el mes de agosto, que ha coincidido con la pérdida de fuerza de Los Verdes -que lideraron las encuestas brevemente en mayo- y la caída sin freno de los conservadores. Después de que se presentaron las candidaturas en abril, Armin Laschet, el designado para suceder a Merkel, ha perdido en los sondeos siete puntos y casi la mitad de la estimación de voto de la CDU, cercana al 40 % cuando Alemania vivía confinada el año pasado por la pandemia de COVID-19.

No obstante, estas tendencias se han detenido e incluso revertido ligeramente en la recta final de la campaña, caracterizada por su volatilidad y su sesgo personalista. Las distancias entre los actuales socios de gobierno se estrechan y un último giro el domingo podría dar la vuelta a los cálculos.

Un puñado de diversos pactos viables

Los pronósticos ofrecen a priori varias posibilidades, pero aunque ya ha habido declaraciones, aún no está claro el rumbo que tomarán las negociaciones entre los partidos. Y aunque lo más seguro es que salgan seis partidos con representación en el Bundestag, las combinaciones solo implicarían a cinco, porque todos están de acuerdo en no pactar con la ultraderecha de AfD.

El gobierno lo encabezarán el SPD o la CDU, pero necesitarán otros dos socios, según las encuestas. Y eso es una novedad de estas elecciones. Los de 2021 podrían ser los primeros comicios desde 1990 en los que CDU/CSU y SPD no obtienen más del 50 % de los votos. La fragmentación política también ha llegado a un país que ha visto crecer a partidos con una representación estable en los extremos ideológicos a derecha e izquierda.

Repetir la actual gran coalición entre los dos principales partidos –ha habido tres en las cuatro legislaturas de Merkel– podría ser aritméticamente posible en solitario y más sólida si es apoyada en verdes o en liberales. Pero no la desean ni CDU ni SPD y sería el último recurso, como ya lo fue en 2017.

Hoy los pactos en Alemania son más impredecibles que antes; han dejado de estar limitados por el corsé de los bloques ideológicos de izquierdas y derechas. Hasta 2005, los liberales representaban los aliados naturales de los conservadores, y los verdes los socios preferidos del SPD.

Pero ahora son políticamente factibles coaliciones como la denominada 'Jamaica' (en referencia al los colores de conservadores, verdes y liberales, como los de la bandera de ese país, y que estuvo a punto de fructificar hace cuatro años) o la 'semáforo' (con los liberales insertados entre socialdemócratas y verdes).

De entre todas las coaliciones que son posibles según los números, dos supondrían un giro de timón al actual gobierno alemán, las lideradas por el SPD sin el concurso de los conservadores: la del ‘semáforo’, que forman SPD, Verdes y FDP, y un tripartito de izquierdas con SPD, Verdes y Die Linke.

Esta última variante no es descartada por el SPD ni por Los Verdes, pero es calificada de improbable, debido a las posiciones de La Izquierda en política exterior, con su rechazo a la OTAN y a las misiones militares y su postura ambigua ante la Unión Europea. En cualquier caso, los Verdes, como tercer partido en liza, emergen como socios casi imprescindibles tras las elecciones alemanas.

Cómo se elige el Parlamento alemán

Los alemanes eligen este domingo a los diputados del Bundestag, la cámara baja del Parlamento, y estos elegirán a su vez al jefe del Gobierno, el canciller. Pero el sistema electoral alemán tiene un sistema de elección mixta algo complejo, hasta el punto que no se sabe cuántos diputados se eligen hasta que se hace el escrutinio. Como mínimo son 598 escaños, pero el número exacto se conoce a la vez que su distribución.

Los alemanes ejercen dos votos en su papeleta, y además pueden dividirlo y no votar a las mismas siglas en cada uno. El primer voto sirve para el candidato de su distrito –hay 299 distritos en Alemania–. Gana el candidato más votado en cada uno de ellos, y se lleva de manera directa un escaño. El segundo voto es para los partidos: se vota una lista cerrada de los partidos en los 16 Länder (estados federados) y se asigna un número de escaños proporcional a los votos. Esta es la votación más importante, ya que determina la relación de fuerzas de los partidos en el Bundestag. Para lograr un escaño, los partidos tienen que obtener al menos el 5% de los segundos votos o tres escaños de los 299 distritos.

Sin embargo, después se hacen diferentes ajustes para maximizar la proporcionalidad, por lo que el número de escaños es siempre mayor de los 598 mínimos. El actual Bundestag tiene 709 diputados, y el número exacto que tendrá el próximo está por determinar tras la elección del domingo.